¿Qué tan eficaces son las cuarentenas y confinamientos para combatir el ébola?
París, AFP
La eficacia de las medidas coercitivas en la lucha contra la epidemia del Ébola en los países de África occidental suscita debate, en la víspera del confinamiento de la población en Sierra Leona.
Las autoridades de Freetown ordenaron a los seis millones de sierraleoneses que se queden en casa durante tres días, del 19 al 21 de septiembre, para facilitar la detección de los enfermos mantenidos ocultos por sus familiares.
Sierra Leona es uno de los tres países más afectados por el virus del Ébola, junto con Liberia y Guinea.
El gobierno de Sierra Leona afirma contar con 20.000 voluntarios para hacer el puerta a puerta para registrar los nuevos casos
Pero los países afectados o sus vecinos ya habían tomado otras medidas extraordinarias como la imposición de toques de queda, de cuarentenas en barrios o el cierre de las fronteras, sin por ello conseguir frenar la progresión de la epidemia que acabó con la vida de 2.500 personas sobre un total de 5.000 casos.
Varios médicos, expertos en asuntos humanitarios o derechos humanos han criticado estas “medidas coercitivas” generales, y coinciden en que hay que poner rápidamente en cuarentena a cada nuevo enfermo.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), en primera línea en la lucha contra esta enfermedad, duda de la eficacia del confinamiento en Sierra Leona. “Medidas coercitivas a gran escala” pueden “comprometer la confianza entre la población y los profesionales de salud”.
Para el expresidente de MSF (2000-2008) Jean-Hervé Bradol, Sierra Leona carece de “los medios para visitar todas las viviendas en tres días” y además muchos habitantes “no tienen recursos para permanecer tres días en casa sin salir”.
Hipersaturados
“Hay muchos jornaleros que si no salen a trabajar no podrán alimentar a su familia por la noche”, explica a la AFP este médico que trabajó para MSF en África.
El gobierno de Sierra Leona afirma contar con 20.000 voluntarios para hacer el puerta a puerta para registrar los nuevos casos y promete centros de aislamiento adicionales, sobre todo en colegios.
“Detectar los casos de ébola no es fácil y Sierra Leona no tiene camas suficientes para hospitalizar a los ya identificados”
La medida no convence a Joe Amon, experto en temas de salud para la ONG de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
“Detectar los casos de ébola no es fácil y Sierra Leona no tiene camas suficientes para hospitalizar a los ya identificados”, afirma en un comunicado publicado en internet.
Los centros están “hipersaturados” y cada día rechazan enfermos, entonces “¿qué harán cuando los nuevos enfermos salgan a descubierto?”, se pregunta el doctor Bradol.
La puesta en cuarentena de barrios o ciudades, como en Liberia, tiene cierta lógica cuando la epidemia está empezando para preservar las zonas sanas, considera.
Pero en la actualidad, en Liberia (1.296 muertos sobre un total de 2.407 casos) y en Sierra Leona (562 fallecidos sobre 1.620 casos) la epidemia superó un índice de difusión en las zonas urbanas “que hace que no tenga sentido aislar un barrio de otro”, estima el expresidente de MSF.
También causa polémica el cierre de las fronteras entre los países infectados y sus vecinos, como han hecho Senegal, Costa de Marfil y Gambia.
“El cierre de la frontera entre Costa de Marfil y Liberia puede tener algún efecto”, estima el doctor Bradol, porque reduce los flujos de población y, por consiguiente, los riesgos de contagio.
El jefe de la misión en Guinea de la organización estadounidense CDC (Centro de control y prevención de las enfermedades), Michael Kinzer, opina, por el contrario, que “cerrar las fronteras es algo así como cerrar los ojos”.
La eficacia de las medidas coercitivas en la lucha contra la epidemia del Ébola en los países de África occidental suscita debate, en la víspera del confinamiento de la población en Sierra Leona.
Las autoridades de Freetown ordenaron a los seis millones de sierraleoneses que se queden en casa durante tres días, del 19 al 21 de septiembre, para facilitar la detección de los enfermos mantenidos ocultos por sus familiares.
Sierra Leona es uno de los tres países más afectados por el virus del Ébola, junto con Liberia y Guinea.
El gobierno de Sierra Leona afirma contar con 20.000 voluntarios para hacer el puerta a puerta para registrar los nuevos casos
Pero los países afectados o sus vecinos ya habían tomado otras medidas extraordinarias como la imposición de toques de queda, de cuarentenas en barrios o el cierre de las fronteras, sin por ello conseguir frenar la progresión de la epidemia que acabó con la vida de 2.500 personas sobre un total de 5.000 casos.
Varios médicos, expertos en asuntos humanitarios o derechos humanos han criticado estas “medidas coercitivas” generales, y coinciden en que hay que poner rápidamente en cuarentena a cada nuevo enfermo.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), en primera línea en la lucha contra esta enfermedad, duda de la eficacia del confinamiento en Sierra Leona. “Medidas coercitivas a gran escala” pueden “comprometer la confianza entre la población y los profesionales de salud”.
Para el expresidente de MSF (2000-2008) Jean-Hervé Bradol, Sierra Leona carece de “los medios para visitar todas las viviendas en tres días” y además muchos habitantes “no tienen recursos para permanecer tres días en casa sin salir”.
Hipersaturados
“Hay muchos jornaleros que si no salen a trabajar no podrán alimentar a su familia por la noche”, explica a la AFP este médico que trabajó para MSF en África.
El gobierno de Sierra Leona afirma contar con 20.000 voluntarios para hacer el puerta a puerta para registrar los nuevos casos y promete centros de aislamiento adicionales, sobre todo en colegios.
“Detectar los casos de ébola no es fácil y Sierra Leona no tiene camas suficientes para hospitalizar a los ya identificados”
La medida no convence a Joe Amon, experto en temas de salud para la ONG de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
“Detectar los casos de ébola no es fácil y Sierra Leona no tiene camas suficientes para hospitalizar a los ya identificados”, afirma en un comunicado publicado en internet.
Los centros están “hipersaturados” y cada día rechazan enfermos, entonces “¿qué harán cuando los nuevos enfermos salgan a descubierto?”, se pregunta el doctor Bradol.
La puesta en cuarentena de barrios o ciudades, como en Liberia, tiene cierta lógica cuando la epidemia está empezando para preservar las zonas sanas, considera.
Pero en la actualidad, en Liberia (1.296 muertos sobre un total de 2.407 casos) y en Sierra Leona (562 fallecidos sobre 1.620 casos) la epidemia superó un índice de difusión en las zonas urbanas “que hace que no tenga sentido aislar un barrio de otro”, estima el expresidente de MSF.
También causa polémica el cierre de las fronteras entre los países infectados y sus vecinos, como han hecho Senegal, Costa de Marfil y Gambia.
“El cierre de la frontera entre Costa de Marfil y Liberia puede tener algún efecto”, estima el doctor Bradol, porque reduce los flujos de población y, por consiguiente, los riesgos de contagio.
El jefe de la misión en Guinea de la organización estadounidense CDC (Centro de control y prevención de las enfermedades), Michael Kinzer, opina, por el contrario, que “cerrar las fronteras es algo así como cerrar los ojos”.