La Justicia china condena a la disidencia
JAVIER ESPINOSA
Pekin, El Mundo
La Justicia china ha ratificado la cadena perpetua contra el intelectual uigur Ilham Tohti, al tiempo que iniciaba el juicio contra la periodista Gao Yu en un signo más de lo que muchos activistas han calificado como la campaña más férrea contra los defensores de los derechos humanos que registra el país desde la represión que siguió a la revuelta de Tiannamen en 1989.
Al mismo tiempo, el abogado de otro connotado militante pro-demócrata, Pu Zhingiang -que permanece arrestado desde junio-, aseguró que la Fiscalía local podría aumentar los cargos contra él, ya que ahora le acusan también de incitar "al odio y la discriminación entre razas" y fomentar el "separatismo", por un texto que redactó en su blog.
Para William Nee, un miembro de Amnistía Internacional en Hong Kong, estos hechos son "muy preocupantes" e inciden en la rígida política aplicada por el presidente Xi Jinping frente a los disidentes.
"Vemos cada vez más casos [de disidentes chinos] que son acusados de dividir y subversión por el simple hecho de emitir sus opiniones", señaló.
Nee descalificó los juicios contra Gao y Tohti como "descaradas persecuciones políticas" y precisó que el reciente énfasis en la primacía del Estado de Derecho que se convirtió en lema del último congreso de la cúpula del Partido Comunista semeja ser "una mera fachada en casos que el gobierno considera políticamente sensibles".
Tres grandes 'oleadas represivas'
Human Rights Watch aclaró en un comunicado que desde que Jinping accedió al poder se han registrado tres grandes "oleadas represivas" contra la disidencia interna que se han saldado con el encarcelamiento de "cientos" de personas.
Gao Yu, de 70 años de edad, fue detenida el pasado día 24 de abril, bajo la acusación de "obtener ilegalmente" documentos del comité central del Partido Comunista local y publicarlos en el semanario "extranjero" Mingjing.
Pese a que el medio norteamericano ha negado que la periodista fuese su fuente de información, Gao se enfrenta a un grave señalamiento ya que la normativa local considera que cualquier documento interno del Partido es un "secreto de estado".
La traducción del citado texto -conocido por la denominación de "Documento Nº 9"- que difundió Mingjing recoge los siete supuestos "peligros" que acechan al poder chino y que incluye la "promoción de la democracia constitucional occidental, la defensa de los derechos humanos o de la sociedad civil, todos ellos "intentos" según este escrito por "socavar el liderazgo del Partido y el socialismo con características chinas".
Lo mismo que fomentar la "libertad de prensa", que en el texto oficial se considera un plan para "infiltrar" la ideología comunista y acabar con el principio de que la prensa debe estar "sujeta a la disciplina del partido".
'Un asalto frontal contra la libertad de expresión'
Para Human Rights Watch, el caso de Gao "es un asalto frontal contra la libertad de expresión y el acceso a la información", en palabras de Sophie Richardson, responsable de ese país en la ONG.
Yu es una veterana tanto del periodismo como de las cárceles chinas, donde ya ha recalado en dos ocasiones. La informadora, que comenzó su carrera en la prensa oficial en 1979, se significó por su apoyo a la revuelta de Tiannamen y por ello tuvo que enfrentar más de un año de detención, al que sumó otros seis en 1993, también bajo el supuesto de "filtrar secretos de estado".
Las acusaciones contra Gao han estado rodeadas de una especial controversia después de que la significada informadora apareciera en la televisión china el pasado mes de mayo "confesando" el hipotético delito y dijera que estaba "profundamente arrepentida" de ello.
"He dañado los intereses nacionales. Lo que hice estuvo muy mal. Acepto aprender la lección y me declaro culpable", se la escuchó decir en aquella grabación, que después la misma Gao aclaró que se había realizado bajo la intimidación y las amenazas que profirió la policía contra su hijo.
"Es una prueba ilegal que debería ser excluida del proceso", ha declarado su abogado, Mo Shaoping.
Según este último, la salud de Gao Yu se encuentra muy resentida por todos estos meses de detención. "Es una señora de 70 años que tiene varias dolencias y debe tomar medicamentos. Me dijo que había perdido la conciencia en varias ocasiones en el centro de detención".
La periodista enfrenta una condena tan imprevisible como los mismos señalamientos que le hace la Justicia, pero que en casos anteriores como el de su colega Shi Tao en el 2005 le reportaron una sentencia de 10 años de prisión.
El arresto de Gao Yu se produjo dentro de la ola de detenciones que llevó a cabo Pekín en vísperas del 25 aniversario de la masacre de Tiannamen.
Precisamente, otro de las víctimas de esa acometida fue el citado abogado Pu Zhinqiang, al que en junio se le imputó el difuso delito e "buscar pelea y provocar problemas".
