Merkel promete luchar contra la intolerancia tras multitudinaria marcha antiislámica
Berlín, Reuters
Un día después de que manifestantes antiislamistas realizaran una multitudinaria marcha en Dresde, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que su Gobierno hará todo lo posible para luchar contra la intolerancia, y calificó a la discriminación por fe religiosa "humanamente reprensible".
Casi 25.000 manifestantes, algunos sosteniendo carteles con Merkel usando un pañuelo en la cabeza, marcharon en Dresde el lunes para demandar reglas de inmigración más estrictas y el fin del multiculturalismo en Alemania, donde residen unos cuatro millones de musulmanes, en su mayoría de origen turco.
El movimiento, llamado PEGIDA (por su sigla en alemán) o Europeos Patrióticos Contra la Islamización de Occidente, organizó marchas bastante menores en otras ciudades. Y manifestaciones contra el racismo han convocado a mucho más público.
Pero las reacciones en contra de los inmigrantes representan un reto mayor para Merkel.
Su partido conservador incluye a varios destacados escépticos del Islam. Y miembros de un nuevo partido de derecha, Alternativa por Alemania (AfD por su sigla en alemán), también la han criticado por permitir el ingreso de demasiados inmigrantes y personas que solicitan asilo.
Hablando en Berlín, Merkel expresó su firme rechazo al movimiento PEGIDA y sus simpatizantes.
"Lo que necesitamos hacer ahora es usar todos los medios a nuestra disposición (...) para combatir la intolerancia y la violencia", dijo la canciller.
"Excluir grupos de personas debido a su fe, no es digno del Estado libre en que vivimos. No es compatible con nuestros valores esenciales. Y es humanamente reprensible. La xenofobia, el racismo y el extremismo no tienen lugar aquí", agregó.
El presidente Joachim Gauck se hizo eco de las declaraciones de Merkel. El mandatario acompañó a la canciller y a líderes religiosos en una vigilia por las víctimas de los ataques de la semana pasada de milicianos islámicos extremistas en París que dejó 17 personas muertas.
"Alemania se ha vuelto más diversa a través de la inmigración, religiosa, cultural y mentalmente", dijo Gauck, un ex pastor y disidente de Alemania del Este, a un grupo de varios cientos de personas en la Puerta de Brandemburgo.
"Esta diversidad ha hecho a nuestro país exitoso, interesante y agradable", afirmó.
Diciendo en francés "Soy judío, soy musulmán", Aiman
Mazyek, que encabeza el Consejo Alemán de Musulmanes, añadió: "Nos mantenemos juntos por una Alemania que está abierta al mundo, con un gran corazón, que honra la libertad de opinión, de prensa y religiosa". También hablaron líderes cristianos y judíos.
Una encuesta reciente de la Fundación Bertelsmann mostró que el 57 por ciento de los alemanes no musulmanes se sienten amenazados por el Islam. El sondeo se realizó antes de los ataques de París.
El lunes, Merkel dijo que el Islam era parte central de la sociedad alemana moderna, una declaración que fue portada de los principales diarios germanos.
Pero generó críticas de varios políticos de derecha, incluidos miembros del CDU de Merkel.
"Alemania tiene una tradición judeocristiana, no una tradición cultural islámica", dijo Wolfgang Bosbach, un veterano legislador de los demócrata cristianos.
Con una de las tasas de natalidad más bajas en Europa, Alemania enfrenta una crisis demográfica en la próxima década y el Gobierno de Merkel está alentando la inmigración para combatir la tendencia.
En el 2013, Alemania registró una inmigración neta de 437.000 personas, el mayor nivel en 20 años. También recibió a cerca de 200.000 personas que buscaban asilo el año pasado, la mayoría desde Siria, devastado por una guerra civil.
Un día después de que manifestantes antiislamistas realizaran una multitudinaria marcha en Dresde, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que su Gobierno hará todo lo posible para luchar contra la intolerancia, y calificó a la discriminación por fe religiosa "humanamente reprensible".
Casi 25.000 manifestantes, algunos sosteniendo carteles con Merkel usando un pañuelo en la cabeza, marcharon en Dresde el lunes para demandar reglas de inmigración más estrictas y el fin del multiculturalismo en Alemania, donde residen unos cuatro millones de musulmanes, en su mayoría de origen turco.
El movimiento, llamado PEGIDA (por su sigla en alemán) o Europeos Patrióticos Contra la Islamización de Occidente, organizó marchas bastante menores en otras ciudades. Y manifestaciones contra el racismo han convocado a mucho más público.
Pero las reacciones en contra de los inmigrantes representan un reto mayor para Merkel.
Su partido conservador incluye a varios destacados escépticos del Islam. Y miembros de un nuevo partido de derecha, Alternativa por Alemania (AfD por su sigla en alemán), también la han criticado por permitir el ingreso de demasiados inmigrantes y personas que solicitan asilo.
Hablando en Berlín, Merkel expresó su firme rechazo al movimiento PEGIDA y sus simpatizantes.
"Lo que necesitamos hacer ahora es usar todos los medios a nuestra disposición (...) para combatir la intolerancia y la violencia", dijo la canciller.
"Excluir grupos de personas debido a su fe, no es digno del Estado libre en que vivimos. No es compatible con nuestros valores esenciales. Y es humanamente reprensible. La xenofobia, el racismo y el extremismo no tienen lugar aquí", agregó.
El presidente Joachim Gauck se hizo eco de las declaraciones de Merkel. El mandatario acompañó a la canciller y a líderes religiosos en una vigilia por las víctimas de los ataques de la semana pasada de milicianos islámicos extremistas en París que dejó 17 personas muertas.
"Alemania se ha vuelto más diversa a través de la inmigración, religiosa, cultural y mentalmente", dijo Gauck, un ex pastor y disidente de Alemania del Este, a un grupo de varios cientos de personas en la Puerta de Brandemburgo.
"Esta diversidad ha hecho a nuestro país exitoso, interesante y agradable", afirmó.
Diciendo en francés "Soy judío, soy musulmán", Aiman
Mazyek, que encabeza el Consejo Alemán de Musulmanes, añadió: "Nos mantenemos juntos por una Alemania que está abierta al mundo, con un gran corazón, que honra la libertad de opinión, de prensa y religiosa". También hablaron líderes cristianos y judíos.
Una encuesta reciente de la Fundación Bertelsmann mostró que el 57 por ciento de los alemanes no musulmanes se sienten amenazados por el Islam. El sondeo se realizó antes de los ataques de París.
El lunes, Merkel dijo que el Islam era parte central de la sociedad alemana moderna, una declaración que fue portada de los principales diarios germanos.
Pero generó críticas de varios políticos de derecha, incluidos miembros del CDU de Merkel.
"Alemania tiene una tradición judeocristiana, no una tradición cultural islámica", dijo Wolfgang Bosbach, un veterano legislador de los demócrata cristianos.
Con una de las tasas de natalidad más bajas en Europa, Alemania enfrenta una crisis demográfica en la próxima década y el Gobierno de Merkel está alentando la inmigración para combatir la tendencia.
En el 2013, Alemania registró una inmigración neta de 437.000 personas, el mayor nivel en 20 años. También recibió a cerca de 200.000 personas que buscaban asilo el año pasado, la mayoría desde Siria, devastado por una guerra civil.