Alexei Navalny, enemigo de Putin, culpable de fraude
Moscú, AP
Alexei Navalny, el activista anticorrupción que es el principal enemigo del presidente ruso Vladimir Putin, fue hallado culpable de fraude y recibió una condena suspendida de tres años y medio el martes, mientras que su hermano fue enviado a prisión por el mismo caso.
El fallo tenía que haber sido anunciado el próximo mes, pero la vista fue traslada repentinamente a la víspera de Año Nuevo, una de los principales feriados en Rusia, provocando especulaciones sobre que las autoridades querrían impedir posibles protestas. Más de 30.000 personas habían dicho antes en la red social Facebook que se manifestarían fuera del Kremlin para protestar por lo que consideraban un juicio injusto.
Navalny y su hermano pequeño Oleg fueron condenados por defraudar a una empresa de cosméticos y recibieron la misma sentencia, pero la de Oleg no fue suspendida. El tribunal también les impuso una multa de 500.000 rublos (unos 8.800 dólares) a cada uno y les ordenó pagar alrededor de cuatro millones de rublos (77.000 dólares) en daños.
Oleg Navalny, padre de dos niños pequeños y ex ejecutivo del servicio postal estatal, nunca ha desempeñado un papel en el movimiento de oposición ruso y su entrada en prisión podría recordar una práctica habitual en la era soviética, cuando se castigaba a los familiares de personas que no eran convenientes para el régimen.
"¿No te avergüenzas de lo que estás haciendo? ¿Quieres castigarme aún más?", gritó Alexei Navalny mientras la juez Yelena Korobchenko leía la condena a su hermano.
Alexei entró brevemente en la jaula de metal en la que fue puesto su hermano tras el veredicto y pareció reprimir las lágrimas.
"Este es el más repugnante y vil de todos los veredictos posibles", dijo Alexei fuera del tribunal.
"El gobierno no solo está intentando encarcelar a sus rivales políticos — estamos acostumbrados, sabemos que lo están haciendo — sino que esta vez están destruyendo y torturando a las familias de las personas que se oponen a ellos", dijo haciendo un llamado para una protesta el martes por la noche.
La condena suspendida podría convertirse en una pena de cárcel en cualquier momento si Alexei Navalny vuelve a reincidir, aunque la decisión seguirá dependiendo de un tribunal.
Navalny está bajo arresto domiciliario desde febrero y su abogado, Vadim Kobzev, dijo a la Associated Press que seguirá así hasta que se agote el proceso de apelación, que podría durar meses.
La analista política en Moscú Masha Lipman dijo que el veredicto es un mensaje a toda la oposición rusa: "Todos vosotros estáis a nuestra merced".
Lipman señaló que está claro que el Kremlin no ha querido hacer un mártir de Navalny, con el objetivo de "no consolidar la oposición, sino desmoralizarla e intimidarla".
El juicio pareció estar lleno de inconsistencias y fisuras.
La empresa implicada, Yves Rocher, escribió una queja a los investigadores, pero sus representantes insistieron durante el juicio que nunca habían sufrido ningún daño. El ejecutivo francés que escribió la queja abandonó Rusia poco después y nunca asistió a las vistas.
Los fiscales insistieron en que los hermanos obligaron a la compañía a asumir "contratos poco ventajosos" y le defraudaron 26 millones de rublos (unos 440.000 dólares).
Los dos hermanos llegaron al tribunal con equipaje, indicando que esperaban ser encarcelados inmediatamente.
Navalny, un abogado y popular bloguero, ganó atención pública con sus investigaciones sobre corrupción oficial y jugó un papel importante en la organización de multitudinarias protestas contra Putin en Moscú en 2011 y 2012.
En un juicio en 2013 por otro caso penal distinto, fue hallado culpable de malversación y condenado a prisión, pero fue puesto en libertad al día siguiente luego de que miles de personas protestasen en las calles de la capital rusa.
El magnate ruso Mijaíl Jodorkovsky, que pasó 10 años en la cárcel hasta que fue indultado el año pasado, descartó que el veredicto fuese una venganza de Putin por el activismo de Navalny.
Jodorkovsky dijo en un comunicado que no está "ni sorprendido de que Putin y su entorno sean capaces de trucos viles, engaños, falsificación y manipulación - pero no son capaces de nada más".
La organización Human Rights Watch con sede en Nueva York dijo que el veredicto envía un mensaje "a las voces independientes para que se preparen para una represión más dura en 2015".
Aun así, funcionarios rusos sugirieron que la condena era demasiado suave y que debería ser recurrida por la fiscalía, algo que permite la ley rusa. Mijaíl Markelov, un prominente parlamentario del partido Rusia Unida, que es la base del poder de Putin, dijo a la agencia de noticias Tass que "debería hacerse todo lo posible para que se reconsidere esta sentencia".
Se espera que los partidarios de Navalny se reúnan en el exterior del Kremlin el martes por la noche en una rara manifestación no autorizada.
