Cuba también se la juega en las elecciones de EEUU
Washington, EP
Las elecciones legislativas de Estados Unidos marcarán la gobernabilidad del país durante los próximos dos años y previsiblemente su rumbo, no sólo a nivel nacional sino también internacional. La posición norteamericana hacia Cuba y, en particular, el mantenimiento del embargo impuesto a la isla hace más de medio siglo, podrían estar en juego este 4 de noviembre.
En 2004, cuando Barack Obama se presentaba como candidato a senador, se posicionó en contra del bloqueo, pero cuatro años más tarde, ya con la vista puesta en la Casa Blanca, retrocedió en una promesa que parecía quedar demasiado grande en un país donde el 'lobby' pro embargo seguía teniendo gran peso, tanto a nivel político como económico.
No pocos recuerdan ahora que a Obama le quedan sólo dos años en la Casa Blanca para dar el que sería un paso histórico para Washington en sus relaciones con América Latina.
Como presidente, Obama ha suavizado restricciones sobre viajes o remesas, pero sin revisar las históricas sanciones. Ahora, el 'lobby' pro embargo parece más debilitado y figuras emergentes o de futuro, como la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, piden abiertamente el fin de una política que consideran fracasada.
El periódico 'The New York Times' abogó en un reciente editorial por el fin del bloqueo, aunque según el expresidente cubano Fidel Castro lo hizo para defender los intereses políticos de Estados Unidos y no por solidaridad con la isla.
En un gesto simbólico, autoridades de Estados Unidos y Cuba compartieron mesa el pasado miércoles en La Habana para discutir la respuesta al brote de ébola en África Occidental y hasta entre la comunidad de exiliados cubanos en Florida ha comenzado a cundir la idea de que el embargo no da resultados.
Una reciente encuesta del Cuba Research Institute reveló que casi tres cuartas partes de los cubano-americanos residentes en Miami-Dade consideran que el embargo no ha servido y un 52 por ciento creen que ya llegado el momento de ponerle fin --un 62 por ciento si se tiene en cuenta únicamente a los entrevistados de entre 18 y 29 años--.
Un 68 por ciento de estos cubano-americanos abogan por que Washington aumente las relaciones con la isla, no sólo a nivel económico sino también en sectores sociales y de asistencia.
EL DEBATE POLÍTICO
El congresista demócrata Joe Garcia, que aspira a seguir en la Cámara de Representantes, sumó a su campaña al disidente cubano Guillermo Fariñas, un gesto que le ha costado más de una crítica, incluso dentro de su propio partido. Su rival electoral, el republicano Carlos Curbelo, le reprochó que utilizase con fines electoralistas la figura de alguien que "está luchando en Cuba por rédito político".
El voto hispano es, además, un caladero clave para lograr la victoria en la carrera por ser gobernador de Florida y, de los 1,7 millones de electores hispanos en este estado, casi un 40 por ciento pertenecen a la comunidad cubana.
El exgobernador republicano y ahora candidato demócrata, Charlie Crist, parte con amplia ventaja en este colectivo frente al actual jefe de Gobierno estatal, el republicano Rick Scott, que no ha dudado en visitar en numerosas ocasiones Miami durante la campaña. Crist, que incluso ha coqueteado con la idea de viajar a Cuba, ha abogado públicamente por levantar el embargo.
OBSTÁCULOS
La Asamblea General de Naciones Unidas ha vuelto a votar este octubre --por vigésimo tercera vez consecutiva-- a favor del fin de ese bloqueo y sólo dos países -Estados Unidos e Israel-- se posicionaron en contra. Cuba actualizó en octubre su 'balance de daños' y cifró en casi 117.000 millones de dólares el coste de las restricciones estadounidenses.
El fin del bloqueo, sin embargo, no está exento de obstáculos y, de todos ellos, los más aireados por Washington y La Habana son los casos del contratista norteamericano Alan Gross, detenido en la isla desde 2011, y de 'Los Cinco' cubanos apresados --dos de ellos ya han sido liberados-- por Estados Unidos. En ambos casos, el espionaje figura como telón de fondo.
Además, cualquier gesto por parte de Obama requiere del visto bueno del Congreso, algo que parece complicado ya con el escenario actual. Los republicanos controlan actualmente la Cámara de Representantes y existe un núcleo duro de congresistas como Robert Menendez, Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart en contra del fin del bloqueo. Los sondeos pronostican que la oposición también podría hacerse ahora con el control del Senado.
