El acuerdo nuclear con Irán, un paso audaz y controvertido de Barack Obama
lanacion.com
Hacía mucho que Estados Unidos no estaba ante un giro tan fuerte de su diplomacia. Con el acuerdo nuclear preliminar con Irán, la administración de Barack Obama acaba de dar un paso histórico con el que deja atrás 35 años de hielo con Irán y sienta las bases para un nuevo escenario de alianzas en Medio Oriente.
Es un paso tan audaz como controvertido. Con esto, Obama se ubica en la línea de los presidentes que firmaron acuerdos históricos, en su momento, muy discutidos. Le ocurrió a Ronald Reagan con entendimientos para el desarme con la Unión Soviética y a Richard Nixon con la apertura a China.
Las objeciones para este acuerdo vienen tanto de dentro del país como del exterior. Hay numerosos senadores, sobre todo, republicanos, pero no solamente de ese partido, que lo objetan. Su voto será necesario para poder implementarlo. Empieza para la administración una campaña interna camino a convencer internamente de la opción elegida.
Fuera, la mayor oposición la expresa el gobierno de Israel. Su primer ministro, Benjamin Netanyahu , sostiene que eso es un "error histórico". Obama está convencido, por el contrario, de que es el mejor modo de garantizar la seguridad y el mejor camino para evitar una nueva guerra en Medio Oriente.
Irán también se lleva lo suyo. Por lo pronto, se sabe que seguirá enriqueciendo uranio y que su programa nuclear sigue adelante, aunque a menor paso y con "verificaciones sin precedentes" para impedir que adquiera capacidad para fabricar armamento nuclear. Verá aliviada su economía, pero con la advertencia de que las sanciones que se levanten volverán a operar en caso de que exista alguna desconfianza.
El acuerdo establece plazos mayores que los inicialmente conocidos. En algunos aspectos estira plazos hasta quince años, lo que equivale a casi una generación. Es la base para un nuevo escenario. Para un nuevo mapa. La Casa Blanca insiste en que es la llave para abrir una nueva etapa en Medio Oriente. Los críticos, que es un error.
La Casa Blanca insiste en que es la llave para abrir una nueva etapa en Medio Oriente. Los críticos, que es un error.
Es, sin duda, un paso sin precedentes. Una nueva etapa. Un gesto que pone a Obama en perspectiva histórica. Ha logrado, hasta ahora, más de lo que lograron las sanciones por sí mismas. Si bien fueron estas las que llevaron a Irán a la mesa de negociaciones, no fueron por sí mismas suficientes para acotar el programa nuclear iraní y dotarlo de una transparencia que, hasta ahora, nunca tuvo.
Hacía mucho que Estados Unidos no estaba ante un giro tan fuerte de su diplomacia. Con el acuerdo nuclear preliminar con Irán, la administración de Barack Obama acaba de dar un paso histórico con el que deja atrás 35 años de hielo con Irán y sienta las bases para un nuevo escenario de alianzas en Medio Oriente.
Es un paso tan audaz como controvertido. Con esto, Obama se ubica en la línea de los presidentes que firmaron acuerdos históricos, en su momento, muy discutidos. Le ocurrió a Ronald Reagan con entendimientos para el desarme con la Unión Soviética y a Richard Nixon con la apertura a China.
Las objeciones para este acuerdo vienen tanto de dentro del país como del exterior. Hay numerosos senadores, sobre todo, republicanos, pero no solamente de ese partido, que lo objetan. Su voto será necesario para poder implementarlo. Empieza para la administración una campaña interna camino a convencer internamente de la opción elegida.
Fuera, la mayor oposición la expresa el gobierno de Israel. Su primer ministro, Benjamin Netanyahu , sostiene que eso es un "error histórico". Obama está convencido, por el contrario, de que es el mejor modo de garantizar la seguridad y el mejor camino para evitar una nueva guerra en Medio Oriente.
Irán también se lleva lo suyo. Por lo pronto, se sabe que seguirá enriqueciendo uranio y que su programa nuclear sigue adelante, aunque a menor paso y con "verificaciones sin precedentes" para impedir que adquiera capacidad para fabricar armamento nuclear. Verá aliviada su economía, pero con la advertencia de que las sanciones que se levanten volverán a operar en caso de que exista alguna desconfianza.
El acuerdo establece plazos mayores que los inicialmente conocidos. En algunos aspectos estira plazos hasta quince años, lo que equivale a casi una generación. Es la base para un nuevo escenario. Para un nuevo mapa. La Casa Blanca insiste en que es la llave para abrir una nueva etapa en Medio Oriente. Los críticos, que es un error.
La Casa Blanca insiste en que es la llave para abrir una nueva etapa en Medio Oriente. Los críticos, que es un error.
Es, sin duda, un paso sin precedentes. Una nueva etapa. Un gesto que pone a Obama en perspectiva histórica. Ha logrado, hasta ahora, más de lo que lograron las sanciones por sí mismas. Si bien fueron estas las que llevaron a Irán a la mesa de negociaciones, no fueron por sí mismas suficientes para acotar el programa nuclear iraní y dotarlo de una transparencia que, hasta ahora, nunca tuvo.