Diversidad alimentaria, bajo amenaza por el calentamiento global: ONU
Roma, Reuters
El cambio climático amenaza la diversidad genética de los alimentos del mundo y salvar cosechas y animales en peligro sería crucial para preservar los rendimientos frente a patrones climáticos extremos, dijo el lunes un documento de normativa de la ONU.
Ciertos cultivos silvestres, variedades con frecuencia no cultivados por los agricultores actuales, podrían ser más resistentes al calentamiento del planeta que algunos tipos más populares, dijo la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Pero esas cepas silvestres están precisamente entre las más amenazadas por el cambio climático.
Garantizar la seguridad alimenticia y proteger especies en riesgo de cara al cambio climático es uno de los "retos más grandes que enfrenta la humanidad", dijo el documento.
Entre el 16 y 22 por ciento de las especies de cultivos silvestres podrían estar en peligro de extinción dentro de los próximos 50 años, según el documento de la FAO. Incluyen un 61 por ciento de especies de maní, 12 por ciento de especies de papas y un 8 por ciento de especies de caupí.
"En un mundo con temperaturas más elevadas y condiciones meteorológicas más variables y severas, las plantas y los animales destinados a la alimentación deberán tener la capacidad biológica para adaptarse más rápidamente que hasta ahora", dijo la vicedirectora general de la FAO, Maria Helena Semedo, en un comunicado.
"Prevenir nuevas pérdidas de recursos genéticos agrícolas y prestar más atención a estudiar su potencial aumentará la capacidad de la humanidad para adaptarse al cambio climático", agregó.
Para mejorar la resistencia de los sistemas alimentarios, el documento recomienda reforzar los bancos genéticos para incluir cultivos hasta ahora considerados "menores", una revisión de las prácticas de reproducción, la creación de bancos de semillas comunitarios y mejorar el intercambio de semillas entre agricultores de diferentes regiones.
Las semillas y el material genético de cultivos amenazados deberían preservarse en laboratorios cuando ya no estén seguros en su hábitat natural, dijo el documento.
La producción mundial de alimentos necesitaría aumentar en un estimado de 60 por ciento para el 2050 para alimentar a la creciente población, dijo la FAO, y el cambio climático hará más difícil extender los rendimientos de las cosechas en muchas regiones.
Las áreas de cultivo disminuirían en el África subsahariana, el Caribe, la India y el norte de Australia, pero las temperaturas más elevadas abrirán nuevas regiones a la agricultura en el norte de Estados Unidos, Canadá y gran parte de Europa.
Los sistemas agrícolas, y los propios cultivos, necesitarán adaptarse a estos nuevos ambientes, dijo el documento.
A los científicos les preocupa que ciertas variedades de cultivos y razas animales sean abandonadas por los agricultores ante el cambio climático sin medidas para conservarlos.
Los criadores y cultivadores deberán identificar recursos genéticos con características adecuadas para desarrollar variedad que puedan sobrevivir en condiciones climáticas extremas, según el documento.
El cambio climático amenaza la diversidad genética de los alimentos del mundo y salvar cosechas y animales en peligro sería crucial para preservar los rendimientos frente a patrones climáticos extremos, dijo el lunes un documento de normativa de la ONU.
Ciertos cultivos silvestres, variedades con frecuencia no cultivados por los agricultores actuales, podrían ser más resistentes al calentamiento del planeta que algunos tipos más populares, dijo la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Pero esas cepas silvestres están precisamente entre las más amenazadas por el cambio climático.
Garantizar la seguridad alimenticia y proteger especies en riesgo de cara al cambio climático es uno de los "retos más grandes que enfrenta la humanidad", dijo el documento.
Entre el 16 y 22 por ciento de las especies de cultivos silvestres podrían estar en peligro de extinción dentro de los próximos 50 años, según el documento de la FAO. Incluyen un 61 por ciento de especies de maní, 12 por ciento de especies de papas y un 8 por ciento de especies de caupí.
"En un mundo con temperaturas más elevadas y condiciones meteorológicas más variables y severas, las plantas y los animales destinados a la alimentación deberán tener la capacidad biológica para adaptarse más rápidamente que hasta ahora", dijo la vicedirectora general de la FAO, Maria Helena Semedo, en un comunicado.
"Prevenir nuevas pérdidas de recursos genéticos agrícolas y prestar más atención a estudiar su potencial aumentará la capacidad de la humanidad para adaptarse al cambio climático", agregó.
Para mejorar la resistencia de los sistemas alimentarios, el documento recomienda reforzar los bancos genéticos para incluir cultivos hasta ahora considerados "menores", una revisión de las prácticas de reproducción, la creación de bancos de semillas comunitarios y mejorar el intercambio de semillas entre agricultores de diferentes regiones.
Las semillas y el material genético de cultivos amenazados deberían preservarse en laboratorios cuando ya no estén seguros en su hábitat natural, dijo el documento.
La producción mundial de alimentos necesitaría aumentar en un estimado de 60 por ciento para el 2050 para alimentar a la creciente población, dijo la FAO, y el cambio climático hará más difícil extender los rendimientos de las cosechas en muchas regiones.
Las áreas de cultivo disminuirían en el África subsahariana, el Caribe, la India y el norte de Australia, pero las temperaturas más elevadas abrirán nuevas regiones a la agricultura en el norte de Estados Unidos, Canadá y gran parte de Europa.
Los sistemas agrícolas, y los propios cultivos, necesitarán adaptarse a estos nuevos ambientes, dijo el documento.
A los científicos les preocupa que ciertas variedades de cultivos y razas animales sean abandonadas por los agricultores ante el cambio climático sin medidas para conservarlos.
Los criadores y cultivadores deberán identificar recursos genéticos con características adecuadas para desarrollar variedad que puedan sobrevivir en condiciones climáticas extremas, según el documento.