Controversia en Israel por ley de nacionalidad
Jerusalén, AP
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió el lunes lograr la aprobación de una ley de nacionalidad que ha amenazado la estabilidad de su frágil coalición gubernamental, aunque dejó abierta la posibilidad de modificarla.
La ley consagraría a Israel como el hogar nacional del pueblo judío, pero ciertos términos propuestos por legisladores de derecha han provocado acusaciones de racismo, han llevado al fiscal general a cuestionarla y han llevado a la ministra de justicia a advertir que la coalición podría colapsar.
En un discurso ante militantes de su Partido Likud, el primer ministro dijo que estaba decidido a lograr la aprobación de la ley.
"Debo decir que esta ley y las propuestas que lo acompañan expresan el hecho de que Israel es el hogar nacional del pueblo judío, en exclusividad, y al mismo tiempo es un país que garantizará los derechos de cada uno de los ciudadanos del Estado de Israel", aseveró el mandatario.
La declaración de independencia de Israel, firmada en 1948, define al país tanto como judío como democrático. La nueva ley busca consagrar estos principios como Ley Fundamental, una constitución de facto.
Sin embargo, algunas partes de la propuesta han suscitado temores, como por ejemplo declarar que las leyes se deben basar en las normas judías, o eliminar el árabe como idioma oficial.
"Ello amenaza las muy delicadas relaciones que existen entre la mayoría judía y la minoría árabe dentro de Israel", expresó Ibrahim Sarsour, un legislador árabe.
Funcionarios israelíes dijeron que estaban dispuestos a postergar la votación, que se iba a realizar el miércoles, una semana más. Netanyahu indicó que estaba dispuesto a considerar cambios.
Los miembros centristas de la coalición, como Hatnuá y Yesh Atid, han jurado oponerse a la ley.
Poco antes, la ministra de Justicia Tzipi Livni, dirigente de Hatnuá, advirtió que si la ley se aprueba, la coalición de Netanyahu podría colapsar y tendrían que realizarse elecciones anticipadas. Livni añadió que si Netanyahu desea castigarla por oponerse a ley, ello podría llevar al colapso de su gobierno.
El debate en torno a la ley de nacionalidad ocurre en medio de tensiones entre judíos israelíes y árabes israelíes, que conforman un 20% de la población de unos 8 millones de habitantes. Durante el mes pasado, ataques palestinos han matado a 11 israelíes, entre ellos cinco en una sinagoga en Jerusalén.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió el lunes lograr la aprobación de una ley de nacionalidad que ha amenazado la estabilidad de su frágil coalición gubernamental, aunque dejó abierta la posibilidad de modificarla.
La ley consagraría a Israel como el hogar nacional del pueblo judío, pero ciertos términos propuestos por legisladores de derecha han provocado acusaciones de racismo, han llevado al fiscal general a cuestionarla y han llevado a la ministra de justicia a advertir que la coalición podría colapsar.
En un discurso ante militantes de su Partido Likud, el primer ministro dijo que estaba decidido a lograr la aprobación de la ley.
"Debo decir que esta ley y las propuestas que lo acompañan expresan el hecho de que Israel es el hogar nacional del pueblo judío, en exclusividad, y al mismo tiempo es un país que garantizará los derechos de cada uno de los ciudadanos del Estado de Israel", aseveró el mandatario.
La declaración de independencia de Israel, firmada en 1948, define al país tanto como judío como democrático. La nueva ley busca consagrar estos principios como Ley Fundamental, una constitución de facto.
Sin embargo, algunas partes de la propuesta han suscitado temores, como por ejemplo declarar que las leyes se deben basar en las normas judías, o eliminar el árabe como idioma oficial.
"Ello amenaza las muy delicadas relaciones que existen entre la mayoría judía y la minoría árabe dentro de Israel", expresó Ibrahim Sarsour, un legislador árabe.
Funcionarios israelíes dijeron que estaban dispuestos a postergar la votación, que se iba a realizar el miércoles, una semana más. Netanyahu indicó que estaba dispuesto a considerar cambios.
Los miembros centristas de la coalición, como Hatnuá y Yesh Atid, han jurado oponerse a la ley.
Poco antes, la ministra de Justicia Tzipi Livni, dirigente de Hatnuá, advirtió que si la ley se aprueba, la coalición de Netanyahu podría colapsar y tendrían que realizarse elecciones anticipadas. Livni añadió que si Netanyahu desea castigarla por oponerse a ley, ello podría llevar al colapso de su gobierno.
El debate en torno a la ley de nacionalidad ocurre en medio de tensiones entre judíos israelíes y árabes israelíes, que conforman un 20% de la población de unos 8 millones de habitantes. Durante el mes pasado, ataques palestinos han matado a 11 israelíes, entre ellos cinco en una sinagoga en Jerusalén.