El Kremlin moderniza fuerzas armadas a pesar de problemas
Moscú, AP
Cientos de nuevos aviones, tanques y misiles están saliendo de las líneas de ensamblaje en Rusia. Jets rusos rugen sobre los cielos europeos bajo la mirada preocupada de la OTAN. Decenas de miles de soldados participan en ejercicios militares que muestran la disposición combativa para una guerra total.
Todo esto sugiere que los problemas económicos de Rusia no han afectado hasta el momento el ambicioso plan de modernización militar del Kremlin.
La mayoría de los sectores económicos de Rusia enfrentan una reducción de 10% este año en momentos que el país se encamina a una recesión. Pero el presupuesto militar aumentó 33%, a unos 3,3 billones de rublos (unos 50.000 millones de dólares). Esto refleja la aparente disposición del presidente Vladimir Putin de enfrentar a Occidente sobre sus acciones en Ucrania, pero no está claro si Rusia puede darse el lujo de sostener la modernización militar ante la fuerte baja del precio del petróleo y las sanciones de Occidente.
La nueva doctrina militar rusa, apoyada por Putin en diciembre, identifica a la OTAN como una de las principales amenazas al país y plantea una respuesta a lo que el Kremlin considera la expansión de la alianza atlántica a la esfera de interés rusa. En la crisis ucraniana, Moscú demostró por primera vez su nueva capacidad para lo que los expertos llaman guerra híbrida, una combinación de fuerza militar con cierto nivel de propaganda sofisticada y presión política y económica.
Y no es sólo en Crimea —la estratégica península que Rusia se anexó de manos de Ucrania— donde las fuerzas armadas, de 1 millón de efectivos, han aumentado su presencia. Rusia está renovando bases aéreas de la era soviética y construyendo otras en el Ártico. El otoño pasado, los militares rusos desplegaron cohetes avanzados en Kaliningrado, el enclave báltico más occidental del país— y planea enviar bombarderos estratégicos en patrullas regulares en el Caribe y el Golfo de México.
"El objetivo planteado por el presidente de que nadie pueda aprovecharse militarmente de Rusia se cumplirá cueste lo que cueste", dijo el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, en una reunión la semana pasada con la cúpula militar.
Cientos de nuevos aviones, tanques y misiles están saliendo de las líneas de ensamblaje en Rusia. Jets rusos rugen sobre los cielos europeos bajo la mirada preocupada de la OTAN. Decenas de miles de soldados participan en ejercicios militares que muestran la disposición combativa para una guerra total.
Todo esto sugiere que los problemas económicos de Rusia no han afectado hasta el momento el ambicioso plan de modernización militar del Kremlin.
La mayoría de los sectores económicos de Rusia enfrentan una reducción de 10% este año en momentos que el país se encamina a una recesión. Pero el presupuesto militar aumentó 33%, a unos 3,3 billones de rublos (unos 50.000 millones de dólares). Esto refleja la aparente disposición del presidente Vladimir Putin de enfrentar a Occidente sobre sus acciones en Ucrania, pero no está claro si Rusia puede darse el lujo de sostener la modernización militar ante la fuerte baja del precio del petróleo y las sanciones de Occidente.
La nueva doctrina militar rusa, apoyada por Putin en diciembre, identifica a la OTAN como una de las principales amenazas al país y plantea una respuesta a lo que el Kremlin considera la expansión de la alianza atlántica a la esfera de interés rusa. En la crisis ucraniana, Moscú demostró por primera vez su nueva capacidad para lo que los expertos llaman guerra híbrida, una combinación de fuerza militar con cierto nivel de propaganda sofisticada y presión política y económica.
Y no es sólo en Crimea —la estratégica península que Rusia se anexó de manos de Ucrania— donde las fuerzas armadas, de 1 millón de efectivos, han aumentado su presencia. Rusia está renovando bases aéreas de la era soviética y construyendo otras en el Ártico. El otoño pasado, los militares rusos desplegaron cohetes avanzados en Kaliningrado, el enclave báltico más occidental del país— y planea enviar bombarderos estratégicos en patrullas regulares en el Caribe y el Golfo de México.
"El objetivo planteado por el presidente de que nadie pueda aprovecharse militarmente de Rusia se cumplirá cueste lo que cueste", dijo el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, en una reunión la semana pasada con la cúpula militar.