Tsipras: “El BCE tiene en sus manos la soga alrededor del cuello de Grecia”

El primer ministro reconoce haber pedido a Varoufakis “más actos y menos palabras”

Luis Doncel
Berlín, El País
Grecia quiere cubrir sus acuciantes necesidades financieras durante las próximas semanas con créditos a corto plazo. Pero por si el Banco Central Europeo (BCE) se negara a dar esta financiación, las autoridades de Atenas alertan de una situación dramática de la que responsabilizan al organismo que preside Mario Draghi. “En ese caso volveríamos al thriller que vivimos antes del 20 de febrero [fecha en la que los ministros de Economía del euro concedieron una prórroga de cuatro meses al programa de ayudas para Grecia]”, señala el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, en una entrevista con la revista alemana Der Spiegel. “El BCE sigue teniendo en sus manos la soga alrededor de nuestro cuello”, añade el líder izquierdista.


El adelanto de la entrevista cuya versión íntegra se publicará el sábado llega el mismo día en el que el Gobierno griego envía a Bruselas el listado de reformas que el lunes deberá analizar el Eurogrupo. Y un día después de que el propio Draghi condicionara la ayuda a Grecia en los próximos meses a que esas reformas sean lo suficientemente ambiciosas como para satisfacer a sus socios europeos. En la entrevista a Der Spiegel, Tsipras destaca que, haga lo que haga finalmente el BCE, se trata de una decisión política “que no debería estar en manos de tecnócratas”.

El líder de Syriza sintetiza las reformas que los ministros del euro escudriñarán el próximo lunes. “Primero, lucharemos contra la crisis humanitaria. Queremos crear un carné de ciudadanía con el que se pueda recurrir a los servicios básicos estatales”, entre los que estarían los alimentos y la electricidad. Además, Tsipras señala también la reforma de la Administración, la posibilidad de pagar a plazos las deudas fiscales, el establecimiento de un Consejo Fiscal y de un organismo independiente que controle el pago de impuestos.

Frente a los rumores de que Europa podría estar ahora preparada para afrontar una salida de Grecia del euro, Tsipras descarta esta posibilidad. “Porque quiero a Europa”, responde en un primer momento. Pero luego el primer ministro da un argumento de mayor calado. “La eurozona es como un jersey de lana. Cuando se empieza a deshacer, el proceso ya no se puede parar”, explica a Der Spiegel, la revista que ha informado en los últimos meses de los cada vez menores recelos del Gobierno de Angela Merkel ante una posible desintegración de la unión monetaria.

Los toques de atención de Tsipras no se dirigen tan solo a Draghi, sino también a su propio equipo. El controvertido ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha despertado las iras de algunos de sus homólogos europeos -sobre todo del alemán Wolfgang Schäuble- por hablar demasiado.

En Alemania sentó especialmente mal que después del acuerdo del 20 de febrero, Varoufakis volviera a mencionar la posibilidad de una quita que los líderes europeos descartan. “Me ha dejado atónito”, reconoció entonces Schäuble. “Le he pedido a todos los miembros del Consejo de Ministros menos palabras y más actos, no solo al señor Varoufakis”, señala ahora el jefe de Gobierno griego.

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