Presidente italiano renuncia y plantea un desafío al primer ministro Renzi
Roma, Reuters
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, presentó el miércoles su renuncia como jefe de Estado, lo que dejó al primer ministro Matteo Renzi con la delicada tarea política de hallar un sucesor.
Se esperaba que Napolitano, de 89 años y ampliamente respetado fuera de Italia por haber garantizado la estabilidad durante la crisis de la zona euro, renunciara antes del final de su segundo período en el cargo debido a su avanzada edad.
El cambio se suma a un creciente clima de incertidumbre en la zona euro, donde este mes habrá elecciones en Grecia y el Banco Central Europeo está bajo presión para tomar medidas para abordar el riesgo de deflación.
Italia intenta salir de años de recesión y el Gobierno enfrenta obstáculos para sus reformas económicas y constitucionales.
Renzi elogió la contribución de Napolitano para asegurar la estabilidad política durante nueve turbulentos años en el cargo y dijo que esperaba la elección de un sucesor para fin de mes.
Un estancamiento en la elección de un nuevo jefe de Estado podría socavar a Renzi hasta el punto de tener que intentar restablecer su autoridad con elecciones anticipadas.
Se ha especulado durante meses sobre quién sucederá a Napolitano en un cargo que tiene poderes amplios pero vagamente definidos, que van desde la designación de primeros ministros al poder de vetar leyes.
No ha surgido ningún favorito, pero entre los posibles candidatos están el ex primer ministro Romano Prodi, el ministro de Economía Pier Carlo Padoan y el juez de la Corte Constitucional Sergio Mattarella.
El presidente del BCE, Mario Draghi, otrora visto como un candidato, descartó dejar su cargo actual.
Renzi no quiso especular sobre nombres, pero dijo que el próximo jefe de Estado será "un gran árbitro que ayudará al país a crecer" y contará con una mayoría lo más amplia posible.
El nuevo presidente será elegido en un voto secreto por ambas cámaras del Parlamento, más representantes de las regiones, en un complicado proceso de varias rondas.
La votación debe comenzar en un plazo de 15 días y se espera que empiece a finales de mes. La debacle del 2013, cuando las luchas internas obligaron a Napolitano a presentarse como candidato, dejó de manifiesto cuán riesgoso puede ser el proceso.
El Partido Democrático de Renzi, de centroizquierda, tiene unos 450 votantes en la asamblea de 1.009 miembros, con lo que el primer ministro tendría al final los números para elegir su candidato sin la ayuda de grandes partidos opositores.
Pero el riesgo real para Renzi surgiría de sus propias filas, donde algunos políticos de la vieja guardia intentarían lograr concesiones de un primer ministro al que siempre han mirado con sospecha.
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, presentó el miércoles su renuncia como jefe de Estado, lo que dejó al primer ministro Matteo Renzi con la delicada tarea política de hallar un sucesor.
Se esperaba que Napolitano, de 89 años y ampliamente respetado fuera de Italia por haber garantizado la estabilidad durante la crisis de la zona euro, renunciara antes del final de su segundo período en el cargo debido a su avanzada edad.
El cambio se suma a un creciente clima de incertidumbre en la zona euro, donde este mes habrá elecciones en Grecia y el Banco Central Europeo está bajo presión para tomar medidas para abordar el riesgo de deflación.
Italia intenta salir de años de recesión y el Gobierno enfrenta obstáculos para sus reformas económicas y constitucionales.
Renzi elogió la contribución de Napolitano para asegurar la estabilidad política durante nueve turbulentos años en el cargo y dijo que esperaba la elección de un sucesor para fin de mes.
Un estancamiento en la elección de un nuevo jefe de Estado podría socavar a Renzi hasta el punto de tener que intentar restablecer su autoridad con elecciones anticipadas.
Se ha especulado durante meses sobre quién sucederá a Napolitano en un cargo que tiene poderes amplios pero vagamente definidos, que van desde la designación de primeros ministros al poder de vetar leyes.
No ha surgido ningún favorito, pero entre los posibles candidatos están el ex primer ministro Romano Prodi, el ministro de Economía Pier Carlo Padoan y el juez de la Corte Constitucional Sergio Mattarella.
El presidente del BCE, Mario Draghi, otrora visto como un candidato, descartó dejar su cargo actual.
Renzi no quiso especular sobre nombres, pero dijo que el próximo jefe de Estado será "un gran árbitro que ayudará al país a crecer" y contará con una mayoría lo más amplia posible.
El nuevo presidente será elegido en un voto secreto por ambas cámaras del Parlamento, más representantes de las regiones, en un complicado proceso de varias rondas.
La votación debe comenzar en un plazo de 15 días y se espera que empiece a finales de mes. La debacle del 2013, cuando las luchas internas obligaron a Napolitano a presentarse como candidato, dejó de manifiesto cuán riesgoso puede ser el proceso.
El Partido Democrático de Renzi, de centroizquierda, tiene unos 450 votantes en la asamblea de 1.009 miembros, con lo que el primer ministro tendría al final los números para elegir su candidato sin la ayuda de grandes partidos opositores.
Pero el riesgo real para Renzi surgiría de sus propias filas, donde algunos políticos de la vieja guardia intentarían lograr concesiones de un primer ministro al que siempre han mirado con sospecha.