¿Qué cambia realmente para los cubanos con el restablecimiento de las relaciones con EE.UU.?
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Manifestaciones espontáneas de júbilo, sorpresa, ilusión y escepticismo. El mayor cambio entre las relaciones entre de Estados Unidos y Cuba en medio siglo causó reacciones apasionadas en la isla.BBC Mundo le preguntó a los autores del blog Voces desde Cuba cómo se vivió ese día histórico en el país caribeño.
Y esto fue lo que nos contaron.
Alejandro Rodríguez: Un cambio mayor echó a andar
En Camagüey —una de las principales ciudades de la Isla— la noticia del avance hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Estados Unidos-Cuba y el canje de prisioneros entre ambos países tuvo un efecto comparable acaso al de los sucesos más importantes de la historia del país.Los cubanos no estamos adaptados ya a las noticias y menos aún a las de alto impacto: hubo entonces quien lloró y quien no se lo creía.
Hubo incluso micro-manifestaciones de júbilo popular, que tuvieron el mérito de lo espontáneo, en un escenario donde tal cosa es una anomalía.
Era algo muy esperado por quienes nacimos en medio de una guerra añeja que ni pedimos ni queremos; y un gran reto para quienes
opinan que la hostilidad norteamericana es la causa primera del retraso económico que sufre el país.
En las calles los comentarios de ciudadanos denotan las desconfianzas de un conflicto tan prolongado:"Si nos quitan el bloqueo, el gobierno (de Cuba) se va a quedar sin culpable…", "yo no me creo el cuento ese de la buena intención de los americanos, esos no han renunciado a su política de la Fruta Madura…", eran algunos criterios.
Yuris Nórido: Un día histórico
Pocas veces una noticia sacudió con tanta intensidad al pueblo cubano. Millones de ciudadanos estuvieron frente a los televisores a las12 del mediodía, para escuchar al presidente Raúl Castro. La noticia, a buena parte de ellos, los tomó por sorpresa.
Los rumores se propagaron, a pesar del inexplicable silencio previo de los medios nacionales. Afortunadamente, gracias a la señal abierta de Telesur, muchos televidentes pudieron escuchar, además de la alocución del presidente Castro, la del presidente Obama.
La reacción fue inmediata. En las calles de La Habana, la gente se felicitaba con satisfacción. Ese es el gran tema, que llama la atención de todos. En los taxis, en las paradas de ómnibus, en los centros de trabajo, en las colas, en los parques...
Todavía es temprano para tener una idea cabal de los cambios concretos que esta decisión promoverá. Raúl Castro lo dejó claro: habrá relaciones diplomáticas, pero el bloqueo seguirá en pie.
El presidente Obama ha tomado decisiones importantes, que obviamente marcarán un antes y un después. Más viajes entre los dos países, aumento del monto de dinero que se puede mandar desde Estados Unidos… indudablemente, son medidas que influirán positivamente en la vida de buena parte del pueblo.
La mayoría de la gente, ahora mismo, ha reaccionado con alegría y esperanza. Con los días se sabrá el alcance real de las medidas, pero se respira optimismo.
Contra lo que pudieran creer personas poco informadas sobre la realidad de la isla, los cubanos no albergan sentimientos antiestadounidenses.
A pesar del largo enfrentamiento entre los dos gobiernos, a pesar de los desencuentros, las declaraciones oficiales y los palpables efectos de las medidas económicas.
La gente suponía que las relaciones entre los dos países iban a cambiar para bien, en algún momento. Pocos esperaban que —en apariencia— fuera de un día para otro.
Regina Coyula: Liberaciones
No dejé de sorprenderme aunque no me tomó desprevenida. Lo había conversado entre amigos que me tildaron de loca, que Gross y los tres no serían intercambiables, que sin Derechos Humanos no habría relaciones.Respeté el punto, pero recordé que la política se cocina con ingredientes sutiles que no aparecen en las noticias (mucho menos en las noticias del Granma) pero había indicios y por esos indicios fue que la noticia del año no me cayó de la nada.
Ahora, con Gross en Estados Unidos y los tres en Cuba, comienza la implementación de las conversaciones que han tenido lugar y que abren un paréntesis para una transición tranquila en la que los sucesores de la nomenclatura vivan sin sobresaltos y hasta participen si quieren en la política pluripartidista que vendrá.
El gobierno cubano por su parte necesita normalizar sus relaciones con el vecino del norte y espera con ansias capital fresco. La Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) al fin cumplirá la función para la que fue concebida.
Toca a la sociedad civil aprovechar esta coyutura sin dudas favorable para profundizar en la lucha por establecer un verdadero Estado de derecho.
Por mi parte, quiero creer que hoy, 17 de diciembre de 2014, se abre una nueva etapa en el largo viaje de Cuba para insertarse entre los países modernos y democráticos.