"Terroristas" ayudan a EEUU en la lucha contra Estado Islámico en Irak

Makhmur, Reuters
Washington tiene un nuevo e insólito aliado en su batalla contra el Estado Islámico en Irak: un grupo de combatientes a los que formalmente clasifica como terroristas.


Condenado por sus tres décadas de insurgencia en contra del Estado turco, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) dijo que jugó un papel crucial para combatir a los militantes, blanco de ataques aéreos de Estados Unidos.

"Esta guerra continuará hasta que terminemos con el Estado Islámico", dijo Rojhat, un combatiente del PKK, desde una cama de un hospital en Erbil, la capital de la región kurda en Irak.

La participación del PKK tiene consecuencias no solo para las facciones rivales kurdas que no pudieron detener el avance del Estado Islámico, sino también para Turquía y la comunidad internacional presionadas por el partido para que les quite el rótulo de terroristas.

Rojhat, de 33 años, fue herido por tercera vez en la batalla por retomar el control de la localidad del norte iraquí Makhmur, luego de que los militantes -considerados demasiado extremistas hasta por Al Qaeda- expulsaran a las fuerzas kurdas peshmerga de la región.

Las primeras dos veces, Rojhat luchaba contra las fuerzas turcas en un conflicto por la independencia kurda que dejó unos 40.000 muertos entre 1984 y el 2013, cuando fue firmado un alto al fuego.

Su rol pone de manifiesto el desafío que el PKK representa para Ankara. Pese a que Turquía aún ve al PKK como terrorista, ve una grave amenaza en el Estado Islámico, que ha capturado a decenas de sus ciudadanos y la semana pasada decapitó a un rehén estadounidense.

Gracias a Rojhat y a sus camaradas de armas, los residentes de Makhmur que habían huido aterrorizados por las matanzas que amenazaban a Erbil, a sólo 60 kilómetros, están regresando para evaluar los daños.

Por lo pronto ya taparon un graffiti que decía: "El Estado Islámico llegó para quedarse".

"No se trata sólo de Makhmur: se trata de Kurdistán", dijo Sadiq Goyi, un comandante del PKK, en referencia al territorio que habitan los kurdos en Siria, Irán, Turquía e Irak.

"El Estado Islámico es un peligro para todo el mundo, por eso debemos combatirlo en todas partes", afirmó Goyi, sentado bajo un cartel con la imagen del encarcelado líder del grupo, Abdullah Ocalan.

Las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG), un grupo armado hermano del PKK, se apoderó de una zona autónoma en el noreste de Siria y repelió con éxito los ataques de los militantes del Estado Islámico, que proclamaron un califato en la frontera con Irak.

Cuando el Estado Islámico tomó las posiciones de los peshmerga kurdos en el noroeste de Irak, los combatientes del YPG cruzaron desde Siria y evacuaron a miles de personas de la minoría yazidi que habían quedado atrapados en una montaña, con escasa comida y agua.

"El PKK es nuestro héroe", dijo Hussein, de 26 años, uno de los cientos de yazidis que fueron entrenados por combatientes del YPG en varios campos dentro de Siria para combatir al Estado Islámico.

Los comandantes del PKK dicen que enviaron guerrilleros en la primera línea de fuego en las ciudades de Kirkuk y Jalawla.

Sin embargo, su renuencia a ofrecer cifras y la ferocidad de los combates hacen que sus declaraciones sean difíciles de verificar.

GUERRA PSICOLÓGICA

Durante la década de 1990, las fuerzas de seguridad turcas empezaron a despejar poblaciones sospechosas de simpatizar con el PKK, desplazando a miles de kurdos.

Algunos huyeron a Irak y eventualmente se establecieron en un campamento en Makhmur, que recientemente se convirtió en una base para las guerrillas de PKK.

La palabra "Apo", el apodo de Ocalan, el líder de PKK, está garabateada en las murallas alrededor del campamento que hasta la incursión del Estado Islámico albergaba a más de 10.000 personas.

Un par de calcetines cuelga en una cuerda y en los viñedos comenzaron a brotar las uvas. El ruido de la artillería llega desde la nueva línea del frente con el Estado Islámico, a unos kilómetros de distancia.

El avance de los militantes hacia Kurdistán destruyó el halo de invencibilidad que tenía las fuerzas peshmerga en la región, que no habían combatido en años y fueron un fácil rival para los militantes armados con un arsenal saqueado al Ejército iraquí.

