Sube a 36 la cifra de muertos en volcán de Japón
Kiso, AP
Gases tóxicos y cenizas expulsadas por el monte Ontake, que seguía en erupción el lunes, obligaron a los rescatistas a suspender las operaciones de búsqueda de más víctimas, mientras decenas de personas esperaban noticias sobre sus familiares.
Los equipos de rescate hallaron cinco cadáveres más cerca de la cumbre del volcán, lo que elevó a 36 la cifra de víctimas mortales. Los socorristas sólo han recuperado 12 cadáveres de lo alto de la montaña desde el inicio de la erupción el sábado, debido a las condiciones peligrosas.
Aún no se sabe con precisión cómo murieron las víctimas, aunque los expertos dicen que probablemente fue por inhalar gases tóxicos, sofocados por la ceniza, por el impacto de rocas que caían o alguna combinación de estos factores. Algunos de los cadáveres tenían contusiones graves.
Los sobrevivientes dijeron a la prensa de Japón que fueron golpeados por rocas de la erupción. Un hombre dijo que se refugió con otros en el sótano de una posada situada en la cumbre por temor a que las rocas atravesarán el techo.
Yuji Tsuno, un veterano fotógrafo de cumbres, estaba cerca de la cima. Después de tomar imágenes de la erupción inicial mientras caían ceniza y escombros, se refugió en una cabaña cercana, dijo a la televisora TBS TV.
Unos 20 minutos después, cuando el humo se disipó parcialmente, salió y empezó a bajar. Era riesgoso, dijo, pero creía que era su única oportunidad.
"Casi pensé que mi vida había llegado a mi fin", dijo en entrevista.
En su descenso se topó con un hombre que subía. "Le dije que bajara conmigo, pero dijo que tenía que buscar a su hijo arriba. No pude detenerlo", aseveró Tsuno.
La erupción tomó a los sismólogos por sorpresa. Aunque se había registrado algo de actividad sísmica las últimas dos semanas, no había indicios de una erupción mayor, dijo Satoshi Deguchi, un funcionario de la Agencia Meteorológica de Japón. Las señales típicas, como movimiento estructural subterráneo, no fueron detectadas.
Imágenes emitidas por el canal de televisión japonés TBS mostraban a soldados cargando bolsas amarillas de cadáveres en un helicóptero militar que se mantenía con los motores en marcha en una zona relativamente abierta del sombrío paisaje.
Los cuerpos se transportaron a una escuela primaria en la cercana localidad de Kiso, para ser examinados en el gimnasio.
Los familiares de los desaparecidos esperaban en un centro municipal cercano.
Más de 200 soldados y bomberos, equipados con material de detección de gases, participaban en la misión de búsqueda cerca de la cumbre del volcán, dijo Katsunori Morimoto, funcionario de la localidad de Otaki.
Las tareas de rescate se detuvieron debido a un aumento en los gases tóxicos y cenizas expulsados por el volcán, dijo.
"Parece que hay una enorme lluvia de ceniza ahí arriba", dijo.
Los rescatistas informaron de un fuerte olor de azufre por la mañana, añadió Morimoto.
La erupción del sábado fue la primera con víctimas mortales que se registra en la era moderna en el monte Ontake, una montaña de 3.607 metros (10.062 pies) de altura en su punto más alto. Se trata de un popular destino de escalada situado 210 kilómetros (130 millas) al oeste de Tokio, en la isla principal de archipiélago, Honshu. En 1979 se produjo una erupción similar, pero no murió nadie.
Los medios japoneses dijeron que algunos de los cuerpos se habían encontrado en un refugio cerca de la cumbre y otros estaban enterrados bajo una capa de hasta 50 centímetros (20 pulgadas) de ceniza.
La erupción se produjo quizá en el peor momento posible, poco antes del mediodía y con al menos 250 personas aprovechando un hermoso sábado de otoño para hacer senderismo. La erupción expulsó grandes nubes de gases y ceniza, ocultó el cielo del mediodía y cubrió la zona circundante en ceniza
Cientos de personas quedaron atrapadas en las laderas, aunque la mayoría había logrado bajar para el sábado por la noche.
La Agencia de Gestión de Incendios y Desastres de Japón registró 59 heridos, 27 de ellos de gravedad, e dijo que estaba intentando actualizar el número de desaparecidos.
