EE UU anuncia que varios países árabes están dispuestos a bombardear al EI

Los interesados no se significan, pero su intervención legitimaría la coalición global

Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Varios países árabes se han ofrecido para participar en los bombardeos aéreos contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Irak y en Siria, según revelaron funcionarios estadounidenses este domingo en París. Ese paso contrasta con el poco entusiasmo que los árabes han mostrado por el plan de Washington para acabar con ese grupo terrorista. Aunque sin duda ayudará a legitimar la campaña, la ausencia de un anuncio oficial por parte de los implicados pone de relieve las tensiones y contradicciones que abordan estos Gobiernos.


“No quiero dejarles con la impresión de que los miembros árabes [de la coalición] no se han ofrecido para realizar bombardeos porque varios de ellos lo han hecho”, reveló un alto funcionario norteamericano a los periodistas que viajan con el secretario de Estado, John Kerry, citado por la agencia Reuters. Los ataques no se limitarían a Irak, ya que “algunos han indicado desde hace tiempo su voluntad de ir más allá”. El propio Kerry aseguró este domingo en el programa de la cadena CBS Face the Nation que, “además de EE UU, hay países de la región y de fuera de ella preparados para aportar apoyo militar, en los bombardeos actuales si fuera necesario”.

Ni el alto funcionario ni Kerry identificaron a los países que están dispuestos a dar ese paso. Se trata de una contribución crucial ya que no sólo significaría la posibilidad de ampliar a Siria la actual campaña estadounidense sobre las posiciones del EI en Irak, sino que reforzaría la credibilidad de ese proyecto en una región que recela enormemente del compromiso norteamericano. De momento, EE UU está identificando las tareas que cada país va a desarrollar en la coalición contra los yihadistas.

Durante su escala en Arabia Saudí, el pasado jueves, Kerry logró el apoyo de ese país y otras nueve naciones árabes a la coalición global propuesta pocos días antes por el presidente Barack Obama para hacer frente a la amenaza del EI. El comunicado, firmado además de por los saudíes por Kuwait, Qatar, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Egipto, Jordania, Líbano y el propio Irak, no concretaba el tipo de asistencia que cada uno se ha comprometido a prestar. Los portavoces norteamericanos han dejado claro que tienen una interpretación amplia de lo que constituye la contribución a la campaña militar: desde el suministro de armas hasta cualquier tipo de entrenamiento, como el ofrecido por Riad para preparar a los insurgentes sirios moderados.

También esa asistencia fue anunciada desde Washington, sin que los responsables saudíes lo hayan desmentido. ¿Por qué no lo hacen oficial? El cauteloso silencio de los Gobiernos árabes parece tener que ver tanto con las diferencias de matices que mantienen con EE UU, como con el temor a que la operación termine volviéndose contra ellos.

Por un lado, Arabia Saudí, Emiratos o Egipto tienen sus propios intereses en juego y temen que los bombardeos contra el EI en Siria terminen beneficiando al régimen de Bachar el Asad, y su mentor Irán, contra los que han estado apostando en la guerra civil de ese país. Además, les gustaría que la lucha antiterrorista no se limitara a ese grupo, sino que se extendiera a otros islamistas, como los Hermanos Musulmanes, que son los que plantean un desafío directo a sus Gobiernos.

Por otro, a falta de que se perfile un proyecto político paralelo, el mero recurso a los bombardeos sobre regiones eminentemente suníes corre el riesgo de afectar aún más a esta comunidad, mayoritaria en todos los países árabes, excepto en Bahréin, Omán y Líbano. Hasta ahora, los propagandistas del EI han manipulado a su favor las víctimas civiles de los ataques aéreos llevados a cabo por Damasco y Bagdad.

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