Turquía autoriza uso de bases contra milicianos
A bordo de una nave militar de EEUU, AP
Turquía permitirá que Estados Unidos y las fuerzas de la coalición utilicen sus bases para operaciones contra milicianos del grupo Estado Islámico en Siria e Irak, incluida una instalación crucial ubicada a 160 kilómetros (100 millas) de la frontera siria, dijeron el domingo funcionarios de Defensa de Estados Unidos.
El gobierno del presidente Barack Obama había presionado a Turquía para que participe más en las operaciones contra los extremistas, y un funcionario estadounidense de alto rango confirmó el sábado que Ankara aceptó entrenar a rebeldes sirios moderados en territorio turco. Un funcionario turco señaló el domingo que Turquía estaba considerando entrenar a 4.000 combatientes de oposición y que serían supervisados por los servicios de inteligencia turcos.
Chuck Hagel, secretario estadounidense de Defensa que viaja por Sudamérica, ha dicho que Estados Unidos quería acceso a las bases aéreas turcas, incluida la de Incirlik, en el sur del país, para lanzar ataques contra milicianos islámicos.
Esa base es parte del acuerdo, según funcionarios de Defensa que pidieron no ser identificados debido a que no están autorizados a hablar sobre negociaciones privadas entre los estadounidenses y los turcos.
Además de las bases y el entrenamiento, hay otros asuntos en los que Estados Unidos espera llegar a un acuerdo con Turquía. Los funcionarios estadounidenses no quisieron mencionarlos porque las negociaciones no han concluido. Los milicianos se han apoderado de territorios extensos en Irak y Siria, empujando refugiados hacia Turquía.
Hagel habló el domingo por teléfono con Ismet Yilmaz, ministro turco de Defensa, y le agradeció la buena disposición de su país para ayudar en la lucha contra el grupo Estado Islámico.
El contraalmirante John Kirby, secretario de prensa del Pentágono, dijo que Hagel "señaló el conocimiento de Turquía en esta área y la manera responsable en la que Turquía está manejando los otros retos que ha planteado esta lucha al país en términos de refugiados y seguridad fronteriza".
Más temprano, Susan Rice, asesora de seguridad nacional del presidente Obama, aclaró que Estados Unidos "no ha pedido a los turcos que envíen sus propias fuerzas terrestres a Siria".
Funcionarios estadounidenses "siguen hablando con los turcos sobre otras formas en que pueden tener una participación importante. Ya son esenciales para tratar de evitar el flujo de combatientes extranjeros" y que extremistas exporten petróleo a través de Turquía. "Así que Turquía tiene muchas maneras en que puede contribuir", dijo Rice en el programa "Meet the Press" de la cadena de televisión NBC.
Turquía y otros aliados estadounidenses están presionando a Estados Unidos para que establezca una zona de exclusión aérea dentro de territorio sirio y buscar crear una zona de seguridad en la parte siria de la frontera con Turquía. Una "zona de seguridad" exigiría que los estadounidenses y sus aliados protejan territorio terrestre y patrullen el aire, lo que significa establecer una zona de exclusión aérea.
Hagel ha dicho que líderes estadounidenses están abiertos a discutir sobre una zona de seguridad, "pero no está siendo considerado firmemente crear una".
Turquía permitirá que Estados Unidos y las fuerzas de la coalición utilicen sus bases para operaciones contra milicianos del grupo Estado Islámico en Siria e Irak, incluida una instalación crucial ubicada a 160 kilómetros (100 millas) de la frontera siria, dijeron el domingo funcionarios de Defensa de Estados Unidos.
El gobierno del presidente Barack Obama había presionado a Turquía para que participe más en las operaciones contra los extremistas, y un funcionario estadounidense de alto rango confirmó el sábado que Ankara aceptó entrenar a rebeldes sirios moderados en territorio turco. Un funcionario turco señaló el domingo que Turquía estaba considerando entrenar a 4.000 combatientes de oposición y que serían supervisados por los servicios de inteligencia turcos.
Chuck Hagel, secretario estadounidense de Defensa que viaja por Sudamérica, ha dicho que Estados Unidos quería acceso a las bases aéreas turcas, incluida la de Incirlik, en el sur del país, para lanzar ataques contra milicianos islámicos.
Esa base es parte del acuerdo, según funcionarios de Defensa que pidieron no ser identificados debido a que no están autorizados a hablar sobre negociaciones privadas entre los estadounidenses y los turcos.
Además de las bases y el entrenamiento, hay otros asuntos en los que Estados Unidos espera llegar a un acuerdo con Turquía. Los funcionarios estadounidenses no quisieron mencionarlos porque las negociaciones no han concluido. Los milicianos se han apoderado de territorios extensos en Irak y Siria, empujando refugiados hacia Turquía.
Hagel habló el domingo por teléfono con Ismet Yilmaz, ministro turco de Defensa, y le agradeció la buena disposición de su país para ayudar en la lucha contra el grupo Estado Islámico.
El contraalmirante John Kirby, secretario de prensa del Pentágono, dijo que Hagel "señaló el conocimiento de Turquía en esta área y la manera responsable en la que Turquía está manejando los otros retos que ha planteado esta lucha al país en términos de refugiados y seguridad fronteriza".
Más temprano, Susan Rice, asesora de seguridad nacional del presidente Obama, aclaró que Estados Unidos "no ha pedido a los turcos que envíen sus propias fuerzas terrestres a Siria".
Funcionarios estadounidenses "siguen hablando con los turcos sobre otras formas en que pueden tener una participación importante. Ya son esenciales para tratar de evitar el flujo de combatientes extranjeros" y que extremistas exporten petróleo a través de Turquía. "Así que Turquía tiene muchas maneras en que puede contribuir", dijo Rice en el programa "Meet the Press" de la cadena de televisión NBC.
Turquía y otros aliados estadounidenses están presionando a Estados Unidos para que establezca una zona de exclusión aérea dentro de territorio sirio y buscar crear una zona de seguridad en la parte siria de la frontera con Turquía. Una "zona de seguridad" exigiría que los estadounidenses y sus aliados protejan territorio terrestre y patrullen el aire, lo que significa establecer una zona de exclusión aérea.
Hagel ha dicho que líderes estadounidenses están abiertos a discutir sobre una zona de seguridad, "pero no está siendo considerado firmemente crear una".