Gases tóxicos y cenizas expulsadas por el monte Ontake, que seguía en erupción el lunes, obligaron a los rescatistas a suspender las operaciones de búsqueda de más víctimas, mientras decenas de personas esperaban noticias sobre sus familiares.
Los equipos de rescate hallaron cinco cadáveres más cerca de la cumbre del volcán, lo que elevó a 36 la cifra de víctimas mortales. Los socorristas sólo han recuperado 12 cadáveres de lo alto de la montaña desde el inicio de la erupción el sábado, debido a las condiciones peligrosas.
Aún no se sabe con precisión cómo murieron las víctimas, aunque los expertos dicen que probablemente fue por inhalar gases tóxicos, sofocados por la ceniza, por el impacto de rocas que caían o alguna combinación de estos factores. Algunos de los cadáveres tenían contusiones graves.
Los sobrevivientes dijeron a la prensa de Japón que fueron golpeados por rocas de la erupción. Un hombre dijo que se refugió con otros en el sótano de una posada situada en la cumbre por temor a que las rocas atravesarán el techo.
Yuji Tsuno, un veterano fotógrafo de cumbres, estaba cerca de la cima. Después de tomar imágenes de la erupción inicial mientras caían ceniza y escombros, se refugió en una cabaña cercana, dijo a la televisora TBS TV.
Unos 20 minutos después, cuando el humo se disipó parcialmente, salió y empezó a bajar. Era riesgoso, dijo, pero creía que era su única oportunidad.
"Casi pensé que mi vida había llegado a mi fin", dijo en entrevista.
En su descenso se topó con un hombre que subía. "Le dije que bajara conmigo, pero dijo que tenía que buscar a su hijo arriba. No pude detenerlo", aseveró Tsuno.
La erupción tomó a los sismólogos por sorpresa. Aunque se había registrado algo de actividad sísmica las últimas dos semanas, no había indicios de una erupción mayor, dijo Satoshi Deguchi, un funcionario de la Agencia Meteorológica de Japón. Las señales típicas, como movimiento estructural subterráneo, no fueron detectadas.
Imágenes emitidas por el canal de televisión japonés TBS mostraban a soldados cargando bolsas amarillas de cadáveres en un helicóptero militar que se mantenía con los motores en marcha en una zona relativamente abierta del sombrío paisaje.
Los cuerpos se transportaron a una escuela primaria en la cercana localidad de Kiso, para ser examinados en el gimnasio.
Los familiares de los desaparecidos esperaban en un centro municipal cercano.
Más de 200 soldados y bomberos, equipados con material de detección de gases, participaban en la misión de búsqueda cerca de la cumbre del volcán, dijo Katsunori Morimoto, funcionario de la localidad de Otaki.
Las tareas de rescate se detuvieron debido a un aumento en los gases tóxicos y cenizas expulsados por el volcán, dijo.
"Parece que hay una enorme lluvia de ceniza ahí arriba", dijo.
Los rescatistas informaron de un fuerte olor de azufre por la mañana, añadió Morimoto.
La erupción del sábado fue la primera con víctimas mortales que se registra en la era moderna en el monte Ontake, una montaña de 3.607 metros (10.062 pies) de altura en su punto más alto. Se trata de un popular destino de escalada situado 210 kilómetros (130 millas) al oeste de Tokio, en la isla principal de archipiélago, Honshu. En 1979 se produjo una erupción similar, pero no murió nadie.
Los medios japoneses dijeron que algunos de los cuerpos se habían encontrado en un refugio cerca de la cumbre y otros estaban enterrados bajo una capa de hasta 50 centímetros (20 pulgadas) de ceniza.
La erupción se produjo quizá en el peor momento posible, poco antes del mediodía y con al menos 250 personas aprovechando un hermoso sábado de otoño para hacer senderismo. La erupción expulsó grandes nubes de gases y ceniza, ocultó el cielo del mediodía y cubrió la zona circundante en ceniza
Cientos de personas quedaron atrapadas en las laderas, aunque la mayoría había logrado bajar para el sábado por la noche.
La Agencia de Gestión de Incendios y Desastres de Japón registró 59 heridos, 27 de ellos de gravedad, e dijo que estaba intentando actualizar el número de desaparecidos.