Un desafío que sacude los pilares de la Unión Europea
EL PAÍS reúne a políticos, economistas y periodistas en torno a la crisis griega
Ignacio Fariza
Madrid, El País
La alargada sombra de las tensiones financieras griegas sigue planeando sobre la UE. La negociación de la prórroga del segundo rescate a las finanzas públicas helenas se encamina a su fase decisiva, con tres focos de interés —Atenas, Bruselas y Berlín— y dos conjugaciones verbales —futuro y pasado—. Las conversaciones técnicas entre prestamistas para la extensión del programa dieron su pistoletazo de salida este miércoles en la capital comunitaria con una reunión. No será la última: si algo nos ha enseñado este embrollo es que el final está más allá de los límites previstos.
En este escenario de convulsión diaria, en el que los momentos de calma se reducen a horas sin acusaciones cruzadas, EL PAÍS organizó en Madrid un debate sobre el pasado, presente y futuro de Grecia y su difícil encaje en la UE. Bajo el epígrafe Grecia: Del precipicio a la negociación, el acto contó con la presencia del vicepresidente de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius; del ex alto representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana; de los economistas Jorge Fabra, de Economistas frente a la Crisis, y José Carlos Díez; y de Corina Vasilopoulou, portavoz de Syriza en la región de Ática. Moderado por Pepa Bueno directora de Hoy por Hoy, de la Cadena SER, el debate también contó con la presencia de dos redactoras del diario especializadas en información sobre Grecia, María Antonia Sánchez-Vallejo y Mariangela Paone, y arrojó luz sobre los puntos más complejos de la negociación entre el Gobierno de Alexis Tsipras y el resto de socios europeos.
“Grecia es el paradigma de la crisis”, abrió fuego Sartorius. En la intervención inaugural del debate, el vicepresidente de la Fundación Alternativas, coorganizadora del acto junto con EL PAÍS, subrayó el nulo efecto de los “cientos de millones inyectados en los rescates” sobre la economía helena y ahuyentó una idea que sigue tomando fuerza en los círculos económicos europeos más ortodoxos: la posible salida de Grecia del euro como cura de todos los males. “No lo comparto. Fuera del euro hace mucho, mucho frío”, apuntó ante las más de 500 personas que asistieron al evento, en el Círculo de Bellas Artes de la capital.
A la Grecia más gélida, aquella en la que los padres no pueden alimentar a sus hijos, los adolescentes se desmayan en el instituto por no haber desayunado y los universitarios mejor cualificados se dan de bruces con la realidad de un mercado laboral aún más anquilosado que el español, se refirió Paone, autora de Las cuatro estaciones de Atenas. “Un cuarto de la población vive por debajo del umbral de la pobreza”, explicó. “Ha sido el laboratorio donde se han probado los efectos de un ajuste fiscal sin precedentes. ¿Qué quedará de todo esto dentro de 20 o 30 años”, se preguntó. “De este experimento griego, España no es ajena”, avisó Vasilopoulou. Y aportó un dato esclarecedor sobre la magnitud del desastre: “Ningún Estado ha perdido un 25% de su PIB en tiempos de paz”.
Solana, por su parte, se mostró “enormemente preocupado”, criticó con dureza la gestión de la crisis por parte de la UE — “ha faltado liderazgo, no solo en la crisis griega, sino en la crisis en general; podríamos decir que Europa no ha estado en sus mejores horas, pero las cosas están cambiando”— y apeló a una solución negociada. “Hay que respetar y no humillar ni imponer. La terminología de la negociación debe cambiar: hay que empezar a pensar en términos de crecimiento y de mayor espacio fiscal para Grecia”, añadió. El antiguo alto representante de la UE dejó entrever una serie de factores económicos que deberían “ayudar” a que las negociaciones concluyan con éxito. “Estamos en una situación que era impensable hace poco tiempo: el BCE ha lanzado un plan de compra de deuda, la Comisión ha lanzado un plan de inversión [el denominado fondo Juncker], el precio del petróleo ha caído y el euro se ha devaluado frente al dólar".
Fabra y Díez, contrapusieron sus puntos de vista sobre el papel del nuevo Gobierno griego en la negociación con los acreedores. “Me parece una victoria de Syriza que estemos aquí debatiendo. Europa tiene que cambiar de política económica e impulsando este cambio, este partido nos está haciendo un favor a todos”, apuntó el primero. “A Grecia la han destruido Gobiernos que tenían el apoyo de las instituciones europeas. ¿Cómo podemos decir que Syriza ha incumplido su programa cuando solo lleva seis semanas en el poder?”, se preguntó Fabra. Mucho más crítico con el Ejecutivo griego se mostró Díez. “En 2007 ya tenía un déficit del 10% del PIB y financiaba la sanidad, la educación y el resto de servicios públicos a crédito”, recordó. “Tsipras es el referente de cómo no conducir una negociación. En una unión monetaria solo hay dos opciones: o te quedas o te vas. Y los costes de salida son muy altos”.
Frente al debate exclusivamente centrado en la economía, Sánchez-Vallejo reclamó una visión centrada en la geopolítica —“Grecia es la puerta de entrada en Asia”— y alertó del peligro de un malestar social “que no supo atajar el sistema bipartidista” y que ha propiciado una patología añadida al propio sufrimiento social: el éxito electoral del partido neonazi Aurora Dorada.
