El FMI llama a los países a tirar de política fiscal para crear empleo
España tendrá en 2015 el mayor déficit público de las economías avanzadas tras Japón
Amanda Mars
Washington, El País
Resulta tan frágil la salida de la crisis que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un llamamiento de pocos matices para que los países utilicen su marco fiscal -esto es, los ingresos y los gastos de las arcas públicas- con el fin de facilitar la creación de empleo y la inversión. La propuesta es generalizada. "La política fiscal no puede reemplazar las reformas integrales, pero sí puede respaldar la creación de puestos de trabajo de varias maneras", señala el organismo en su informe sobre la situación fiscal.
El FMI fue el primero en defender ya en 2013 la necesidad de suavizar el proceso de ajustes presupuestarios para no dañar en exceso el crecimiento de los países implicados, pero esta vez directamente ha invitado a los gobiernos a echar mano del margen que tengan en política fiscal a la vista de que la reactivación se tambalea y las perspectivas de medio plazo no son optimistas.
Reformas en el mercado laboral como las que incluyen incentivos fiscales a la incorporación de trabajadores a una empresa pasan factura en los ingresos públicos. En España, por ejemplo, ayudas a la contratación recortarán los ingresos de la Seguridad Social para este año en unos 1.614,8 millones de euros, según los cálculos del Ministerio de Empleo. Es un dinero con el que no se podrá contar para reducir el déficit público, pero el FMI cree que un "déficit más elevado o un ritmo más lento de consolidación pueden absorber esos efectos y neutralizar los efectos adversos a corto plazo de las reformas en el producto y el empleo".
En esta línea, aunque sí defiende la necesidad de reducir la deuda pública, no ha habido alertas hacia los déficits públicos de las economías avanzadas. Según las previsiones del Fondo, España incumplirá su meta de dejar el desfase entre ingresos y gastos por debajo del 3% en 2016, tal y como es el compromiso con Bruselas, ya que calcula un déficit del 4,7% del PIB para 2015 y del 3,8% en 2016. Las proyecciones incluyen un coste de rescate a la banca que ya se supera el 7% del PIB, con los datos del Fondo.
En el grupo de las grandes economías avanazadas, solo Japón superará el déficit e España, al alcanzar un desequilibrio de sus cuentas del 5,8% el próximo año, lo que supone una reducción de 1,3 puntos porcentuales respecto al 7,1% con el que el organismo que dirige Christine Lagarde calcula que acabará este año. En el otro extremo, calcula para Alemania superávits del 0,3% y el 0,2% este año y el siguiente, respectivamente.
Amanda Mars
Washington, El País
Resulta tan frágil la salida de la crisis que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un llamamiento de pocos matices para que los países utilicen su marco fiscal -esto es, los ingresos y los gastos de las arcas públicas- con el fin de facilitar la creación de empleo y la inversión. La propuesta es generalizada. "La política fiscal no puede reemplazar las reformas integrales, pero sí puede respaldar la creación de puestos de trabajo de varias maneras", señala el organismo en su informe sobre la situación fiscal.
El FMI fue el primero en defender ya en 2013 la necesidad de suavizar el proceso de ajustes presupuestarios para no dañar en exceso el crecimiento de los países implicados, pero esta vez directamente ha invitado a los gobiernos a echar mano del margen que tengan en política fiscal a la vista de que la reactivación se tambalea y las perspectivas de medio plazo no son optimistas.
Reformas en el mercado laboral como las que incluyen incentivos fiscales a la incorporación de trabajadores a una empresa pasan factura en los ingresos públicos. En España, por ejemplo, ayudas a la contratación recortarán los ingresos de la Seguridad Social para este año en unos 1.614,8 millones de euros, según los cálculos del Ministerio de Empleo. Es un dinero con el que no se podrá contar para reducir el déficit público, pero el FMI cree que un "déficit más elevado o un ritmo más lento de consolidación pueden absorber esos efectos y neutralizar los efectos adversos a corto plazo de las reformas en el producto y el empleo".
En esta línea, aunque sí defiende la necesidad de reducir la deuda pública, no ha habido alertas hacia los déficits públicos de las economías avanzadas. Según las previsiones del Fondo, España incumplirá su meta de dejar el desfase entre ingresos y gastos por debajo del 3% en 2016, tal y como es el compromiso con Bruselas, ya que calcula un déficit del 4,7% del PIB para 2015 y del 3,8% en 2016. Las proyecciones incluyen un coste de rescate a la banca que ya se supera el 7% del PIB, con los datos del Fondo.
En el grupo de las grandes economías avanazadas, solo Japón superará el déficit e España, al alcanzar un desequilibrio de sus cuentas del 5,8% el próximo año, lo que supone una reducción de 1,3 puntos porcentuales respecto al 7,1% con el que el organismo que dirige Christine Lagarde calcula que acabará este año. En el otro extremo, calcula para Alemania superávits del 0,3% y el 0,2% este año y el siguiente, respectivamente.