EE UU empieza a contar votos al cierre de las urnas en la costa Este
“Se huele la victoria en el aire”, decía en un mitin el senador Mitch McConnell, quien se convertiría en líder del Senado
Yolanda Monge
Washington, El País
A las siete de la tarde, hora de la costa Este de EE UU, han cerrado las urnas en Georgia, Carolina del Sur, Kentucky y Virginia. La cadena de información CNN y el diario The Washington Post daban ya ganador al senador por Kentucky, Mitch McConnell.
Los republicanos esperan vivir una gran noche esta noche. Los demócratas la temen. Tras meses de agotadoras campañas, los votantes deciden hoy en las urnas si transfieren el poder a los republicanos en el Congreso y dejan al presidente Barack Obama con ambas cámaras del Capitolio en manos de la oposición que puede complicar la vida legislativa –aún más- a los demócratas.
Los primeros colegios electorales abrían sus puertas a las seis de la mañana en Estados de la costa Este como Virginia y 19 horas después cerrarán los situados en las Islas Aleutian, en el Pacífico. En un país con seis husos horarios distintos, el resultado final puede alargarse hasta la madrugada (el de Alaska no se sabrá hasta mañana debido a la complicada geografía del Estado). La tensión ya existente podría alargarse hasta diciembre y enero si dos de los Estados en liza –Georgia y Luisiana- se ven forzados a convocar segundas vueltas al no obtener ninguno de los candidatos el 50% de los votos necesarios.
La llave para que los republicanos recuperen el Senado que perdieron en 2006 está en 10 Estados (solo 36 están en juego, ya que sólo se renueva un tercio de la Cámara Alta): Colorado, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana, Arkansas, Alaska, Kansas, Iowa, Kentucky y New Hampshire. A las nueve de la noche de la costa Este habrán cerrado los colegios de ocho de esos 10 Estados clave, de manera que si uno de los dos partidos alcanza la mayoría en estas votaciones los resultados podrían saberse esta noche. Eso si la clave del resultado no está ni en Georgia ni Luisiana.
La llave para que los republicanos recuperen el Senado está en 10 Estados: Colorado, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana, Arkansas, Alaska, Kansas, Iowa, Kentucky y New Hampshire
Un factor más para la incertidumbre. Kansas está en juego entre un veterano republicano, el senador Pat Roberts, 83 años, y el independiente Greg Orman, 45. Orman ha basado su campaña en la indefinición -votó en 2008 por Obama y en 2012 por Mitt Romney- y su victoria dejaría en suspenso el signo del Senado, ya que no ha confirmado con quien sumaría fuerzas.
Los republicanos ya olían el triunfo esta mañana. “La victoria está en el aire”, decía en un mitin el senador Mitch McConnell, que no teme perder su puesto ya que la candidata demócrata, Alison Lundergan Grimes, está muy por detrás en las encuestas. McConnell es el actual líder de la minoría en el Senado y una victoria de su partido le convertiría en jefe de la Cámara Alta, sueño acariciado largo tiempo y desde donde ha prometido desmantelar los pocos logros legislativos obtenidos por Obama, básicamente la ley de la reforma sanitaria.
El presidente del Comité Nacional Republicano se expresaba con más moderación y prudencia que su compañero de partido. “”Sin duda se trata de ganar la mayoría, pero no deja de ser cierto también que tenemos que poner a prueba si nos convertimos en un partido nacional más competitivo”, ha declarado Reince Priebus, que reconoció que el descontento y el enfado de la gente con Washington les favorece.
Los republicanos necesitan ganar seis escaños para hacerse con el control del Senado. Si vencen en Colorado, Iowa, New Hampshire y Carolina del Norte podrían declarar la victoria. Si pierden en todos o se los reparten con los demócratas, llevará más tiempo quizá saber el color de esa cámara ya que, de nuevo, entrarán en juego Georgia y Luisiana.
Debido a que el presidente en el cargo no renueva mandato en 2016, estas elecciones se quieren ver también en clave de la Casa Blanca. De momento, a quienes con palabras dicen no postularse les traicionan sus actos, al haber acudido en ayuda de compañeros de filas en apuros en carreras muy competitivas. Es el caso de Hillary Clinton, Rand Paul, Ted Cruz... De momento, los republicanos vigilan de cerca lo que suceda en Colorado, donde el senador Mark Udall y el Gobernador John Hickenlooper –los dos demócratas- podrían perder.
Obama ganó en Colorado en 2008 y 2012 estableciendo lo que parecía ser un patrón de políticas progresistas, algo que ha impulsado Udall focalizando su campaña en el derecho al aborto. Si ahora es derrotado por el representante republicano Cory Gardner, el partido de Lincoln vería posibilidades en un Estado básico para recuperar la presidencia en 2016.
Respecto a la Cámara, que se renueva por completo al salir a votación los 435 escaños, sólo hay 50 contiendas que puedan estar realmente en juego. Si las urnas se inclinaran en esos estados a favor de los republicanos lo único que supondría es que estos tendrían una mayoría más amplia de la que tienen ahora, pero en cualquier caso no habría ganancia para los demócratas. En resumen: la Cámara de Representantes no está en juego.
El cansancio y la desafección con la Casa Blanca han hecho de estos comicios las elecciones del rechazo. Rechazo republicano a las políticas de Obama y rechazo de los contendientes demócratas a ser vinculados con el presidente, tanto así que una candidata se negó a decir en público -refugiándose en su derecho a la privacidad del voto- si había votado en el pasado por el presidente demócrata.
A falta de una figura popular, con tirón, quienes han entrado en escena –no de manera casual, todo está medido- para intentar volcar el voto del lado demócrata ha sido el matrimonio Bill y Hillary Clinton, que entre los dos han visitado 25 Estados para ayudar a más de 30 candidatos del Partido Demócrata.
