Obama corteja a África con dinero privado para frenar la influencia de China
Empresas de EE UU comprometen 14.000 millones de dólares en proyectos en el continente africano
Silvia Ayuso
Washington, El País
La empresa privada está echando una mano al gobierno de Estados Unidos en sus esfuerzos por contrarrestar la creciente influencia de China en África, un continente en expansión donde Washington teme estar perdiendo terreno, económico y político. La ayuda se concretó este martes en un cheque de 14.000 millones de dólares con el que se marcharán de Washington el casi medio centenar de líderes invitados esta semana a la primera cumbre estadounidense dedicada al continente.
El dinero, comprometido por un conglomerado de empresas estadounidenses, será destinado a diversos proyectos, desde la construcción a la energía limpia o la aviación, según el gobierno del presidente Barack Obama, quien se ha implicado personalmente en la mayor cumbre de gobernantes celebrada jamás en Washington.
El gobierno acompañará esta cifra con otros 7.000 millones de dólares destinados a financiar la "promoción de las exportaciones estadounidenses a África y las inversiones" en ese continente.
Además, Obama ordenó entre otros la creación de un consejo asesor presidencial sobre relaciones empresariales con Áfricaque "aconseje al presidente sobre cómo reforzar la interacción comercial entre EE UU y África", según el decreto firmado este martes por el mandatario.
"Estados Unidos está haciendo un gran esfuerzo a largo plazo por el progreso en África", subrayó Obama al anunciar las medidas ante sus colegas africanos en Washington.
El objetivo de este esfuerzo es doble: por un lado, aprovechar el potencial de crecimiento africano del que EE UU se puede beneficiar. “África es la segunda región que más rápido crece del mundo y alberga a seis de las diez economías que más rápido crecen”, recordó el secretario del Tesoro, Jacob Lew. Pero la meta es también -o sobre todo-, frenar la creciente influencia china en el continente.
La gran pregunta es si hay todavía tiempo para ello. La apuesta de China por África se ha multiplicado en la última década. Muestra de ello son los foros bilaterales que de forma regular ha venido celebrando en los últimos años, al igual que Europa, mientras que la de Washington es la primera gran cumbre africana de EE UU.
Pekín ya supera a Washington como el mayor socio comercial del continente africano, donde también compite duramente en el terreno del desarrollo y las ayudas, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Si China estornuda, África puede ahora resfriarse”, era el provocador título de un análisis del FMI a comienzos de año sobre la creciente influencia china en el continente africano, en el que se parafraseaba con toda intencionalidad el tradicional dicho sobre el peso global de la economía norteamericana “Si EE UU estornuda, el mundo se resfría”.
Pero a Washington no le preocupa sólo la pérdida de influencia económica en África. En un mundo de potencias emergentes que están poniendo en cuestión el peso político de EE UU en el mundo, desde Oriente Próximo a Ucrania o Afganistán, Washington ve con preocupación el posicionamiento chino en África.
Una táctica que Pekín ya ha practicado con éxito en el propio “patrio trasero” norteamericano, América Latina, donde China es el gran cliente de materias primas que entre otros han permitido el boom de muchos países latinoamericanos mientras el resto del mundo se hundía en la crisis global.
“La influencia estadounidense en el continente es ahora patéticamente pequeña comparada con la de los chinos y los europeos”, señalaba el columnista de The New York Times David Brooks. “La broma entre los participantes es que China invierte dinero, EE UU celebra recepciones”, dijo respecto de la cumbre de Washington.
La secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, dejó entrever el martes la impaciencia de Washington por consolidar los lazos comerciales con África.
“La alianza comercial estadounidense-africana es esencial, y el momento de hacer negocios en África ya no está a cinco años de distancia. El momento es ahora”, proclamó en el marco de la cumbre.
De ahí el renovado esfuerzo de Obama en África con el sabroso cheque. Un dinero que EE UU asegura viene acompañado de un valor añadido con el que no pueden competir sus rivales en el continente: al contrario que la china, la inversión norteamericana llega con creación de puestos de trabajo para africanos y expansión de conocimientos que quedarán en la región cuando las empresas se hayan retirado.
