Irán discrepa de la interpretación de EE UU del acuerdo nuclear
La explicación de Washington causa recelo en Teherán
Ali Falahi
Teherán, El País
El camino que queda hasta la firma de un acuerdo comprensivo entre Irán y las seis potencias —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia— sobre el programa nuclear iraní es arduo. La medida de las dificultades que pueden torpedear el proceso se vio nada más alcanzar el pacto preliminar de Lausana, el pasado jueves. Apenas una hora después de que el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, leyeran su “declaración conjunta”, la Secretaría de Estado estadounidense difundió un documento titulado Los Parámetros para un Plan Comprehensivo de Acción Conjunta. El Ministerio de Exteriores iraní también envió a la prensa un documento titulado Un resumen de las soluciones acordadas para alcanzar el Plan Comprehensivo de Acción Conjunta. Las diferencias entre los dos documentos causaron desconcierto en Irán y obligaron a Zarif a dar explicaciones el domingo, en la Comisión de la Seguridad Nacional y de la Política Exterior del Parlamento, incluso antes de reunirse con los miembros del Gabinete.
Una de las diferencias que más incertidumbre ha generado tiene que ver con el futuro de las instalaciones nucleares. En la versión iraní se lee que “ninguna de las instalaciones y actividades nucleares serán cerradas o suspendidas”, mientras que la versión estadounidense precisa que Irán “reducirá en casi dos tercios su actividad nuclear”. Zarif declaró en una entrevista televisada el sábado que algunas de las diferencias son el resultado de interpretaciones de cada parte y que “los estadounidenses tienen que justificar el acuerdo ante su opinión publica”. El titular de Exteriores iraní aseguró que “no han acordado ningún Plan Comprehensivo de Acción Conjunta” y que “todo es todavía un borrador”.
Los documentos también discrepan sobre el número de centrifugadoras que seguirán activas e, incluso, sobre la duración del mismo acuerdo.
Pero la principal cuestión en la que los dos textos difieren es el mecanismo de levantamiento de las sanciones, un tema clave para Teherán. Zarif reiteró que se eliminarán en cuanto se aplique el acuerdo final, mientras que en la explicación de EE UU se precisa que las sanciones estadounidenses y europeas se suspenderán cuando el Organismo Internacional de la Energía Atómica podrá verificar la aplicación del acuerdo por parte de Teherán.
Tanto las autoridades como la opinión pública en Irán no confían en la buena voluntad de EE UU y creen que los norteamericanos buscarán nuevas excusas para evadir los compromisos que asumirán en un posible acuerdo. No en vano Zarif dijo que “la falta de confianza entre Irán y EE UU es una catástrofe histórica”.
Ali Falahi
Teherán, El País
El camino que queda hasta la firma de un acuerdo comprensivo entre Irán y las seis potencias —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia— sobre el programa nuclear iraní es arduo. La medida de las dificultades que pueden torpedear el proceso se vio nada más alcanzar el pacto preliminar de Lausana, el pasado jueves. Apenas una hora después de que el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, leyeran su “declaración conjunta”, la Secretaría de Estado estadounidense difundió un documento titulado Los Parámetros para un Plan Comprehensivo de Acción Conjunta. El Ministerio de Exteriores iraní también envió a la prensa un documento titulado Un resumen de las soluciones acordadas para alcanzar el Plan Comprehensivo de Acción Conjunta. Las diferencias entre los dos documentos causaron desconcierto en Irán y obligaron a Zarif a dar explicaciones el domingo, en la Comisión de la Seguridad Nacional y de la Política Exterior del Parlamento, incluso antes de reunirse con los miembros del Gabinete.
Una de las diferencias que más incertidumbre ha generado tiene que ver con el futuro de las instalaciones nucleares. En la versión iraní se lee que “ninguna de las instalaciones y actividades nucleares serán cerradas o suspendidas”, mientras que la versión estadounidense precisa que Irán “reducirá en casi dos tercios su actividad nuclear”. Zarif declaró en una entrevista televisada el sábado que algunas de las diferencias son el resultado de interpretaciones de cada parte y que “los estadounidenses tienen que justificar el acuerdo ante su opinión publica”. El titular de Exteriores iraní aseguró que “no han acordado ningún Plan Comprehensivo de Acción Conjunta” y que “todo es todavía un borrador”.
Los documentos también discrepan sobre el número de centrifugadoras que seguirán activas e, incluso, sobre la duración del mismo acuerdo.
Pero la principal cuestión en la que los dos textos difieren es el mecanismo de levantamiento de las sanciones, un tema clave para Teherán. Zarif reiteró que se eliminarán en cuanto se aplique el acuerdo final, mientras que en la explicación de EE UU se precisa que las sanciones estadounidenses y europeas se suspenderán cuando el Organismo Internacional de la Energía Atómica podrá verificar la aplicación del acuerdo por parte de Teherán.
Tanto las autoridades como la opinión pública en Irán no confían en la buena voluntad de EE UU y creen que los norteamericanos buscarán nuevas excusas para evadir los compromisos que asumirán en un posible acuerdo. No en vano Zarif dijo que “la falta de confianza entre Irán y EE UU es una catástrofe histórica”.