Yolanda Monge
Washington, El País
A las siete de la tarde, hora de la costa Este de EE UU, han cerrado las urnas en Georgia, Carolina del Sur, Kentucky y Virginia. La cadena de información CNN y el diario The Washington Post daban ya ganador al senador por Kentucky, Mitch McConnell.
Los republicanos esperan vivir una gran noche esta noche. Los demócratas la temen. Tras meses de agotadoras campañas, los votantes deciden hoy en las urnas si transfieren el poder a los republicanos en el Congreso y dejan al presidente Barack Obama con ambas cámaras del Capitolio en manos de la oposición que puede complicar la vida legislativa –aún más- a los demócratas.
Los primeros colegios electorales abrían sus puertas a las seis de la mañana en Estados de la costa Este como Virginia y 19 horas después cerrarán los situados en las Islas Aleutian, en el Pacífico. En un país con seis husos horarios distintos, el resultado final puede alargarse hasta la madrugada (el de Alaska no se sabrá hasta mañana debido a la complicada geografía del Estado). La tensión ya existente podría alargarse hasta diciembre y enero si dos de los Estados en liza –Georgia y Luisiana- se ven forzados a convocar segundas vueltas al no obtener ninguno de los candidatos el 50% de los votos necesarios.
La llave para que los republicanos recuperen el Senado que perdieron en 2006 está en 10 Estados (solo 36 están en juego, ya que sólo se renueva un tercio de la Cámara Alta): Colorado, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana, Arkansas, Alaska, Kansas, Iowa, Kentucky y New Hampshire. A las nueve de la noche de la costa Este habrán cerrado los colegios de ocho de esos 10 Estados clave, de manera que si uno de los dos partidos alcanza la mayoría en estas votaciones los resultados podrían saberse esta noche. Eso si la clave del resultado no está ni en Georgia ni Luisiana.
La llave para que los republicanos recuperen el Senado está en 10 Estados: Colorado, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana, Arkansas, Alaska, Kansas, Iowa, Kentucky y New Hampshire
Un factor más para la incertidumbre. Kansas está en juego entre un veterano republicano, el senador Pat Roberts, 83 años, y el independiente Greg Orman, 45. Orman ha basado su campaña en la indefinición -votó en 2008 por Obama y en 2012 por Mitt Romney- y su victoria dejaría en suspenso el signo del Senado, ya que no ha confirmado con quien sumaría fuerzas.
Los republicanos ya olían el triunfo esta mañana. “La victoria está en el aire”, decía en un mitin el senador Mitch McConnell, que no teme perder su puesto ya que la candidata demócrata, Alison Lundergan Grimes, está muy por detrás en las encuestas. McConnell es el actual líder de la minoría en el Senado y una victoria de su partido le convertiría en jefe de la Cámara Alta, sueño acariciado largo tiempo y desde donde ha prometido desmantelar los pocos logros legislativos obtenidos por Obama, básicamente la ley de la reforma sanitaria.
El presidente del Comité Nacional Republicano se expresaba con más moderación y prudencia que su compañero de partido. “”Sin duda se trata de ganar la mayoría, pero no deja de ser cierto también que tenemos que poner a prueba si nos convertimos en un partido nacional más competitivo”, ha declarado Reince Priebus, que reconoció que el descontento y el enfado de la gente con Washington les favorece.
Los republicanos necesitan ganar seis escaños para hacerse con el control del Senado. Si vencen en Colorado, Iowa, New Hampshire y Carolina del Norte podrían declarar la victoria. Si pierden en todos o se los reparten con los demócratas, llevará más tiempo quizá saber el color de esa cámara ya que, de nuevo, entrarán en juego Georgia y Luisiana.
Debido a que el presidente en el cargo no renueva mandato en 2016, estas elecciones se quieren ver también en clave de la Casa Blanca. De momento, a quienes con palabras dicen no postularse les traicionan sus actos, al haber acudido en ayuda de compañeros de filas en apuros en carreras muy competitivas. Es el caso de Hillary Clinton, Rand Paul, Ted Cruz... De momento, los republicanos vigilan de cerca lo que suceda en Colorado, donde el senador Mark Udall y el Gobernador John Hickenlooper –los dos demócratas- podrían perder.
Obama ganó en Colorado en 2008 y 2012 estableciendo lo que parecía ser un patrón de políticas progresistas, algo que ha impulsado Udall focalizando su campaña en el derecho al aborto. Si ahora es derrotado por el representante republicano Cory Gardner, el partido de Lincoln vería posibilidades en un Estado básico para recuperar la presidencia en 2016.
Respecto a la Cámara, que se renueva por completo al salir a votación los 435 escaños, sólo hay 50 contiendas que puedan estar realmente en juego. Si las urnas se inclinaran en esos estados a favor de los republicanos lo único que supondría es que estos tendrían una mayoría más amplia de la que tienen ahora, pero en cualquier caso no habría ganancia para los demócratas. En resumen: la Cámara de Representantes no está en juego.
El cansancio y la desafección con la Casa Blanca han hecho de estos comicios las elecciones del rechazo. Rechazo republicano a las políticas de Obama y rechazo de los contendientes demócratas a ser vinculados con el presidente, tanto así que una candidata se negó a decir en público -refugiándose en su derecho a la privacidad del voto- si había votado en el pasado por el presidente demócrata.
A falta de una figura popular, con tirón, quienes han entrado en escena –no de manera casual, todo está medido- para intentar volcar el voto del lado demócrata ha sido el matrimonio Bill y Hillary Clinton, que entre los dos han visitado 25 Estados para ayudar a más de 30 candidatos del Partido Demócrata.