El nuevo líder chií de Yemen hace amenazas
Saná, AP
El líder de los rebeldes chiíes que controlan Yemen advirtió el martes a sus enemigos que no interfieran con su movimiento, en momentos en que el gobierno estadounidense anunció que cerraba su embajada.
Abdul-Malek al-Houthi, que encabeza el movimiento rebelde hutí, vinculado con Irán, que se adueñó del poder de esta nación empobrecida la semana pasada, denunció los planes de gobiernos extranjeros de retirar a sus representantes diplomáticos por considerarlos reacciones a presiones infundadas.
Al-Houthi no especificó el cierre de la embajada de Washington pero advirtió que todos los que se opongan a las ambiciones de su movimiento tribal sufrirán represalias no especificadas.
"No aceptaremos presiones. No sirven para nada", afirmó al-Houthi en un discurso transmitido por la red de los rebeldes al-Masirah TV.
"Quienquiera que perjudique el interés de este país podrá ver que sus intereses en este país también se perjudicarán", amenazó. Al-Houthi no especificó qué represalias tiene previstas.
Al-Houthi justificó la decisión de su grupo de disolver el parlamento yemení y establecer un Comité Revolucionario propio como nueva autoridad gobernante.
Con el trasfondo de la inestabilidad política, el enviado de Naciones Unidas a Yemen reabrió las conversaciones multipartidistas en busca de un gobierno de compromiso aceptable para la mayoría suní y la minoría chií.
El objetivo expreso de la ONU es tratar de crear un gobierno legal en Yemen tras el vacío que dejó en enero la renuncia del presidente Abed Rabbo Mansur Hadi tras ser puesto bajo arresto domiciliario por los rebeldes hutíes.
Los hutíes, tradicionalmente basados en el norte de Yemen cerca de la frontera con Arabia Saudí, han seguido expandiendo el territorio yemení bajo su control. El martes, los militares yemeníes dijeron que los rebeldes capturaron la provincia central de Bayda, pero todavía no han podido controlar la rica provincia petrolera de Maarib al este.
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El líder de los rebeldes chiíes que controlan Yemen advirtió el martes a sus enemigos que no interfieran con su movimiento, en momentos en que el gobierno estadounidense anunció que cerraba su embajada.
Abdul-Malek al-Houthi, que encabeza el movimiento rebelde hutí, vinculado con Irán, que se adueñó del poder de esta nación empobrecida la semana pasada, denunció los planes de gobiernos extranjeros de retirar a sus representantes diplomáticos por considerarlos reacciones a presiones infundadas.
Al-Houthi no especificó el cierre de la embajada de Washington pero advirtió que todos los que se opongan a las ambiciones de su movimiento tribal sufrirán represalias no especificadas.
"No aceptaremos presiones. No sirven para nada", afirmó al-Houthi en un discurso transmitido por la red de los rebeldes al-Masirah TV.
"Quienquiera que perjudique el interés de este país podrá ver que sus intereses en este país también se perjudicarán", amenazó. Al-Houthi no especificó qué represalias tiene previstas.
Al-Houthi justificó la decisión de su grupo de disolver el parlamento yemení y establecer un Comité Revolucionario propio como nueva autoridad gobernante.
Con el trasfondo de la inestabilidad política, el enviado de Naciones Unidas a Yemen reabrió las conversaciones multipartidistas en busca de un gobierno de compromiso aceptable para la mayoría suní y la minoría chií.
El objetivo expreso de la ONU es tratar de crear un gobierno legal en Yemen tras el vacío que dejó en enero la renuncia del presidente Abed Rabbo Mansur Hadi tras ser puesto bajo arresto domiciliario por los rebeldes hutíes.
Los hutíes, tradicionalmente basados en el norte de Yemen cerca de la frontera con Arabia Saudí, han seguido expandiendo el territorio yemení bajo su control. El martes, los militares yemeníes dijeron que los rebeldes capturaron la provincia central de Bayda, pero todavía no han podido controlar la rica provincia petrolera de Maarib al este.
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