Obama forja una coalición contra el Estado Islámico, pero ¿durará?

Washington, Reuters
Los árabes están dentro. Turquía está a las puertas. Gran Bretaña, aún resabiado de la anterior guerra de Irak, se muestra cauta a la hora de aumentar su participación. Incluso Grecia quiere ayudar, si alguien le dice cómo.


Dos semanas después de anunciar planes para formar una "amplia coalición" contra el Estado Islámico, las esperanzas del presidente Barack Obama para lograr apoyo internacional a las acciones en Irak y Siria empiezan a consolidarse.

Pero queda por ver si este variado grupo global, cuyos miembros tienen objetivos muy diferentes, puede permanecer unido en una misión que el propio Obama reconoció que puede durar años y que está destinado a afrontar dificultades, además de bajas militares y civiles.

"La amenaza común da al presidente la capacidad de unir una mayor coalición", dijo el ex embajador estadounidense Edward Djerejian, que participó en una anterior coalición dirigida por Washington para expulsar al iraquí Saddam Hussein de Kuwait en 1991. Irónicamente, esa coalición incluía a Siria.

"No sabemos lo robusta que será la coalición en cuanto a mantenerse unidos. Esa es la gran interrogante", dijo Djerejian, director del instituto Baker, de la Universidad de Rice.

Cinco naciones árabes - Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Bahréin y Qatar - se unieron o apoyaron los ataques aéreos de Estados Unidos contra objetivos del Estado Islámico en Siria que comenzaron el lunes por la noche.

A pesar de que fueron aeronaves del país norteamericano las que dispararon bombas y misiles, la participación árabe fue significativa en términos geopolíticos, según funcionarios estadounidenses y de otras naciones de Occidente.

El objetivo era desestimar el argumento del Estado Islámico de que está en guerra con Occidente, añadieron.

Los estados del golfo Pérsico han defendido, en ocasiones, a las diferentes facciones de la guerra civil siria, y Washington ha acusado a individuos concretos del Golfo de canalizar dinero al Estado Islámico.

Arabia Saudita y sus vecinos podrían sufrir represalias violentas por parte de militantes por su cooperación militar con Estados Unidos. Mientras tanto, Jordania lucha por hacer frente a los cientos de miles de refugiados sirios que han cruzado las fronteras.

Sin embargo, un importante funcionario del Departamento de Estado dijo que hubo "total unanimidad" durante una reunión entre las naciones árabes involucradas en los ataques, Obama y Kerry. Los países se comprometieron a seguir en la campaña "a largo plazo", aseguró.

ALIADOS ÁRABES

Las autoridades estadounidenses proporcionaron nuevos detalles el martes sobre la forma en que Washington, en medio de una tormenta de reuniones y conversaciones telefónicas este mes, consiguió el apoyo de los normalmente cautelosos gobiernos árabes en los ataques aéreos sobre Siria.

El rey Abdulah de Arabia Saudita le dijo al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, durante una reunión de dos horas el 11 de septiembre en el palacio real de Yedah, que el reino "estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ayudar a la coalición, incluyendo ataques aéreos", dijo otro funcionario del Departamento de Estado.

Unos días más tarde, Kerry presionó a Emiratos Árabes Unidos para seguir el camino de los sauditas en una reunión con el ministro de Exteriores, Abdulah bin Zayed, en París, dijo el funcionario, que habló bajo la condición de anonimato.

Kerry presionó al rey Abdulah de Jordania durante una cena en Ammán a principios de este mes y una vez más el viernes en un encuentro anunciado a última hora en Washington.

Bahréin y Qatar también participaron o apoyaron los ataques.

Jon Alterman, vicepresidente del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que las capacidades militares árabes son muy limitadas en comparación con las estadounidenses.

"Simbólicamente, están cubiertos (por la administración de Obama)", dijo Alterman. "Pero en la práctica, no cambia la división de trabajo", agregó.

Por el contrario, los aliados de guerra europeos más frecuentes de Washington, Gran Bretaña y Francia, se han movido con cautela en el frente militar.

Francia ha llevado a cabo varios ataques aéreos contra objetivos del Estado Islámico en Irak, pero dijo que no lo haría en Siria.

Gran Bretaña se ha mantenido al margen de las operaciones de combate hasta el momento, aunque ha ayudado a entregar ayuda humanitaria, a realizar misiones de reconocimiento y de inteligencia, y además proporcionó armas a las fuerzas kurdas en la lucha contra el Estado Islámico en Irak.

Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, dijo el martes que éste apoyó los últimos ataques aéreos en Siria y que sostendría conversaciones en la Asamblea General de la ONU "sobre qué más pueden hacer Reino Unido y los demás para contribuir a los esfuerzos internacionales para hacer frente a la amenaza del Estado Islámico".

La participación árabe podría cambiar la opinión pública en Europa, que todavía no se fía de las intervenciones militares dirigidas por Estados Unidos en Oriente Medio, a raíz de la invasión de Irak de 2003 que se vendió con la falsa información de que había armas de destrucción masiva.

"Claramente hay una gran parte que intenta convencer a la opinión pública de todo el mundo, y particularmente en la región (de Oriente Medio), de que no estamos repitiendo las actuaciones de hace once años", dijo un funcionario de Occidente.

Acontecimientos como la decapitación del rehén británico David Haines por parte del Estado Islámico podrían estar cambiando las percepciones europeas, dijo un importante funcionario que solicitó el anonimato.

Una hoja informativa del Departamento de Estado enumera 54 países que se han prometido contribuir para contrarrestar al Estado Islámico, desde la pequeña Andorra a Ucrania, que tiene sus propios desafíos de seguridad tras una insurreción apoyada por Rusia en el este.

Las contribuciones son sometidas a seguimiento y son coordinadas por un grupo de trabajo del Departamento de Estado creado para ello específicamente, dijo un funcionario estadounidense.

Las autoridades estadounidenses dijeron que Georgia se había ofrecido a albergar un centro de entrenamiento para los rebeldes sirios apoyados por Estados Unidos, pero no estaba claro si Washington aceptaría la oferta de Tiflis.

Parece que muchos de los países ofrecen sobre todo apoyo político.

El ministro griego de Exterior, Evangelos Venizelos, dijo a Reuters que su país no había sido contactado por Washington con demandas específicas pero está listo para mandar ayuda humanitaria o asistencia militar.

"No tenemos ninguna propuesta, pero políticamente hablando, somos parte de la coalición", dijo Venizelos a Reuters.

Un país en la lista, pero que se mantiene al margen en gran medida, es el miembro de la OTAN Turquía, que comparte una larga frontera con Siria.

Algunos analistas dijeron que Turquía tiene más flexibilidad para actuar contra el Estado Islámico después de que el grupo soltase a cerca de 50 rehenes turcos que retenía desde junio.

Pero las autoridades estadounidenses predijeron que Turquía, que lidia con una avalancha de refugiados sirios, seguiría siendo cauta.

El presidente Tayip Erdogan dijo el martes que Turquía podría proporcionar apoyo militar y logístico a los ataques aéreos liderados por Estados Unidos. No dio más detalles.

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