Gran Bretaña convoca a embajador ruso después de que aviones militares afectan vuelos civiles
Londres, Reuters
Gran Bretaña convocó el jueves al embajador ruso para que explique por qué dos bombarderos "Bear" rusos de largo alcance habían sobrevolado el Canal de la Mancha el día anterior, obligando a redirigir vuelos civiles.
Una fuente del Gobierno británico dijo a Reuters que el incidente, que obligó a enviar cazas interceptores Typhoon, fue considerado como "una escalada significativa" y reveló un cambio de estrategia de la aviación rusa, que hasta el momento limitaba sus vuelos a las cercanías de Escocia.
"Fue muy peligroso. La aviación civil que volaba hacia el Reino Unido tuvo que ser redirigida", dijo la fuente. "Los rusos volaban con los transpondedores apagados, así que solo podían ser detectados por los radares militares. Nunca antes habían volado tan al sur".
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que había convocado al embajador ruso, Alexander Yakovenko, para que explique el incidente, asegurando que formó parte de un patrón creciente de "operaciones fuera de su zona" de la aviación rusa.
"Los aviones rusos alteraron la aviación civil. Por eso convocamos hoy al embajador ruso, para que informe sobre el incidente", señaló en un comunicado.
El año pasado, la OTAN realizó más de 100 intercepciones de aviones rusos, cerca de tres veces más que en 2013, en medio de un aumento de la tensión entre Occidente y Moscú por la crisis en Ucrania.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, Philip Hammond, dijo en diciembre que estaba preocupado por el sondeo "extremadamente agresivo" del espacio aéreo británico por parte de los aparatos militares rusos, tras una serie de intercepciones junto a la costa escocesa.
Hammond, ex ministro de Defensa, había dicho con anterioridad que el brusco incremento de esta actividad en los últimos años se debía a una revisión militar del Kremlin que había pasado desapercibida para muchos.
El Gobierno británico no suele dejarse impresionar por estos vuelos, considerados como exhibiciones simbólicas de fuerza de una resurgente Rusia, destinados a recordar al mundo que sigue siendo una potencia global.
Pero la aparición de bombarderos rusos en el Canal de la Mancha, un transitado corredor para la aviación civil, levantó preocupaciones por el riesgo de colisión.
En diciembre, las autoridades suecas dijeron que un caza ruso estuvo a punto de chocar con un avión comercial de pasajeros en espacio aéreo internacional, cerca del sur de Suecia. Rusia insistió en que su aparato había mantenido una distancia segura.
"Es aterrador. ¿Quién hace este tipo de cosas?", se preguntó la fuente del Gobierno británico en relación al incidente en el Canal de la Mancha. "Solo Rusia."
Gran Bretaña convocó el jueves al embajador ruso para que explique por qué dos bombarderos "Bear" rusos de largo alcance habían sobrevolado el Canal de la Mancha el día anterior, obligando a redirigir vuelos civiles.
Una fuente del Gobierno británico dijo a Reuters que el incidente, que obligó a enviar cazas interceptores Typhoon, fue considerado como "una escalada significativa" y reveló un cambio de estrategia de la aviación rusa, que hasta el momento limitaba sus vuelos a las cercanías de Escocia.
"Fue muy peligroso. La aviación civil que volaba hacia el Reino Unido tuvo que ser redirigida", dijo la fuente. "Los rusos volaban con los transpondedores apagados, así que solo podían ser detectados por los radares militares. Nunca antes habían volado tan al sur".
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que había convocado al embajador ruso, Alexander Yakovenko, para que explique el incidente, asegurando que formó parte de un patrón creciente de "operaciones fuera de su zona" de la aviación rusa.
"Los aviones rusos alteraron la aviación civil. Por eso convocamos hoy al embajador ruso, para que informe sobre el incidente", señaló en un comunicado.
El año pasado, la OTAN realizó más de 100 intercepciones de aviones rusos, cerca de tres veces más que en 2013, en medio de un aumento de la tensión entre Occidente y Moscú por la crisis en Ucrania.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, Philip Hammond, dijo en diciembre que estaba preocupado por el sondeo "extremadamente agresivo" del espacio aéreo británico por parte de los aparatos militares rusos, tras una serie de intercepciones junto a la costa escocesa.
Hammond, ex ministro de Defensa, había dicho con anterioridad que el brusco incremento de esta actividad en los últimos años se debía a una revisión militar del Kremlin que había pasado desapercibida para muchos.
El Gobierno británico no suele dejarse impresionar por estos vuelos, considerados como exhibiciones simbólicas de fuerza de una resurgente Rusia, destinados a recordar al mundo que sigue siendo una potencia global.
Pero la aparición de bombarderos rusos en el Canal de la Mancha, un transitado corredor para la aviación civil, levantó preocupaciones por el riesgo de colisión.
En diciembre, las autoridades suecas dijeron que un caza ruso estuvo a punto de chocar con un avión comercial de pasajeros en espacio aéreo internacional, cerca del sur de Suecia. Rusia insistió en que su aparato había mantenido una distancia segura.
"Es aterrador. ¿Quién hace este tipo de cosas?", se preguntó la fuente del Gobierno británico en relación al incidente en el Canal de la Mancha. "Solo Rusia."