La materia oscura podría ser detectable a simple vista
Madrid, EP
La comunidad de físicos ha buscado sin éxito pruebas de que la materia oscura esté hecha de partículas diminutas y exóticas, invisibles a simple vista aunque estuviera al alcance de la mano.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos) sugieren que la materia oscura podría existir en la forma de cuerpos macroscópicos, o sea visibles a simple vista desde cerca, en vez de consistir de partículas exóticas sueltas.
La materia oscura es materia que no se puede ver mediante las observaciones astronómicas en las que sí es posible percibir a la materia común en la forma de astros. La materia oscura combinada con la normal, podría crear la gravedad que, entre otras cosas, evita que las galaxias se fragmenten al girar sobre sí mismas. Los físicos calculan que la materia oscura supone el 27 por ciento del universo, mientras que la materia normal alcanza el 5 por ciento. El resto corresponde esencialmente a la energía oscura.
En vez de consistir en Partículas Masivas de Interacción Débil (WIMPs), o axiones, que son partículas que interactúan débilmente, la materia oscura podría consistir en objetos macroscópicos, con masas desde valores del orden de los gramos, hasta incluso comparables a la masa de un gran asteroide, y quizá con una densidad igual a la de una estrella de neutrones (o sea más de un billón de veces la del plomo).
Los autores principales del trabajo, Glenn Starkman y David Jacobs, han realizado un análisis de observaciones que les ha permitido estrechar el cerco en torno a la materia oscura, en el sentido de que, entre sus numerosas posibles naturalezas, algunas pueden ser descartadas ya con un grado suficiente de seguridad, lo cual deja un conjunto de posibles identidades cada vez más definido.
Los objetos macroscópicos que según Starkman y Jacobs serían la materia oscura no solo serían más grandes y masivos que WIMPs y axiones, sino que además presentarían una diferencia crucial con respecto a ellas: Estos objetos podrían potencialmente estar formados por partículas contempladas por el Modelo Estándar de la física de partículas, en vez de requerir una nueva física y partículas exóticas para explicar su existencia.
SÓLO SE INVESTIGÓ LO EXÓTICO
Hace algunos años, después de eliminar de la lista de candidatos para materia oscura a la mayor parte de estructuras típicas de la materia ordinaria en el cosmos, incluyendo enanas marrones (astros mayores que un planeta normal pero con masa inferior a la necesaria para convertirse en estrellas), enanas blancas, estrellas de neutrones, agujeros negros de masa estelar, los agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias, y neutrinos con mucha masa, la comunidad científica desplazó su atención hacia lo exótico. Sin embargo, algunas posibilidades no fueron exploradas debidamente, y en ellas podría resultar estar la respuesta al enigma.
Aunque los objetos macroscópicos propuestos por Starkman y Jacobs no son exóticos en el sentido de que no requieren una nueva física para explicarlos, sí lo son en el de que se trataría de construcciones atípicas de materia, creadas en la infancia del universo bajo condiciones especiales. La materia oscura sería un conjunto de pedazos de materia nuclear extraña pero estable, o estructuras con quarks o bariones unidos. Una materia oscura de este tipo encajaría en el Modelo Estándar.
Estos pedazos macroscópicos de materia oscura habrían sido el resultado del ensamblaje de ciertos quarks o bariones antes de que esas partículas tuvieran oportunidad de desintegrarse, y a una temperatura por encima de 3,5 billones de grados centígrados, comparable con la del centro de una supernova masiva. Los quarks habrían sido ensamblados en las estructuras con un 90 por ciento de eficiencia, dejando solo el 10 por ciento para formar los protones y los neutrones encontrados hoy en día en el universo.
Los nuevos cálculos, que han sido publicados en la web de la universidad , indican que estos bloques de materia oscura pesarían cada uno no menos de 55 gramos, ni más de 1 trillón de toneladas.
La comunidad de físicos ha buscado sin éxito pruebas de que la materia oscura esté hecha de partículas diminutas y exóticas, invisibles a simple vista aunque estuviera al alcance de la mano.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos) sugieren que la materia oscura podría existir en la forma de cuerpos macroscópicos, o sea visibles a simple vista desde cerca, en vez de consistir de partículas exóticas sueltas.
La materia oscura es materia que no se puede ver mediante las observaciones astronómicas en las que sí es posible percibir a la materia común en la forma de astros. La materia oscura combinada con la normal, podría crear la gravedad que, entre otras cosas, evita que las galaxias se fragmenten al girar sobre sí mismas. Los físicos calculan que la materia oscura supone el 27 por ciento del universo, mientras que la materia normal alcanza el 5 por ciento. El resto corresponde esencialmente a la energía oscura.
En vez de consistir en Partículas Masivas de Interacción Débil (WIMPs), o axiones, que son partículas que interactúan débilmente, la materia oscura podría consistir en objetos macroscópicos, con masas desde valores del orden de los gramos, hasta incluso comparables a la masa de un gran asteroide, y quizá con una densidad igual a la de una estrella de neutrones (o sea más de un billón de veces la del plomo).
Los autores principales del trabajo, Glenn Starkman y David Jacobs, han realizado un análisis de observaciones que les ha permitido estrechar el cerco en torno a la materia oscura, en el sentido de que, entre sus numerosas posibles naturalezas, algunas pueden ser descartadas ya con un grado suficiente de seguridad, lo cual deja un conjunto de posibles identidades cada vez más definido.
Los objetos macroscópicos que según Starkman y Jacobs serían la materia oscura no solo serían más grandes y masivos que WIMPs y axiones, sino que además presentarían una diferencia crucial con respecto a ellas: Estos objetos podrían potencialmente estar formados por partículas contempladas por el Modelo Estándar de la física de partículas, en vez de requerir una nueva física y partículas exóticas para explicar su existencia.
SÓLO SE INVESTIGÓ LO EXÓTICO
Hace algunos años, después de eliminar de la lista de candidatos para materia oscura a la mayor parte de estructuras típicas de la materia ordinaria en el cosmos, incluyendo enanas marrones (astros mayores que un planeta normal pero con masa inferior a la necesaria para convertirse en estrellas), enanas blancas, estrellas de neutrones, agujeros negros de masa estelar, los agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias, y neutrinos con mucha masa, la comunidad científica desplazó su atención hacia lo exótico. Sin embargo, algunas posibilidades no fueron exploradas debidamente, y en ellas podría resultar estar la respuesta al enigma.
Aunque los objetos macroscópicos propuestos por Starkman y Jacobs no son exóticos en el sentido de que no requieren una nueva física para explicarlos, sí lo son en el de que se trataría de construcciones atípicas de materia, creadas en la infancia del universo bajo condiciones especiales. La materia oscura sería un conjunto de pedazos de materia nuclear extraña pero estable, o estructuras con quarks o bariones unidos. Una materia oscura de este tipo encajaría en el Modelo Estándar.
Estos pedazos macroscópicos de materia oscura habrían sido el resultado del ensamblaje de ciertos quarks o bariones antes de que esas partículas tuvieran oportunidad de desintegrarse, y a una temperatura por encima de 3,5 billones de grados centígrados, comparable con la del centro de una supernova masiva. Los quarks habrían sido ensamblados en las estructuras con un 90 por ciento de eficiencia, dejando solo el 10 por ciento para formar los protones y los neutrones encontrados hoy en día en el universo.
Los nuevos cálculos, que han sido publicados en la web de la universidad , indican que estos bloques de materia oscura pesarían cada uno no menos de 55 gramos, ni más de 1 trillón de toneladas.