Pekin, El Mundo
La Justicia china ha ratificado la cadena perpetua contra el intelectual uigur Ilham Tohti, al tiempo que iniciaba el juicio contra la periodista Gao Yu en un signo más de lo que muchos activistas han calificado como la campaña más férrea contra los defensores de los derechos humanos que registra el país desde la represión que siguió a la revuelta de Tiannamen en 1989.
Al mismo tiempo, el abogado de otro connotado militante pro-demócrata, Pu Zhingiang -que permanece arrestado desde junio-, aseguró que la Fiscalía local podría aumentar los cargos contra él, ya que ahora le acusan también de incitar "al odio y la discriminación entre razas" y fomentar el "separatismo", por un texto que redactó en su blog.
Para William Nee, un miembro de Amnistía Internacional en Hong Kong, estos hechos son "muy preocupantes" e inciden en la rígida política aplicada por el presidente Xi Jinping frente a los disidentes.
"Vemos cada vez más casos [de disidentes chinos] que son acusados de dividir y subversión por el simple hecho de emitir sus opiniones", señaló.
Nee descalificó los juicios contra Gao y Tohti como "descaradas persecuciones políticas" y precisó que el reciente énfasis en la primacía del Estado de Derecho que se convirtió en lema del último congreso de la cúpula del Partido Comunista semeja ser "una mera fachada en casos que el gobierno considera políticamente sensibles".
Tres grandes 'oleadas represivas'
Human Rights Watch aclaró en un comunicado que desde que Jinping accedió al poder se han registrado tres grandes "oleadas represivas" contra la disidencia interna que se han saldado con el encarcelamiento de "cientos" de personas.
Gao Yu, de 70 años de edad, fue detenida el pasado día 24 de abril, bajo la acusación de "obtener ilegalmente" documentos del comité central del Partido Comunista local y publicarlos en el semanario "extranjero" Mingjing.
Pese a que el medio norteamericano ha negado que la periodista fuese su fuente de información, Gao se enfrenta a un grave señalamiento ya que la normativa local considera que cualquier documento interno del Partido es un "secreto de estado".
La traducción del citado texto -conocido por la denominación de "Documento Nº 9"- que difundió Mingjing recoge los siete supuestos "peligros" que acechan al poder chino y que incluye la "promoción de la democracia constitucional occidental, la defensa de los derechos humanos o de la sociedad civil, todos ellos "intentos" según este escrito por "socavar el liderazgo del Partido y el socialismo con características chinas".
Lo mismo que fomentar la "libertad de prensa", que en el texto oficial se considera un plan para "infiltrar" la ideología comunista y acabar con el principio de que la prensa debe estar "sujeta a la disciplina del partido".
'Un asalto frontal contra la libertad de expresión'
Para Human Rights Watch, el caso de Gao "es un asalto frontal contra la libertad de expresión y el acceso a la información", en palabras de Sophie Richardson, responsable de ese país en la ONG.
Yu es una veterana tanto del periodismo como de las cárceles chinas, donde ya ha recalado en dos ocasiones. La informadora, que comenzó su carrera en la prensa oficial en 1979, se significó por su apoyo a la revuelta de Tiannamen y por ello tuvo que enfrentar más de un año de detención, al que sumó otros seis en 1993, también bajo el supuesto de "filtrar secretos de estado".
Las acusaciones contra Gao han estado rodeadas de una especial controversia después de que la significada informadora apareciera en la televisión china el pasado mes de mayo "confesando" el hipotético delito y dijera que estaba "profundamente arrepentida" de ello.
"He dañado los intereses nacionales. Lo que hice estuvo muy mal. Acepto aprender la lección y me declaro culpable", se la escuchó decir en aquella grabación, que después la misma Gao aclaró que se había realizado bajo la intimidación y las amenazas que profirió la policía contra su hijo.
"Es una prueba ilegal que debería ser excluida del proceso", ha declarado su abogado, Mo Shaoping.
Según este último, la salud de Gao Yu se encuentra muy resentida por todos estos meses de detención. "Es una señora de 70 años que tiene varias dolencias y debe tomar medicamentos. Me dijo que había perdido la conciencia en varias ocasiones en el centro de detención".
La periodista enfrenta una condena tan imprevisible como los mismos señalamientos que le hace la Justicia, pero que en casos anteriores como el de su colega Shi Tao en el 2005 le reportaron una sentencia de 10 años de prisión.
El arresto de Gao Yu se produjo dentro de la ola de detenciones que llevó a cabo Pekín en vísperas del 25 aniversario de la masacre de Tiannamen.
Precisamente, otro de las víctimas de esa acometida fue el citado abogado Pu Zhinqiang, al que en junio se le imputó el difuso delito e "buscar pelea y provocar problemas".