La crisis griega castiga los bonos periféricos y sacude la Bolsa
La prima de riesgo marca sus niveles más altos del año pese a las compras del BCE
Amanda Mars
Washington, El País
El mercado quedó a ciegas este viernes durante unas horas. Las terminales de Bloomberg, la mayor plataforma financiera del mundo, se averiaron durante un rato y el apagón llegó a generar algo muy parecido al pánico entre algunos operadores. El problema re resolvió y las pantallas volvieron a funcionar, pero luego siguió esa otra oscuridad que ha marcado las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional: ¿Qué va a pasar con Grecia? Las Bolsas y los bonos europeos han sufrido una jornada a la baja en plena incertidumbre sobre las negociaciones de la deuda helena, los representantes del FMI admitieron que no esperan un acuerdo de cara al Eurogrupo del 24 de abril y Bruselas urgió al Gobierno heleno a un movimiento claro que haga pensar que, en efecto, va a haber acuerdo.
La zona euro vuelve al rojo vivo, tres años después, y los mercados han parecido hasta ahora impasibles, inundados por unos estímulos monetarios formidables por parte del BCE. O no esperan la salida griega del euro, o creen que sería manejable. Sin embargo, el nerviosismo crece entre los acreedores de Grecia y también ha asomado al mercado. El dinero ha viajado de los bonos periféricos al refugio tradicional, del papel alemán. La prima de riesgo española —que es el diferencial de interés en títulos a 10 años respecto a los germanos— ha subido 11 puntos, hasta 137, su nivel más alto desde comienzos de noviembre del año pasado. La prima italiana y la portuguesa también han subido con fuerza mientras el bono alemán marca sus mínimos de rentabilidad, en el 0,07% pues sirve como refugio.
También las Bolsas bajaron por la incertidumbre griega, pero también por datos de EE UU que apuntan a un crecimiento algo más débil y porque China ha aprobado un cambio en la regulación que dificulta endeudarse para comprar acciones y facilita más acciones para ventas en corto, lo que ha hecho que los futuros sobre la Bolsa china caigan con fuerza. El Ibex 35 se dejó un 2,17%, hasta los 11.359,4 puntos, y en la semana acabó perdiendo el 3,31%.
Grecia no implica más del 2% de la economía de la zona euro, pero, pese a la oleada de compras de activos por parte del BCE, unas inyecciones monetarias que no tienen precedentes en la zona euro, vuelve, a desvelar a los mercados.
Grecia negocia con la Comisión, el Fondo y el BCE un acuerdo sobre las reformas que debe llevar a cabo el Ejecutivo para obtener 7.200 millones de euros correspondientes al segundo rescate europeo y evitar la quiebra y la salida del euro. Los ministros de Finanzas y gobernadores de os bancos centrales del G-20 se encuentran reunidos en Washington desde este viernes con este frente abierto del par en par.
Desde que el partido de izquierdas Syriza llegó al poder, se ha repetido como una oración que la zona euro está mucho más preparada que hace tres años para afrontar una fractura de la unión monetaria, que hay cortafuegos para ayudar a los países en caso de contagio. Pero desde el Fondo el mensaje ha sido muy claro: sería muy grave, no hay que “subestimar” los efectos.
El director del departamento europeo del FMI, Poul Thomsen, ha señalado en un encuentro con periodistas que el proceso de negociación con Grecia “ha mejorado recientemente” pero ha llamado a “no perder el momentum”, es decir, el ímpetu. Parecía todo menos un mensaje triunfal, admitió que sería difícil un acuerdo antes del próximo Eurogrupo en Riga, el 24 de abril. “Nadie esperaba concluir la revisión para Riga”, ha admitido, aunque agregó que “es importante tener progresos”.
Thomsen ha evitado entrar a valorar la posibilidad de que Grecia caer en el impago pero evite salir del euro, una especie de tercera vía que algunos medios europeos han puesto sobre la mesa como posibilidad, pero que ayer en Washington, tampoco el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha querido comentar. El responsable del FMI para Europa recalcó que “no deben subestimarse el riesgo que una salida de Grecia” tendría para la zona euro y que el Fondo sigue trabajando en un escenario en el que esa fractura de la unión monetaria no se produzca.
El comisario europeo de Asuntos Exteriores, Pier Moscovici, también ha negado que los socios del euro se estén preparando para el adiós de Grecia de la unión monetaria, pero ha advertido al país que “es hora de hacer un movimiento”, con el fin de tener un pacto a primeros de mayo, de cara al siguiente Eurogrupo después de Riga.