Alexei Navalny, el activista anticorrupción que es el principal enemigo del presidente ruso Vladimir Putin, fue hallado culpable de fraude y recibió una condena suspendida de tres años y medio el martes, mientras que su hermano fue enviado a prisión por el mismo caso.
El fallo tenía que haber sido anunciado el próximo mes, pero la vista fue traslada repentinamente a la víspera de Año Nuevo, una de los principales feriados en Rusia, provocando especulaciones sobre que las autoridades querrían impedir posibles protestas. Más de 30.000 personas habían dicho antes en la red social Facebook que se manifestarían fuera del Kremlin para protestar por lo que consideraban un juicio injusto.
Navalny y su hermano pequeño Oleg fueron condenados por defraudar a una empresa de cosméticos y recibieron la misma sentencia, pero la de Oleg no fue suspendida. El tribunal también les impuso una multa de 500.000 rublos (unos 8.800 dólares) a cada uno y les ordenó pagar alrededor de cuatro millones de rublos (77.000 dólares) en daños.
Oleg Navalny, padre de dos niños pequeños y ex ejecutivo del servicio postal estatal, nunca ha desempeñado un papel en el movimiento de oposición ruso y su entrada en prisión podría recordar una práctica habitual en la era soviética, cuando se castigaba a los familiares de personas que no eran convenientes para el régimen.
"¿No te avergüenzas de lo que estás haciendo? ¿Quieres castigarme aún más?", gritó Alexei Navalny mientras la juez Yelena Korobchenko leía la condena a su hermano.
Alexei entró brevemente en la jaula de metal en la que fue puesto su hermano tras el veredicto y pareció reprimir las lágrimas.
"Este es el más repugnante y vil de todos los veredictos posibles", dijo Alexei fuera del tribunal.
"El gobierno no solo está intentando encarcelar a sus rivales políticos — estamos acostumbrados, sabemos que lo están haciendo — sino que esta vez están destruyendo y torturando a las familias de las personas que se oponen a ellos", dijo haciendo un llamado para una protesta el martes por la noche.
La condena suspendida podría convertirse en una pena de cárcel en cualquier momento si Alexei Navalny vuelve a reincidir, aunque la decisión seguirá dependiendo de un tribunal.
Navalny está bajo arresto domiciliario desde febrero y su abogado, Vadim Kobzev, dijo a la Associated Press que seguirá así hasta que se agote el proceso de apelación, que podría durar meses.
La analista política en Moscú Masha Lipman dijo que el veredicto es un mensaje a toda la oposición rusa: "Todos vosotros estáis a nuestra merced".
Lipman señaló que está claro que el Kremlin no ha querido hacer un mártir de Navalny, con el objetivo de "no consolidar la oposición, sino desmoralizarla e intimidarla".
El juicio pareció estar lleno de inconsistencias y fisuras.
La empresa implicada, Yves Rocher, escribió una queja a los investigadores, pero sus representantes insistieron durante el juicio que nunca habían sufrido ningún daño. El ejecutivo francés que escribió la queja abandonó Rusia poco después y nunca asistió a las vistas.
Los fiscales insistieron en que los hermanos obligaron a la compañía a asumir "contratos poco ventajosos" y le defraudaron 26 millones de rublos (unos 440.000 dólares).
Los dos hermanos llegaron al tribunal con equipaje, indicando que esperaban ser encarcelados inmediatamente.
Navalny, un abogado y popular bloguero, ganó atención pública con sus investigaciones sobre corrupción oficial y jugó un papel importante en la organización de multitudinarias protestas contra Putin en Moscú en 2011 y 2012.
En un juicio en 2013 por otro caso penal distinto, fue hallado culpable de malversación y condenado a prisión, pero fue puesto en libertad al día siguiente luego de que miles de personas protestasen en las calles de la capital rusa.
El magnate ruso Mijaíl Jodorkovsky, que pasó 10 años en la cárcel hasta que fue indultado el año pasado, descartó que el veredicto fuese una venganza de Putin por el activismo de Navalny.
Jodorkovsky dijo en un comunicado que no está "ni sorprendido de que Putin y su entorno sean capaces de trucos viles, engaños, falsificación y manipulación - pero no son capaces de nada más".
La organización Human Rights Watch con sede en Nueva York dijo que el veredicto envía un mensaje "a las voces independientes para que se preparen para una represión más dura en 2015".
Aun así, funcionarios rusos sugirieron que la condena era demasiado suave y que debería ser recurrida por la fiscalía, algo que permite la ley rusa. Mijaíl Markelov, un prominente parlamentario del partido Rusia Unida, que es la base del poder de Putin, dijo a la agencia de noticias Tass que "debería hacerse todo lo posible para que se reconsidere esta sentencia".
Se espera que los partidarios de Navalny se reúnan en el exterior del Kremlin el martes por la noche en una rara manifestación no autorizada.