Más potencia: los monoplazas de 1.000 CV apuntan a 2017
París, As
Uno de los asuntos a tratar por el Grupo de Estrategia de la F-1, en la reunión mantenida en París, venía envuelto con un lacito rojo y el número 1.000 bien grande. Se trataba, ni más ni menos, que de aumentar las unidades de potencia de los monoplazas hasta esos 1.000 CV, cifra que dibuja una enorme sonrisa en el rostro de pesos pesados del Gran Circo, como el propio Ecclestone. La idea fue bien recibida por el grupo (formado por representantes de la FIA, la FOM y seis escuderías: Ferrari, McLaren, Williams, Red Bull, Mercedes y Force India), aunque habrá que darle forma. Y quitarle el lacito.
El objetivo es que dichas unidades de potencia se implanten en 2017. En París se propusieron dos alternativas. La primera, modificar monoplazas y neumáticos para 2016, cuando los motores no variarían. La segunda, esperar hasta 2017 para realizar un cambio mayor en la reglamentación, con el aumento de potencia incluido en el menú. Los jefes de equipo debatieron sobre la posibilidad de subir la potencia hasta los 1.000 CV desde 850-900 CV fijos. En la estrategia, el modo más económico de alcanzar esas cifras sería a través de la eliminación del medidor de flujo de combustible, que limita a los monoplazas a utilizar 100 kilos de gasolina (130 litros) y a un máximo de tasa de flujo de combustible de 100 kilos por hora.
Según algunos medios, Ecclestone es partidario de virar hacia los motores de 2.2 litros y V8 biturbo. Pero en ese debate hay ingenieros que ven factible que los actuales propulsores V6 lleguen hasta la mágica cifra de los 1.000 CV. “Si logramos un cien por cien de su eficiencia, sería de 1.630 CV. Esto sería la perfección y es lo que buscamos”, decía Andy Cowell, el ingeniero jefe de motores de Mercedes, en ‘Speedweek.’ Sería la cuadratura del círculo: más potencia, pero sin gastar más dinero. La perfección, ya lo dice Cowell. El de Mercedes...
Uno de los asuntos a tratar por el Grupo de Estrategia de la F-1, en la reunión mantenida en París, venía envuelto con un lacito rojo y el número 1.000 bien grande. Se trataba, ni más ni menos, que de aumentar las unidades de potencia de los monoplazas hasta esos 1.000 CV, cifra que dibuja una enorme sonrisa en el rostro de pesos pesados del Gran Circo, como el propio Ecclestone. La idea fue bien recibida por el grupo (formado por representantes de la FIA, la FOM y seis escuderías: Ferrari, McLaren, Williams, Red Bull, Mercedes y Force India), aunque habrá que darle forma. Y quitarle el lacito.
El objetivo es que dichas unidades de potencia se implanten en 2017. En París se propusieron dos alternativas. La primera, modificar monoplazas y neumáticos para 2016, cuando los motores no variarían. La segunda, esperar hasta 2017 para realizar un cambio mayor en la reglamentación, con el aumento de potencia incluido en el menú. Los jefes de equipo debatieron sobre la posibilidad de subir la potencia hasta los 1.000 CV desde 850-900 CV fijos. En la estrategia, el modo más económico de alcanzar esas cifras sería a través de la eliminación del medidor de flujo de combustible, que limita a los monoplazas a utilizar 100 kilos de gasolina (130 litros) y a un máximo de tasa de flujo de combustible de 100 kilos por hora.
Según algunos medios, Ecclestone es partidario de virar hacia los motores de 2.2 litros y V8 biturbo. Pero en ese debate hay ingenieros que ven factible que los actuales propulsores V6 lleguen hasta la mágica cifra de los 1.000 CV. “Si logramos un cien por cien de su eficiencia, sería de 1.630 CV. Esto sería la perfección y es lo que buscamos”, decía Andy Cowell, el ingeniero jefe de motores de Mercedes, en ‘Speedweek.’ Sería la cuadratura del círculo: más potencia, pero sin gastar más dinero. La perfección, ya lo dice Cowell. El de Mercedes...