La policía de Nueva York se vuelca en el funeral del agente asesinado
Unos 25.000 oficiales llegados de todo el país acompañan las exequias de Rafael Ramos, abatido hace una semana en venganza por la muerte de dos jóvenes negros
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El funeral del agente Rafael Ramos se convirtió en una movilización sin precedentes del cuerpo de policía de Nueva York, en una sólida fraternidad frente a las protestas que desde hace semanas se han visto por Estados Unidos contra las prácticas abusivas de las fuerzas del orden. El oficial, tratado como un héroe por 25.000 compañeros, fue abatido hace una semana junto a Wenjian Liu en el interior de su coche patrulla por un individuo que buscaba venganza por la muerte de los jóvenes negros Eric Garner en Staten Island y de Michael Brown en Ferguson.
El de Ramos ha sido el mayor funeral en la historia del departamento, con oficiales llegados de todo el país para dar apoyo a sus compañeros neoyorquinos en un momento especialmente tenso. El acto contó con la presencia del vicepresidente de EE UU, Joe Biden. En la víspera, miles de uniformados se acercaron al velatorio para rendir homenaje al fallecido, formando durante seis horas una fila que ocupó hasta cinco manzanas. Liu será enterrado en los próximos días, a la espera de que se tramiten los últimos visados de los familiares que deben llegar de China.
Era el primer testimonio de lo que se vivió en la mañana del sábado en el templo del barrio de Glendale. “Todos llevamos el mismo uniforme”, comentaba uno de los asistentes, “somos hermanos y hermanas, no importa el color ni la creencia religiosa”. Es también un mensaje claro contra la retórica política. La última semana en Nueva York estuvo dominada por los duros ataques de los sindicados de la policía contra el alcalde Bill de Blasio, por ponerse del lado de los manifestantes. Miles de uniformados que seguían la ceremonia en el exterior volvieron a darle la espalda al hablar, como hicieron hace una semana en el hospital donde fueron llevados los cuerpos de los dos agentes.
El demócrata, que vive su peor crisis, espera que esta tragedia se aproveche para estrechar lazos entre la comunidad y el cuerpo de policía, y así superar las profundas diferencias surgidas durante los últimos días. “Esta familia nos ha enseñado lo que somos los neoyoquinos, es algo que todo tenemos que recordar”, índicó el alcalde haciendo referencia a la unidad y a la fé ante la adversidad. "Era un creador de paz en su familia, en su iglesia y para la ciudad de Nueva York. Eso es lo que hace los policías; preservar la paz poniendo sus vidad por delante", afirmó.
Biden habló al inicio de la ceremonia desde una perspectiva muy personal, reconociendo a los azules de Nueva York como la mejor policía “de EE UU y del mundo”. “No conocí a Ramos ni a su compañero”, comentó, “pero si sé por qué estaban ahí; para protegernos y defendernos”. “Estoy seguro de que este formidable cuerpo de policía mostrará a la ciudad y a la nación como superar cualquier división”, auguró,”el espíritu del 11-S sigue vivo”. Agradeció así el servicio que la policía presta a los ciudadanos y su “sacrificio para que tengamos una vida mejor”.
“Nos rompe el corazón cuando algo así pasa”, comentó el agente Cory Fitch, que viajó desde Minneapolis para estar en el funeral. El comisario jefe, William Bratton, que durante los últimos días se encontró en medio del fuego cruzado entre los líderes sindicales de la policía y el alcalde, aseguró que “Ramos y Liu nunca serán olvidados”. Andrew Cuomo, gobernado del Estado de Nueva York, dijo durante el funeral que “la forma en la que perdieron la vida es difícil de entender para cualquier persona”. “Un ataque contra la NYPD es un ataque a todos y nuestros derechos”, apostilló.
En el exterior de la iglesia se instalaron varias pantallas gigantes para que los asistentes pudieran seguir la ceremonia, en una jornada espléndida. La aerolínea de bajo coste JetBlue puso sus aviones a disposición de 700 policías que quisieron desplazarse gratis a Nueva York para participar en los actos. La Stephen Siller Tunnel to Towers Foundation, una de las que asiste a los familiares de las víctimas del 11-S, se ha ofrecido a pagar las hipotecas de los dos oficiales y la Silver Shield Foundation se hará cargo de los estudios de los hijos de Ramos.