Ignacio Fariza
Madrid, El País
La alargada sombra de las tensiones financieras griegas sigue planeando sobre la UE. La negociación de la prórroga del segundo rescate a las finanzas públicas helenas se encamina a su fase decisiva, con tres focos de interés —Atenas, Bruselas y Berlín— y dos conjugaciones verbales —futuro y pasado—. Las conversaciones técnicas entre prestamistas para la extensión del programa dieron su pistoletazo de salida este miércoles en la capital comunitaria con una reunión. No será la última: si algo nos ha enseñado este embrollo es que el final está más allá de los límites previstos.
En este escenario de convulsión diaria, en el que los momentos de calma se reducen a horas sin acusaciones cruzadas, EL PAÍS organizó en Madrid un debate sobre el pasado, presente y futuro de Grecia y su difícil encaje en la UE. Bajo el epígrafe Grecia: Del precipicio a la negociación, el acto contó con la presencia del vicepresidente de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius; del ex alto representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana; de los economistas Jorge Fabra, de Economistas frente a la Crisis, y José Carlos Díez; y de Corina Vasilopoulou, portavoz de Syriza en la región de Ática. Moderado por Pepa Bueno directora de Hoy por Hoy, de la Cadena SER, el debate también contó con la presencia de dos redactoras del diario especializadas en información sobre Grecia, María Antonia Sánchez-Vallejo y Mariangela Paone, y arrojó luz sobre los puntos más complejos de la negociación entre el Gobierno de Alexis Tsipras y el resto de socios europeos.
“Grecia es el paradigma de la crisis”, abrió fuego Sartorius. En la intervención inaugural del debate, el vicepresidente de la Fundación Alternativas, coorganizadora del acto junto con EL PAÍS, subrayó el nulo efecto de los “cientos de millones inyectados en los rescates” sobre la economía helena y ahuyentó una idea que sigue tomando fuerza en los círculos económicos europeos más ortodoxos: la posible salida de Grecia del euro como cura de todos los males. “No lo comparto. Fuera del euro hace mucho, mucho frío”, apuntó ante las más de 500 personas que asistieron al evento, en el Círculo de Bellas Artes de la capital.
A la Grecia más gélida, aquella en la que los padres no pueden alimentar a sus hijos, los adolescentes se desmayan en el instituto por no haber desayunado y los universitarios mejor cualificados se dan de bruces con la realidad de un mercado laboral aún más anquilosado que el español, se refirió Paone, autora de Las cuatro estaciones de Atenas. “Un cuarto de la población vive por debajo del umbral de la pobreza”, explicó. “Ha sido el laboratorio donde se han probado los efectos de un ajuste fiscal sin precedentes. ¿Qué quedará de todo esto dentro de 20 o 30 años”, se preguntó. “De este experimento griego, España no es ajena”, avisó Vasilopoulou. Y aportó un dato esclarecedor sobre la magnitud del desastre: “Ningún Estado ha perdido un 25% de su PIB en tiempos de paz”.
Solana, por su parte, se mostró “enormemente preocupado”, criticó con dureza la gestión de la crisis por parte de la UE — “ha faltado liderazgo, no solo en la crisis griega, sino en la crisis en general; podríamos decir que Europa no ha estado en sus mejores horas, pero las cosas están cambiando”— y apeló a una solución negociada. “Hay que respetar y no humillar ni imponer. La terminología de la negociación debe cambiar: hay que empezar a pensar en términos de crecimiento y de mayor espacio fiscal para Grecia”, añadió. El antiguo alto representante de la UE dejó entrever una serie de factores económicos que deberían “ayudar” a que las negociaciones concluyan con éxito. “Estamos en una situación que era impensable hace poco tiempo: el BCE ha lanzado un plan de compra de deuda, la Comisión ha lanzado un plan de inversión [el denominado fondo Juncker], el precio del petróleo ha caído y el euro se ha devaluado frente al dólar".
Fabra y Díez, contrapusieron sus puntos de vista sobre el papel del nuevo Gobierno griego en la negociación con los acreedores. “Me parece una victoria de Syriza que estemos aquí debatiendo. Europa tiene que cambiar de política económica e impulsando este cambio, este partido nos está haciendo un favor a todos”, apuntó el primero. “A Grecia la han destruido Gobiernos que tenían el apoyo de las instituciones europeas. ¿Cómo podemos decir que Syriza ha incumplido su programa cuando solo lleva seis semanas en el poder?”, se preguntó Fabra. Mucho más crítico con el Ejecutivo griego se mostró Díez. “En 2007 ya tenía un déficit del 10% del PIB y financiaba la sanidad, la educación y el resto de servicios públicos a crédito”, recordó. “Tsipras es el referente de cómo no conducir una negociación. En una unión monetaria solo hay dos opciones: o te quedas o te vas. Y los costes de salida son muy altos”.
Frente al debate exclusivamente centrado en la economía, Sánchez-Vallejo reclamó una visión centrada en la geopolítica —“Grecia es la puerta de entrada en Asia”— y alertó del peligro de un malestar social “que no supo atajar el sistema bipartidista” y que ha propiciado una patología añadida al propio sufrimiento social: el éxito electoral del partido neonazi Aurora Dorada.