Amanda Mars
Washington, El País
El mercado quedó a ciegas este viernes durante unas horas. Las terminales de Bloomberg, la mayor plataforma financiera del mundo, se averiaron durante un rato y el apagón llegó a generar algo muy parecido al pánico entre algunos operadores. El problema re resolvió y las pantallas volvieron a funcionar, pero luego siguió esa otra oscuridad que ha marcado las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional: ¿Qué va a pasar con Grecia? Las Bolsas y los bonos europeos han sufrido una jornada a la baja en plena incertidumbre sobre las negociaciones de la deuda helena, los representantes del FMI admitieron que no esperan un acuerdo de cara al Eurogrupo del 24 de abril y Bruselas urgió al Gobierno heleno a un movimiento claro que haga pensar que, en efecto, va a haber acuerdo.
La zona euro vuelve al rojo vivo, tres años después, y los mercados han parecido hasta ahora impasibles, inundados por unos estímulos monetarios formidables por parte del BCE. O no esperan la salida griega del euro, o creen que sería manejable. Sin embargo, el nerviosismo crece entre los acreedores de Grecia y también ha asomado al mercado. El dinero ha viajado de los bonos periféricos al refugio tradicional, del papel alemán. La prima de riesgo española —que es el diferencial de interés en títulos a 10 años respecto a los germanos— ha subido 11 puntos, hasta 137, su nivel más alto desde comienzos de noviembre del año pasado. La prima italiana y la portuguesa también han subido con fuerza mientras el bono alemán marca sus mínimos de rentabilidad, en el 0,07% pues sirve como refugio.
También las Bolsas bajaron por la incertidumbre griega, pero también por datos de EE UU que apuntan a un crecimiento algo más débil y porque China ha aprobado un cambio en la regulación que dificulta endeudarse para comprar acciones y facilita más acciones para ventas en corto, lo que ha hecho que los futuros sobre la Bolsa china caigan con fuerza. El Ibex 35 se dejó un 2,17%, hasta los 11.359,4 puntos, y en la semana acabó perdiendo el 3,31%.
Grecia no implica más del 2% de la economía de la zona euro, pero, pese a la oleada de compras de activos por parte del BCE, unas inyecciones monetarias que no tienen precedentes en la zona euro, vuelve, a desvelar a los mercados.
Grecia negocia con la Comisión, el Fondo y el BCE un acuerdo sobre las reformas que debe llevar a cabo el Ejecutivo para obtener 7.200 millones de euros correspondientes al segundo rescate europeo y evitar la quiebra y la salida del euro. Los ministros de Finanzas y gobernadores de os bancos centrales del G-20 se encuentran reunidos en Washington desde este viernes con este frente abierto del par en par.
Desde que el partido de izquierdas Syriza llegó al poder, se ha repetido como una oración que la zona euro está mucho más preparada que hace tres años para afrontar una fractura de la unión monetaria, que hay cortafuegos para ayudar a los países en caso de contagio. Pero desde el Fondo el mensaje ha sido muy claro: sería muy grave, no hay que “subestimar” los efectos.
El director del departamento europeo del FMI, Poul Thomsen, ha señalado en un encuentro con periodistas que el proceso de negociación con Grecia “ha mejorado recientemente” pero ha llamado a “no perder el momentum”, es decir, el ímpetu. Parecía todo menos un mensaje triunfal, admitió que sería difícil un acuerdo antes del próximo Eurogrupo en Riga, el 24 de abril. “Nadie esperaba concluir la revisión para Riga”, ha admitido, aunque agregó que “es importante tener progresos”.
Thomsen ha evitado entrar a valorar la posibilidad de que Grecia caer en el impago pero evite salir del euro, una especie de tercera vía que algunos medios europeos han puesto sobre la mesa como posibilidad, pero que ayer en Washington, tampoco el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha querido comentar. El responsable del FMI para Europa recalcó que “no deben subestimarse el riesgo que una salida de Grecia” tendría para la zona euro y que el Fondo sigue trabajando en un escenario en el que esa fractura de la unión monetaria no se produzca.
El comisario europeo de Asuntos Exteriores, Pier Moscovici, también ha negado que los socios del euro se estén preparando para el adiós de Grecia de la unión monetaria, pero ha advertido al país que “es hora de hacer un movimiento”, con el fin de tener un pacto a primeros de mayo, de cara al siguiente Eurogrupo después de Riga.