Desde Snowden hasta el Papa: la expectativa ronda el nombre del ganador al Nobel de la Paz
Oslo, AFP
Numerosos rumores circulan como cada año en Oslo antes de la atribución del Premio Nobel de la Paz, este viernes, sin que se destaque un gran favorito entre todos los nombres citados.
Desde la joven paquistaní Malala, ya señalada el año pasado, al controvertido Edward Snowden, pasando por un grupo de pacifistas japoneses, opositores rusos e incluso el papa Francisco, la lista de candidatos es larga.
Este año el Comité Nobel tiene que examinar la cantidad sin precedentes de 278 candidaturas, cuyas identidades son mantenidas secretas durante al menos 50 años.
“La política rusa en Ucrania, con la anexión de Crimea y el cuestionamiento de las fronteras, así como la forma en que son tratados los opositores al Kremlin, no puede dejar de llamar la atención del Comité Nobel”, opinó Antoine Jacob, un periodista francés autor del libro “Historia del Premio Nobel”.
Para el presidente del comité Thorbjoern Jagland, “‘sancionar’ a Moscú sería también una forma de demostrar que el comité “actúa en forma independiente”, declaró a la AFP.
Vladimir Putin, que regresó al cargo de presidente en 2012, hizo declaraciones enérgicas contra la oposición y endureció su política exterior, como demuestra la crisis ucraniana, la más grave entre Rusia y la OTAN desde el fin de la Guerra Fría.
El diario Novaia Gazeta, fundado por el expresidente soviético Mijail Gorbachov con el cheque del Nobel que él mismo recibió en 1990, es un raro medio todavía independiente en Rusia. Varios de sus periodistas fueron asesinados, y podría ser un posible galardonado.
Papa, favorito de los corredores de apuestas
Pronosticar al ganador es más difícil que antes, porque este año el Comité Nobel tiene que examinar la cantidad sin precedentes de 278 candidaturas, cuyas identidades son mantenidas secretas durante al menos 50 años.
El único instrumento de trabajo que tienen los expertos son las candidaturas cuyos patrocinadores anunciaron públicamente.
El exconsultor estadounidense Edward Snowden, héroe para algunos y traidor para otros, que reveló la magnitud del programa de vigilancia de la Agencia de Seguridad Estadounidense (NSA) para la que trabajaba, figura también entre los candidatos, propuesto por diputados noruegos.
Snowden, refugiado en Moscú, dijo que no lo cree. “Es improbable que el Comité Nobel apoye algo de ese tipo pero…”, afirmó recientemente durante una videoconferencia.
Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo y observador atento del Nobel, apuesta este año a la victoria del grupo “Japoneses que custodian el artículo 9″.
Esos militantes dicen que quieren preservar el pacifismo inscrito en la Constitución nipona, al cual el primer ministro nacionalista Shinzo Abe asestó un golpe este año permitiendo la participación de las Fuerzas de Autodefensa niponas en operaciones militares exteriores.
“Es posible que se considere que las guerras entre Estados forman casi parte del pasado desde el final de la Guerra Fría, pero los acontecimientos en Ucrania y las tensiones que fermentan en Asia oriental nos recuerdan que pueden resurgir”, señaló en su sitio internet.
La adolescente paquistaní Malala Yusafzai, víctima de los talibanes, es la preferida de Nobeliana, un trío de historiadores noruegos especialistas en el Nobel, por su combate en favor de la educación de las niñas en el mundo.
No obstante, su juventud podría perjudicarla también este año, pues el Premio Nobel de la Paz podría constituir un gran peso para una jovencita de 17 años.
También circulan los nombres acostumbrados, como el doctor congoleño Denis Mukwege, quien desde hace 25 años atiende a las mujeres víctimas de las violencias sexuales utilizadas como un arma de guerra en la República Democrática del Congo, y el militante bielorruso de los derechos humanos Ales Beliatski, liberado de la cárcel en junio pasado.
El favorito de los corredores de apuestas es el papa Francisco. En el sitio web Paddy Power, el sumo pontífice argentino estaba 9/4.
