Napolitano declara como testigo en un juicio por conversaciones del Gobierno con la mafia en los 90
Roma, EP
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, ha prestado declaración este martes durante tres horas como testigo en un juicio contra el Estado italiano por mantener conversaciones secretas con la mafia en los años 90 para que dejara de cometer atentados, ha informado la agencia de noticias ADN Kronos.
La declaración del jefe del Estado italiano ha tenido lugar en una audiencia a puerta cerrada en la sala del Bronzino del palacio presidencial del Quirinal, en Roma, hasta donde se han desplazado los jueces del tribunal de Palermo que lleva el caso y los abogados de los imputados.
Durante la vista, "no se ha empleado nunca el término negociación" y "nadie ha hecho preguntas específicas sobre la negociación" del Gobierno con la mafia, según ha explicado a la salida del Quirinal el abogado Ettore Barcellona, que defiende a Pio La Torre.
Por su parte, el abogado Giovanni Airò, defensor del alcalde de Palermo, ha afirmado que el presidente italiano ha asegurado en su declaración que, en el momento en que sucedieron los hechos, en la década de los 90, "nunca supo nada" de que se hubiera llegado a un "acuerdo" entre la mafia y el estado para que la banda criminal dejara de cometer atentados. Además, ha asegurado que Napolitano ha respondido a las preguntas que se le han planteado en la vista judicial "pero no a todas".
Hasta el palacio presidencial se han desplazado el abogado Vittorio Teresi, los letrados suplentes Nino Di Matteo, Roberto Tartaglia y Francesco del Bene, los abogados de los representantes civiles y de los diez imputados --a los que no se les ha permitido asistir a la audiencia ni presenciarla por videoconferencia-- y Luca Cianferoni, el defensor del capo mafioso Totò Riina.
UNA VEINTENA DE PREGUNTAS
El presidente italiano ha afrontado una veintena de preguntas durante la vista judicial. La primera fase de la declaración ha abordado las dudas y la preocupación que el ex asesor jurídico de Napolitano Loris D'Ambrosio manifestó en una carta que le envió al mandatario en junio de 2012, un mes antes de morir.
En la misiva, le manifestó su temor de que fuera considerado como "un ingenuo e inútil escriba de cosas empleadas como escudo de acuerdos innombrables" cerrados entre 1989 y 1993, años en los que D'Ambrosio era el Alto Comisionado de lucha contra la mafia, antes de trabajar en el Ministerio de Justicia.
Tras la audiencia, el fiscal Nino di Matteo ha afrontado las preguntas sobre los hechos sucedidos en 1993 tras las alertas de atentados contra Napolitano y Giovannin Spadolini emitidas por el servicio de Inteligencia (SISMI) en julio de ese año.
Por su parte, el abogado del capo mafioso Totó Riina ha pedido interrogar al presidente de Italia sobre los hechos sucedidos "entre 1993 y 1994". En un principio, su turno de preguntas no puede celebrarse en la sesión de este martes, salvo acuerdo explícito entre las partes implicadas en el proceso y el propio testigo.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, ha prestado declaración este martes durante tres horas como testigo en un juicio contra el Estado italiano por mantener conversaciones secretas con la mafia en los años 90 para que dejara de cometer atentados, ha informado la agencia de noticias ADN Kronos.
La declaración del jefe del Estado italiano ha tenido lugar en una audiencia a puerta cerrada en la sala del Bronzino del palacio presidencial del Quirinal, en Roma, hasta donde se han desplazado los jueces del tribunal de Palermo que lleva el caso y los abogados de los imputados.
Durante la vista, "no se ha empleado nunca el término negociación" y "nadie ha hecho preguntas específicas sobre la negociación" del Gobierno con la mafia, según ha explicado a la salida del Quirinal el abogado Ettore Barcellona, que defiende a Pio La Torre.
Por su parte, el abogado Giovanni Airò, defensor del alcalde de Palermo, ha afirmado que el presidente italiano ha asegurado en su declaración que, en el momento en que sucedieron los hechos, en la década de los 90, "nunca supo nada" de que se hubiera llegado a un "acuerdo" entre la mafia y el estado para que la banda criminal dejara de cometer atentados. Además, ha asegurado que Napolitano ha respondido a las preguntas que se le han planteado en la vista judicial "pero no a todas".
Hasta el palacio presidencial se han desplazado el abogado Vittorio Teresi, los letrados suplentes Nino Di Matteo, Roberto Tartaglia y Francesco del Bene, los abogados de los representantes civiles y de los diez imputados --a los que no se les ha permitido asistir a la audiencia ni presenciarla por videoconferencia-- y Luca Cianferoni, el defensor del capo mafioso Totò Riina.
UNA VEINTENA DE PREGUNTAS
El presidente italiano ha afrontado una veintena de preguntas durante la vista judicial. La primera fase de la declaración ha abordado las dudas y la preocupación que el ex asesor jurídico de Napolitano Loris D'Ambrosio manifestó en una carta que le envió al mandatario en junio de 2012, un mes antes de morir.
En la misiva, le manifestó su temor de que fuera considerado como "un ingenuo e inútil escriba de cosas empleadas como escudo de acuerdos innombrables" cerrados entre 1989 y 1993, años en los que D'Ambrosio era el Alto Comisionado de lucha contra la mafia, antes de trabajar en el Ministerio de Justicia.
Tras la audiencia, el fiscal Nino di Matteo ha afrontado las preguntas sobre los hechos sucedidos en 1993 tras las alertas de atentados contra Napolitano y Giovannin Spadolini emitidas por el servicio de Inteligencia (SISMI) en julio de ese año.
Por su parte, el abogado del capo mafioso Totó Riina ha pedido interrogar al presidente de Italia sobre los hechos sucedidos "entre 1993 y 1994". En un principio, su turno de preguntas no puede celebrarse en la sesión de este martes, salvo acuerdo explícito entre las partes implicadas en el proceso y el propio testigo.