Aumenta control ruso de la región del Mar Negro

Moscú, AP
Rusia reforzó el lunes su control sobre la provincia separatista georgiana de Abjasia con un nuevo tratado que concibe vínculos militares y económicos más cercanos con el pequeño territorio exuberante del Mar Negro.


La medida detonó indignación y gritos de "¡anexión!" en Georgia y generó un escalofrío en aquellos en Abjasia que temen que rusos acaudalados se apresuren a comprar su precioso litoral. Además aumentó las sospechas en Occidente respecto a las aspiraciones territoriales del presidente ruso Vladimir Putin después de que en marzo se anexó la península de Crimea, en la costa ucraniana del Mar Negro.

Bajo el tratado firmado por Putin y el líder de Abjasia en el cercano centro turístico ruso de Sochi, las fuerzas armadas rusas y abjasias en el territorio se convertirán en una fuerza conjunta encabezada por un comandante ruso.

Putin dijo que Moscú también duplicará el próximo año sus subsidios a Abjasia a aproximadamente 9.300 millones de rublos (más de 200 millones de dólares).

"Estoy seguro que esa cooperación, unidad y sociedad estratégica entre Rusia y Abjasia continuará fortaleciéndose", señaló.

"Los vínculos con Rusia nos ofrecen garantías de seguridad total y amplias oportunidades para el desarrollo socioeconómico", afirmó por su parte el presidente abjasio Raul Khadzhimba.

Tropas rusas han estado desplegadas en Abjasia durante más de dos décadas desde que la región de 240.000 residentes se separó de Georgia tras una guerra a principios de la década de 1990. No obstante, el acuerdo firmado el lunes refleja una intención clara de Moscú de extender más su presencia, y ocurrió después de un cambio de liderazgo en el territorio.

El tratado, que llega en un momento de enfriamiento en las relaciones de Rusia con Occidente por la crisis en Ucrania, suscitó preocupación respecto a los planes de Moscú. La región del Mar Negro ha sido siempre importante para Putin, quien justificó la anexión de Crimea bajo el argumento de que garantizaría que los barcos de guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte nunca serían bien recibidos en la península, sede de la Flota Rusa del Mar Negro.

El presidente previo de Abjasia, Alexander Ankvab, fue obligado a renunciar a principios de este año bajo presión de manifestantes que supuestamente eran alentados por el Kremlin. Khadzhimba, un ex agente de la agencia de inteligencia soviética KGB, fue elegido presidente en agosto en una votación adelantada que Georgia calificó de ilegal.

A diferencia de Ankvab, quien había resistido la presión de Moscú para permitir a rusos comprar activos en Abjasia, Khadzhimba ha parecido más entusiasta a escuchar exigencias de Rusia.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Georgia denunció el nuevo acuerdo como "un paso adelante en la anexión de facto" de Abjasia, e hizo un llamado a la comunidad internacional a condenar la acción.

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