Numerosos rumores circulan como cada año en Oslo antes de la atribución del Premio Nobel de la Paz, este viernes, sin que se destaque un gran favorito entre todos los nombres citados.
Desde la joven paquistaní Malala, ya señalada el año pasado, al controvertido Edward Snowden, pasando por un grupo de pacifistas japoneses, opositores rusos e incluso el papa Francisco, la lista de candidatos es larga.
Este año el Comité Nobel tiene que examinar la cantidad sin precedentes de 278 candidaturas, cuyas identidades son mantenidas secretas durante al menos 50 años.
“La política rusa en Ucrania, con la anexión de Crimea y el cuestionamiento de las fronteras, así como la forma en que son tratados los opositores al Kremlin, no puede dejar de llamar la atención del Comité Nobel”, opinó Antoine Jacob, un periodista francés autor del libro “Historia del Premio Nobel”.
Para el presidente del comité Thorbjoern Jagland, “‘sancionar’ a Moscú sería también una forma de demostrar que el comité “actúa en forma independiente”, declaró a la AFP.
Vladimir Putin, que regresó al cargo de presidente en 2012, hizo declaraciones enérgicas contra la oposición y endureció su política exterior, como demuestra la crisis ucraniana, la más grave entre Rusia y la OTAN desde el fin de la Guerra Fría.
El diario Novaia Gazeta, fundado por el expresidente soviético Mijail Gorbachov con el cheque del Nobel que él mismo recibió en 1990, es un raro medio todavía independiente en Rusia. Varios de sus periodistas fueron asesinados, y podría ser un posible galardonado.
Papa, favorito de los corredores de apuestas
Pronosticar al ganador es más difícil que antes, porque este año el Comité Nobel tiene que examinar la cantidad sin precedentes de 278 candidaturas, cuyas identidades son mantenidas secretas durante al menos 50 años.
El único instrumento de trabajo que tienen los expertos son las candidaturas cuyos patrocinadores anunciaron públicamente.
El exconsultor estadounidense Edward Snowden, héroe para algunos y traidor para otros, que reveló la magnitud del programa de vigilancia de la Agencia de Seguridad Estadounidense (NSA) para la que trabajaba, figura también entre los candidatos, propuesto por diputados noruegos.
Snowden, refugiado en Moscú, dijo que no lo cree. “Es improbable que el Comité Nobel apoye algo de ese tipo pero…”, afirmó recientemente durante una videoconferencia.
Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo y observador atento del Nobel, apuesta este año a la victoria del grupo “Japoneses que custodian el artículo 9″.
Esos militantes dicen que quieren preservar el pacifismo inscrito en la Constitución nipona, al cual el primer ministro nacionalista Shinzo Abe asestó un golpe este año permitiendo la participación de las Fuerzas de Autodefensa niponas en operaciones militares exteriores.
“Es posible que se considere que las guerras entre Estados forman casi parte del pasado desde el final de la Guerra Fría, pero los acontecimientos en Ucrania y las tensiones que fermentan en Asia oriental nos recuerdan que pueden resurgir”, señaló en su sitio internet.
La adolescente paquistaní Malala Yusafzai, víctima de los talibanes, es la preferida de Nobeliana, un trío de historiadores noruegos especialistas en el Nobel, por su combate en favor de la educación de las niñas en el mundo.
No obstante, su juventud podría perjudicarla también este año, pues el Premio Nobel de la Paz podría constituir un gran peso para una jovencita de 17 años.
También circulan los nombres acostumbrados, como el doctor congoleño Denis Mukwege, quien desde hace 25 años atiende a las mujeres víctimas de las violencias sexuales utilizadas como un arma de guerra en la República Democrática del Congo, y el militante bielorruso de los derechos humanos Ales Beliatski, liberado de la cárcel en junio pasado.
El favorito de los corredores de apuestas es el papa Francisco. En el sitio web Paddy Power, el sumo pontífice argentino estaba 9/4.