Las elecciones legislativas de Estados Unidos marcarán la gobernabilidad del país durante los próximos dos años y previsiblemente su rumbo, no sólo a nivel nacional sino también internacional. La posición norteamericana hacia Cuba y, en particular, el mantenimiento del embargo impuesto a la isla hace más de medio siglo, podrían estar en juego este 4 de noviembre.
En 2004, cuando Barack Obama se presentaba como candidato a senador, se posicionó en contra del bloqueo, pero cuatro años más tarde, ya con la vista puesta en la Casa Blanca, retrocedió en una promesa que parecía quedar demasiado grande en un país donde el 'lobby' pro embargo seguía teniendo gran peso, tanto a nivel político como económico.
No pocos recuerdan ahora que a Obama le quedan sólo dos años en la Casa Blanca para dar el que sería un paso histórico para Washington en sus relaciones con América Latina.
Como presidente, Obama ha suavizado restricciones sobre viajes o remesas, pero sin revisar las históricas sanciones. Ahora, el 'lobby' pro embargo parece más debilitado y figuras emergentes o de futuro, como la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, piden abiertamente el fin de una política que consideran fracasada.
El periódico 'The New York Times' abogó en un reciente editorial por el fin del bloqueo, aunque según el expresidente cubano Fidel Castro lo hizo para defender los intereses políticos de Estados Unidos y no por solidaridad con la isla.
En un gesto simbólico, autoridades de Estados Unidos y Cuba compartieron mesa el pasado miércoles en La Habana para discutir la respuesta al brote de ébola en África Occidental y hasta entre la comunidad de exiliados cubanos en Florida ha comenzado a cundir la idea de que el embargo no da resultados.
Una reciente encuesta del Cuba Research Institute reveló que casi tres cuartas partes de los cubano-americanos residentes en Miami-Dade consideran que el embargo no ha servido y un 52 por ciento creen que ya llegado el momento de ponerle fin --un 62 por ciento si se tiene en cuenta únicamente a los entrevistados de entre 18 y 29 años--.
Un 68 por ciento de estos cubano-americanos abogan por que Washington aumente las relaciones con la isla, no sólo a nivel económico sino también en sectores sociales y de asistencia.
EL DEBATE POLÍTICO
El congresista demócrata Joe Garcia, que aspira a seguir en la Cámara de Representantes, sumó a su campaña al disidente cubano Guillermo Fariñas, un gesto que le ha costado más de una crítica, incluso dentro de su propio partido. Su rival electoral, el republicano Carlos Curbelo, le reprochó que utilizase con fines electoralistas la figura de alguien que "está luchando en Cuba por rédito político".
El voto hispano es, además, un caladero clave para lograr la victoria en la carrera por ser gobernador de Florida y, de los 1,7 millones de electores hispanos en este estado, casi un 40 por ciento pertenecen a la comunidad cubana.
El exgobernador republicano y ahora candidato demócrata, Charlie Crist, parte con amplia ventaja en este colectivo frente al actual jefe de Gobierno estatal, el republicano Rick Scott, que no ha dudado en visitar en numerosas ocasiones Miami durante la campaña. Crist, que incluso ha coqueteado con la idea de viajar a Cuba, ha abogado públicamente por levantar el embargo.
OBSTÁCULOS
La Asamblea General de Naciones Unidas ha vuelto a votar este octubre --por vigésimo tercera vez consecutiva-- a favor del fin de ese bloqueo y sólo dos países -Estados Unidos e Israel-- se posicionaron en contra. Cuba actualizó en octubre su 'balance de daños' y cifró en casi 117.000 millones de dólares el coste de las restricciones estadounidenses.
El fin del bloqueo, sin embargo, no está exento de obstáculos y, de todos ellos, los más aireados por Washington y La Habana son los casos del contratista norteamericano Alan Gross, detenido en la isla desde 2011, y de 'Los Cinco' cubanos apresados --dos de ellos ya han sido liberados-- por Estados Unidos. En ambos casos, el espionaje figura como telón de fondo.
Además, cualquier gesto por parte de Obama requiere del visto bueno del Congreso, algo que parece complicado ya con el escenario actual. Los republicanos controlan actualmente la Cámara de Representantes y existe un núcleo duro de congresistas como Robert Menendez, Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart en contra del fin del bloqueo. Los sondeos pronostican que la oposición también podría hacerse ahora con el control del Senado.