Afganistán entierra a mujer asesinada por una multitud

Kabul, AP
Un grupo de activistas por los derechos de las mujeres portó a hombros el féretro de una mujer afgana que fue golpeada hasta la muerte por una multitud, durante su entierro el domingo en Kabul.


Cientos de personas se congregaron en el norte de Kabul el domingo para el funeral de Farkhunda, de 27 años y que, como muchos afganos, es conocida solo por su nombre.

La mujer fue asesinada a última hora del jueves por una multitud formada en su mayoría por hombres que la golpearon y quemaron viva antes de arrojar su cuerpo al río Kabul, según recogen la versión policial. Los agentes siguen investigando qué pudo provocar el incidente.

El presidente del país, Ashraf Ghani, condenó el asesinato de la joven calificándolo de "ataque atroz" y ordenó una investigación sobre lo sucedido.

Tras acusaciones que apuntaban que la policía estaba presente pero no hizo nada para frenar el asalto, Ghani dijo que esto puso de manifiesto "un tema fundamental" — la policía del país está demasiado centrada en la lucha contra la insurgencia talibán como para centrarse en la policía comunitaria.

Sus declaraciones se produjeron luego de una amplia condena al asesinato. En Afganistán, las mujeres suelen estar consideradas como inferiores a los hombres, a pesar de que la constitución garantiza la igualdad. La violencia contra la mujer suele quedar impune.

Algunos funcionaros y líderes religiosos han intentado justificar el ataque diciendo que Farkhunda quemó supuestamente un Corán.

Pero ante su tumba, el responsable del departamento de investigaciones criminales del Ministerio del Interior, el general Mohammad Zahir, dijo que no había pruebas que respaldasen esas alegaciones.

"Hemos revisado todas las pruebas y no hemos podido hallar ni un solo indicio que apoye las afirmaciones de que había quemado un Corán", dujo Zahir. "Es completamente inocente".

Trece personas fueron arrestadas en relación al asesinato, agregó.

Cientos de personas se reunieron en el cementerio en el suburbio de clase media de Jair Jana, cerca de la casa de Farkhunda, para su último adiós.

En un acto inusual en el país, mujeres activistas vestidas de luto y con el permiso del padre de Farkhunda, cargaron a hombros con el féretro de la joven desde una ambulancia a una mezquita para las oraciones, y luego de allí a su tumba.

El responsable de la investigación de delitos de la ciudad, Mohammad Farid Afzali, dijo que Farkhunda sufría una enfermedad psiquiátrica que no explicó, pero un vecino contó a Associated Press que la joven estaba a punto de terminar un curso de estudios religiosos y preparándose para ser profesora.

"Todo el mundo la respetaba, era muy religiosa y nunca salía de casa sin cubrirse la cara con un hijab", dijo Mirwais Afizi, de 40 años y que dijo vivir en la misma calle que la familia de Farkhunda.

"Nunca escuchamos que tuviese problemas mentales. Estaba a punto de graduarse", añadió.

La policía afgana puso a la familia de Farkhunda bajo protección, dijo un portavoz del Ministerio del Interior.

Ghani situó la cuestión de los derechos de las mujeres y la igualdad en el centro de su campaña presidencial el año pasado y ha dado a su mujer Rula un alto perfil público. Descendiente de cristianos libaneses, Rula ha abogado por los derechos de las mujeres en Afganistán — un país nombrado habitualmente por los asociaciones internacionales como uno de los peores del mundo para ser mujer.

Bajo el estricto gobierno islamista de los talibanes, que fueron derrotados en una invasión liderada por Estado Unidos en 2011, las mujeres no podían trabajar, estudiar o salir de sus casas sin un pariente masculino. La nueva constitución del país garantiza la igualdad de derechos para las mujeres y protección contra la violencia, pero esas normas siguen aplicándose sin un orden concreto.

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