El campeón, en problemas: los peores Spurs de la era Duncan
San Antonio, As
En la planificación de Gregg Popovich para los Spurs mezcla, en los últimos tiempos, la necesidad de conseguir las suficientes victorias para estar en playoffs y jugar el mayor número de rondas posibles con factor cancha a favor con la obligación de dar el descanso suficiente a su eterno big-three: Tim Duncan (38 años), Manu Ginóbili (37) y Tony Parker (32). La pasada temporada, la fórmula alcanzó la perfección: 62-20, el mejor récord de toda la NBA y con suficiente descanso para las tres estrellas. Duncan jugó 74 partidos, Parker y Ginóbili 68 y ninguno superó los treinta minutos en pista por noche. De esta forma el equipo llegó a playoffs con ventaja de campo en todas las eliminatorias y con la suficiente energía para firmar uno de los mejores recorridos hacia el anillo de toda la historia de la NBA.
Popovich sabía que este diciembre iba a ser un mes difícil: 18 partidos en 31 días, con siete de esos back to back (dos partidos en dos jornadas consecutivas) que tanto le molestan. Así que contaba con alguna concesión pero no con los enormes problemas que está teniendo el campeón, que ha perdido ya 9 partidos en lo que va de mes (6-9), lo que supone el mayor número de derrotas en un mes natural desde que comenzó la era Duncan: el ala-pívot fue elegido con el número 1 del draft de 1997 y debutó con los Spurs en la temporada 97-98.
Así que este es uno de los peores momentos en 18 temporadas para un equipo que tampoco había comenzado nunca tan mal en ese período (1997-2014): 18-13, su peor balance en los primeros 31 partidos desde 1996. Pero es que además las lesiones interfieren en la planificación y obligan a sobreesfuerzos de algunos jugadores, Duncan el ejemplo más claro, en un diciembre negro en el que, como remate, los texanos han jugado cuatro partidos con prórroga: han perdido los cuatro y dos de ellos, y en tres días, necesitaron además de tres prórrogas para resolverse. Así que ni descanso ni victorias y un balance ya exigente a la vista de la competitividad extrema de un Oeste aún más temible que la temporada pasada. Y entonces en playoffs se entró con 49 victorias y el cuarto puesto, que vale al menos una primera ronda con factor cancha a favor, se vendió por unos carísimos 54 triunfos.
Las cuentas desde luego salen todavía, con 51 partidos por jugar, y más para un equipo que, desde que Popovich y Tim Duncan trabajan juntos, nunca ha dejado de jugar playoffs y nunca ha bajado del 61% de triunfos en Regular Season. Eso son precisamente 50 victorias. El año pasado, por ejemplo, los Spurs comenzaron 24-7 en los primeros 31 partidos. En el parón del All-Star marchaban en 38-15, sólo dos derrotas más de las que acumulan ya esta temporada, labradas con un 2-8 en los últimos diez partidos que no saca de quicio a un equipo reconocido por su inquebrantable estabilidad pero sí exige. Mucho.
Y esa exigencia recae por encima de todos los demás en Tim Duncan, al que Popovich puso como ejemplo para el resto de sus compañeros después de la derrota de Navidad ante los Thunder: el jugador que siempre da la cara y compite. Duncan promedia más de 16 puntos y 10 rebotes por partido, un rendimiento excepcional, pero también más de 32 minutos por noche. En diciembre, contando las prórrogas y las ausencias por lesión, promedia 35 minutos por partido y ha jugado 40 o más en tres encuentros. Esos 32 minutos de media le enviarían a sus números de la temporada 2008/09. En las últimas cuatro temporadas, el ala-pívot ha promediado 30 minutos o menos.
Las lesiones desde luego, han sido un factor clave porque ha impedido al equipo coger su ritmo óptimo y a Popovich distribuir los descansos a su gusto. En 31 partidos (y partiendo de la baja conocida de Mills, que se operó después de la última final), Duncan y Ginóbili se han perdido 5 cada uno, Leonard ya 9, Parker 10 y Splitter, 22. Los casos más preocupantes son los de Leonard y Parker. El base francés no termina de alcanzar la continuidad necesaria y ahora vuelve a ser baja por problemas musculares. Hasta el punto de que Popovich asegura que su ausencia puede ser prolongada: “Cada vez que va a volver le duele algo. Así no puede hacer lo que él hace en pista y para eso es mejor que no juegue. Vamos a ser conservadores e igual lo mejor es tenerle fuera una temporada”. Leonard, por su parte, no termina de recuperarse de unos problemas en una mano que no termina de superar. Su técnico incluso planteó un posible paso por el quirófano pero la cuestión es que no tiene fecha de regreso: “Le duele la mano, ese es el problema. Así que no sé si estará jugando esta semana o dentro de tres…”.