Sin embargo, los combatientes del PKK dicen que la principal arma de los militantes es el miedo.

"Están aplicando una guerra psicológica", dijo Goyi. "El Estado Islámico no es tan poderoso como se piensa que es".

El recién asumido rol del PKK puede resultar más preocupante para su histórico rival, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP). Ambos han competido por mucho tiempo por el liderazgo de la comunidad kurda en las fronteras de Siria, Irán, Turquía e Irak.

Con las fuerzas kurdas de los cuatro países luchando por primera vez contra el mismo enemigo, al menos por ahora, las guerrillas del PKK y los peshmerga combate codo a codo en los puntos de control en la ruta a Makhmur.

Massoud Barzani, presidente del Kurdistán iraquí y jefe del KDP, visitó personalmente el campamento para agradecer a los comandantes del PKK por su apoyo.

Pero las tensiones están aún a flor de piel.

Un funcionario del KDP dijo que la participación del PKK podría desincentivar a la comunidad internacional de entregar a los kurdos armamento avanzado para combatir de igual a igual al Estado Islámico.

"No los necesitamos", dijo sobre el PKK, acusando al partido de querer desacreditar al KDP.

Pero Rojhat dice que el PKK es más organizado y disciplinado que las fuerzas peshmerga y que sus tácticas para enfrentar al Estado Islámico son mejores, aún sin tener el armamento de los kurdos iraquíes.

"Así es cómo hemos peleado contra el Ejército turco por años", dijo Rojhar. "La guerra es un acto de fe".

"NO HAY PORQUÉ TENER PÁNICO"

Ankara ha hecho pocos comentarios sobre el último conflicto en Irak.

Se dice que el apoyo de Turquía a los enemigos suníes del presidente sirio Bashar al-Assad permitió que Estado Islámico creciera, una acusación que Ankara niega.

Funcionarios turcos han desestimado la preocupación de que el PKK sea fortalecido por su rol en Irak y provoque desórdenes en Turquía. Los combates contra el Estado Islámico, dicen, son un tema separado de su lucha con Ankara por los derechos de los kurdos.

"En Irak hay una crisis y el PKK se involucró en esta lucha junto con otros elementos presentes allí", dijo a Reuters un funcionario turco de alto rango, agregando que ese compromiso no es algo permanente.

"No hay miedo a una división en Turquía o a una unificación de la población kurda fuera de Turquía. Como en Turquía no hay demandas del PKK a través de lucha armada o de violencia, no hay necesidad de tener pánico", dijo el funcionario, que pidió no ser identidad para poder hablar con más libertad.

El viceprimer ministro turco Besir Atalay dijo esta semana que el Gobierno podría sostener conversaciones directas con las guerrillas, cuyo líder Ocalan está encarcelado en una isla en el Mar de Mármara. Las autoridades ofrecieron un plan que contempla el desarme de la guerrilla y reintegrar a los combatientes a la sociedad turca.

El PKK ve una conexión bastante clara entre su nuevo y viejo enemigo. Los guerrilleros kurdos acusan a Turquía de financiar y de enviar islamistas para combatirlos en Siria. Ankara lo niega.

Pero ha renunciado a su demanda de un Estado separado para los kurdos en el sureste de Turquía, a cambio de la devolución del poder en cada uno de los cuatro países en el que los kurdos están repartidos.

Un diplomático europeo en Ankara dijo que el PKK espera que sus acciones en Irak, en particular su ayuda para la protección de miembros de la comunidad de los yazidíes, permitan convencer a la Unión Europea de sacarlos de su lista de terroristas.

"Es bastante paradójico que una organización proscrita como un grupo terrorista por la UE parezca haber tenido un rol tan significativo (contra el Estado Islámico), dijo el diplomático.

"Están desafiando las bases legales sobre las cuales la UE los proscribió en primer lugar", añadió. "Verán todo lo que ha estado pasando en los últimos días como una ayuda a esa causa".

Sin embargo, dijo, es muy improbable que la Unión Europea haga algo así sin la anuencia turca.

"Los turcos se opondrían firmemente a eso (...). No estamos en el estado en el que Turquía esté dispuesta a contemplar nada como eso. Ni en lo más mínimo".

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