Los agresores de Túnez entrenaron en Libia

Tunez, AP
Los dos extremistas que mataron a 21 personas en un museo de Túnez entrenaron en la vecina Libia antes de perpetrar su ataque mortal, y las autoridades ya los conocían, dijeron el viernes funcionarios tunecinos de seguridad.


El atentado del miércoles contra el Museo Nacional del Bardo aumentó las preocupaciones sobre la propagación del extremismo en el norte de África y en particular en Túnez, el único país que logró desarrollar una democracia funcional tras las revueltas de la Primavera Árabe en 2011.

En la capital Túnez, centenares de civiles colmaron el viernes la principal avenida donde manifestantes derrocaron hace cuatro años al dictador Zie el Abidine Ben Alí, a fin de celebrar el día de la independencia en desafío al ataque en que perdieron la vida 17 turistas que habían llegado en cruceros.

Algunos manifestantes bailaron envueltos en banderas tunecinas y otros sostenían en lo alto letreros que decían "JeSuisBardo" (Yo soy Bardo), lema que se ha convertido en un grito de guerra contra el terrorismo en las redes sociales.

"Estamos aquí para decirle 'no' al terrorismo", dijo Astal Marwen, de 19 años y estudiante de leyes y ciencias políticas, durante la movilización. "Los agresores forman parte de una pequeña minoría y manejan un concepto equivocado de lo que es el islam".

Los agresores salieron de Túnez en diciembre y recibieron armas durante su adiestramiento en Libia, donde existen numerosos grupos paramilitares bien pertrechados que se disputan el control del país, dijo el jueves en la noche Rafik Chelli, funcionario de alto rango del Ministerio del Interior, en entrevista con la televisión.

Uno de los atacantes, Hatem Khachnaui, de 26 años, procedía de la ciudad de Sbeitla, en el centro de Túnez, donde estuvo arrestado bajo cargos de terrorismo y había obtenido su libertad, según Sabhi Jouini, experto en terrorismo y figura prominente en el sindicato de policías.

Sbeitla, donde existen unas espléndidas ruinas romanas, se ubica en una empobrecida región a no mucha distancia de la frontera con Argelia, donde un grupo tunecino vinculado con Al-Qaeda había perpetrado diversos atentados.

El padre y hermana de Khachnaui en Sbeitla fueron arrestados el jueves con otras dos personas de esa región ante las sospechas de que apoyaron a los agresores.

Otras cinco personas relacionadas directamente con el ataque fueron capturadas en los alrededores de la capital.

El cómplice de Khachnaui, Yassine Laabidi, sólo tenía 20 años y carecía de historial con la policía, aunque se sabe que trabajó en una agencia de viajes y provenía del vecindario Ibn Khaldum de clase trabajadora en la capital.

El grupo extremista Estado Islámico, con sede en Irak y Siria, se adjudicó el atentado contra el museo. Varios grupos bien armados en Libia, fronteriza con Túnez, han jurado lealtad a esa milicia.

Ante la economía pobre que enfrentan, tunecinos jóvenes han emigrado al exterior en grandes números para luchar a favor de grupos extremistas en Libia, Siria e Irak, incluidos algunos afiliados con el Estado Islámico.

Las autoridades tunecinas calculan que ya han regresado unos 500 jóvenes de 3.000 que abandonaron el país para sumarse a las filas de grupos radicales.

Cuando se adjudicó el ataque en un comunicado y un audio difundido en páginas de internet de yihadíes, el Estado Islámico ensalzó a los dos agresores muertos y los describió como "caballeros" por su "bendita invasión de una de las madrigueras de infieles y vicio en Túnez, que es musulmán".

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