Bill de Blasio pidió el lunes que se aparcara el enrarecido debate político hasta pasados los funerales e invitó a los neoyorquinos a que cesaran las protesta para respetar el luto de las familias. Tras la muerte de Ramos y Liu, que fueron ascendidos a título póstumo a detectives, se realizaron siete arrestos de personas acusadas de amenazar a agentes. También se pidió a los vecinos que informen sobre caso como el de Ismaaiyl Brinsley, autor del asalto y que inundó las redes sociales para expresar sus intenciones tras los casos de Garner y Brown.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El funeral del agente Rafael Ramos se convirtió en una movilización sin precedentes del cuerpo de policía de Nueva York, en una sólida fraternidad frente a las protestas que desde hace semanas se han visto por Estados Unidos contra las prácticas abusivas de las fuerzas del orden. El oficial, tratado como un héroe por 25.000 compañeros, fue abatido hace una semana junto a Wenjian Liu en el interior de su coche patrulla por un individuo que buscaba venganza por la muerte de los jóvenes negros Eric Garner en Staten Island y de Michael Brown en Ferguson.
El de Ramos ha sido el mayor funeral en la historia del departamento, con oficiales llegados de todo el país para dar apoyo a sus compañeros neoyorquinos en un momento especialmente tenso. El acto contó con la presencia del vicepresidente de EE UU, Joe Biden. En la víspera, miles de uniformados se acercaron al velatorio para rendir homenaje al fallecido, formando durante seis horas una fila que ocupó hasta cinco manzanas. Liu será enterrado en los próximos días, a la espera de que se tramiten los últimos visados de los familiares que deben llegar de China.
Era el primer testimonio de lo que se vivió en la mañana del sábado en el templo del barrio de Glendale. “Todos llevamos el mismo uniforme”, comentaba uno de los asistentes, “somos hermanos y hermanas, no importa el color ni la creencia religiosa”. Es también un mensaje claro contra la retórica política. La última semana en Nueva York estuvo dominada por los duros ataques de los sindicados de la policía contra el alcalde Bill de Blasio, por ponerse del lado de los manifestantes. Miles de uniformados que seguían la ceremonia en el exterior volvieron a darle la espalda al hablar, como hicieron hace una semana en el hospital donde fueron llevados los cuerpos de los dos agentes.
El demócrata, que vive su peor crisis, espera que esta tragedia se aproveche para estrechar lazos entre la comunidad y el cuerpo de policía, y así superar las profundas diferencias surgidas durante los últimos días. “Esta familia nos ha enseñado lo que somos los neoyoquinos, es algo que todo tenemos que recordar”, índicó el alcalde haciendo referencia a la unidad y a la fé ante la adversidad. "Era un creador de paz en su familia, en su iglesia y para la ciudad de Nueva York. Eso es lo que hace los policías; preservar la paz poniendo sus vidad por delante", afirmó.
Biden habló al inicio de la ceremonia desde una perspectiva muy personal, reconociendo a los azules de Nueva York como la mejor policía “de EE UU y del mundo”. “No conocí a Ramos ni a su compañero”, comentó, “pero si sé por qué estaban ahí; para protegernos y defendernos”. “Estoy seguro de que este formidable cuerpo de policía mostrará a la ciudad y a la nación como superar cualquier división”, auguró,”el espíritu del 11-S sigue vivo”. Agradeció así el servicio que la policía presta a los ciudadanos y su “sacrificio para que tengamos una vida mejor”.
“Nos rompe el corazón cuando algo así pasa”, comentó el agente Cory Fitch, que viajó desde Minneapolis para estar en el funeral. El comisario jefe, William Bratton, que durante los últimos días se encontró en medio del fuego cruzado entre los líderes sindicales de la policía y el alcalde, aseguró que “Ramos y Liu nunca serán olvidados”. Andrew Cuomo, gobernado del Estado de Nueva York, dijo durante el funeral que “la forma en la que perdieron la vida es difícil de entender para cualquier persona”. “Un ataque contra la NYPD es un ataque a todos y nuestros derechos”, apostilló.
En el exterior de la iglesia se instalaron varias pantallas gigantes para que los asistentes pudieran seguir la ceremonia, en una jornada espléndida. La aerolínea de bajo coste JetBlue puso sus aviones a disposición de 700 policías que quisieron desplazarse gratis a Nueva York para participar en los actos. La Stephen Siller Tunnel to Towers Foundation, una de las que asiste a los familiares de las víctimas del 11-S, se ha ofrecido a pagar las hipotecas de los dos oficiales y la Silver Shield Foundation se hará cargo de los estudios de los hijos de Ramos.
Bill de Blasio pidió el lunes que se aparcara el enrarecido debate político hasta pasados los funerales e invitó a los neoyorquinos a que cesaran las protesta para respetar el luto de las familias. Tras la muerte de Ramos y Liu, que fueron ascendidos a título póstumo a detectives, se realizaron siete arrestos de personas acusadas de amenazar a agentes. También se pidió a los vecinos que informen sobre caso como el de Ismaaiyl Brinsley, autor del asalto y que inundó las redes sociales para expresar sus intenciones tras los casos de Garner y Brown.