En la planificación de Gregg Popovich para los Spurs mezcla, en los últimos tiempos, la necesidad de conseguir las suficientes victorias para estar en playoffs y jugar el mayor número de rondas posibles con factor cancha a favor con la obligación de dar el descanso suficiente a su eterno big-three: Tim Duncan (38 años), Manu Ginóbili (37) y Tony Parker (32). La pasada temporada, la fórmula alcanzó la perfección: 62-20, el mejor récord de toda la NBA y con suficiente descanso para las tres estrellas. Duncan jugó 74 partidos, Parker y Ginóbili 68 y ninguno superó los treinta minutos en pista por noche. De esta forma el equipo llegó a playoffs con ventaja de campo en todas las eliminatorias y con la suficiente energía para firmar uno de los mejores recorridos hacia el anillo de toda la historia de la NBA.
Popovich sabía que este diciembre iba a ser un mes difícil: 18 partidos en 31 días, con siete de esos back to back (dos partidos en dos jornadas consecutivas) que tanto le molestan. Así que contaba con alguna concesión pero no con los enormes problemas que está teniendo el campeón, que ha perdido ya 9 partidos en lo que va de mes (6-9), lo que supone el mayor número de derrotas en un mes natural desde que comenzó la era Duncan: el ala-pívot fue elegido con el número 1 del draft de 1997 y debutó con los Spurs en la temporada 97-98.
Así que este es uno de los peores momentos en 18 temporadas para un equipo que tampoco había comenzado nunca tan mal en ese período (1997-2014): 18-13, su peor balance en los primeros 31 partidos desde 1996. Pero es que además las lesiones interfieren en la planificación y obligan a sobreesfuerzos de algunos jugadores, Duncan el ejemplo más claro, en un diciembre negro en el que, como remate, los texanos han jugado cuatro partidos con prórroga: han perdido los cuatro y dos de ellos, y en tres días, necesitaron además de tres prórrogas para resolverse. Así que ni descanso ni victorias y un balance ya exigente a la vista de la competitividad extrema de un Oeste aún más temible que la temporada pasada. Y entonces en playoffs se entró con 49 victorias y el cuarto puesto, que vale al menos una primera ronda con factor cancha a favor, se vendió por unos carísimos 54 triunfos.
Las cuentas desde luego salen todavía, con 51 partidos por jugar, y más para un equipo que, desde que Popovich y Tim Duncan trabajan juntos, nunca ha dejado de jugar playoffs y nunca ha bajado del 61% de triunfos en Regular Season. Eso son precisamente 50 victorias. El año pasado, por ejemplo, los Spurs comenzaron 24-7 en los primeros 31 partidos. En el parón del All-Star marchaban en 38-15, sólo dos derrotas más de las que acumulan ya esta temporada, labradas con un 2-8 en los últimos diez partidos que no saca de quicio a un equipo reconocido por su inquebrantable estabilidad pero sí exige. Mucho.
Y esa exigencia recae por encima de todos los demás en Tim Duncan, al que Popovich puso como ejemplo para el resto de sus compañeros después de la derrota de Navidad ante los Thunder: el jugador que siempre da la cara y compite. Duncan promedia más de 16 puntos y 10 rebotes por partido, un rendimiento excepcional, pero también más de 32 minutos por noche. En diciembre, contando las prórrogas y las ausencias por lesión, promedia 35 minutos por partido y ha jugado 40 o más en tres encuentros. Esos 32 minutos de media le enviarían a sus números de la temporada 2008/09. En las últimas cuatro temporadas, el ala-pívot ha promediado 30 minutos o menos.
Las lesiones desde luego, han sido un factor clave porque ha impedido al equipo coger su ritmo óptimo y a Popovich distribuir los descansos a su gusto. En 31 partidos (y partiendo de la baja conocida de Mills, que se operó después de la última final), Duncan y Ginóbili se han perdido 5 cada uno, Leonard ya 9, Parker 10 y Splitter, 22. Los casos más preocupantes son los de Leonard y Parker. El base francés no termina de alcanzar la continuidad necesaria y ahora vuelve a ser baja por problemas musculares. Hasta el punto de que Popovich asegura que su ausencia puede ser prolongada: “Cada vez que va a volver le duele algo. Así no puede hacer lo que él hace en pista y para eso es mejor que no juegue. Vamos a ser conservadores e igual lo mejor es tenerle fuera una temporada”. Leonard, por su parte, no termina de recuperarse de unos problemas en una mano que no termina de superar. Su técnico incluso planteó un posible paso por el quirófano pero la cuestión es que no tiene fecha de regreso: “Le duele la mano, ese es el problema. Así que no sé si estará jugando esta semana o dentro de tres…”.