"EE UU está decidido un socio en el éxito de África, un socio equitativo, un socio bueno y a largo plazo", subrayó el presidente. "No miramos hacia África solamente por sus recursos naturales, reconocemos a África por sus grandes recursos: su gente y su talento y potencial. No queremos solamente extraer minerales para nuestro crecimiento, queremos construir verdaderas alianzas para crear empleos y oportunidades para todos nuestros pueblos. Ese es el tipo de alianza que ofrece EE UU", insistió.
Silvia Ayuso
Washington, El País
La empresa privada está echando una mano al gobierno de Estados Unidos en sus esfuerzos por contrarrestar la creciente influencia de China en África, un continente en expansión donde Washington teme estar perdiendo terreno, económico y político. La ayuda se concretó este martes en un cheque de 14.000 millones de dólares con el que se marcharán de Washington el casi medio centenar de líderes invitados esta semana a la primera cumbre estadounidense dedicada al continente.
El dinero, comprometido por un conglomerado de empresas estadounidenses, será destinado a diversos proyectos, desde la construcción a la energía limpia o la aviación, según el gobierno del presidente Barack Obama, quien se ha implicado personalmente en la mayor cumbre de gobernantes celebrada jamás en Washington.
El gobierno acompañará esta cifra con otros 7.000 millones de dólares destinados a financiar la "promoción de las exportaciones estadounidenses a África y las inversiones" en ese continente.
Además, Obama ordenó entre otros la creación de un consejo asesor presidencial sobre relaciones empresariales con Áfricaque "aconseje al presidente sobre cómo reforzar la interacción comercial entre EE UU y África", según el decreto firmado este martes por el mandatario.
"Estados Unidos está haciendo un gran esfuerzo a largo plazo por el progreso en África", subrayó Obama al anunciar las medidas ante sus colegas africanos en Washington.
El objetivo de este esfuerzo es doble: por un lado, aprovechar el potencial de crecimiento africano del que EE UU se puede beneficiar. “África es la segunda región que más rápido crece del mundo y alberga a seis de las diez economías que más rápido crecen”, recordó el secretario del Tesoro, Jacob Lew. Pero la meta es también -o sobre todo-, frenar la creciente influencia china en el continente.
La gran pregunta es si hay todavía tiempo para ello. La apuesta de China por África se ha multiplicado en la última década. Muestra de ello son los foros bilaterales que de forma regular ha venido celebrando en los últimos años, al igual que Europa, mientras que la de Washington es la primera gran cumbre africana de EE UU.
Pekín ya supera a Washington como el mayor socio comercial del continente africano, donde también compite duramente en el terreno del desarrollo y las ayudas, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Si China estornuda, África puede ahora resfriarse”, era el provocador título de un análisis del FMI a comienzos de año sobre la creciente influencia china en el continente africano, en el que se parafraseaba con toda intencionalidad el tradicional dicho sobre el peso global de la economía norteamericana “Si EE UU estornuda, el mundo se resfría”.
Pero a Washington no le preocupa sólo la pérdida de influencia económica en África. En un mundo de potencias emergentes que están poniendo en cuestión el peso político de EE UU en el mundo, desde Oriente Próximo a Ucrania o Afganistán, Washington ve con preocupación el posicionamiento chino en África.
Una táctica que Pekín ya ha practicado con éxito en el propio “patrio trasero” norteamericano, América Latina, donde China es el gran cliente de materias primas que entre otros han permitido el boom de muchos países latinoamericanos mientras el resto del mundo se hundía en la crisis global.
“La influencia estadounidense en el continente es ahora patéticamente pequeña comparada con la de los chinos y los europeos”, señalaba el columnista de The New York Times David Brooks. “La broma entre los participantes es que China invierte dinero, EE UU celebra recepciones”, dijo respecto de la cumbre de Washington.
La secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, dejó entrever el martes la impaciencia de Washington por consolidar los lazos comerciales con África.
“La alianza comercial estadounidense-africana es esencial, y el momento de hacer negocios en África ya no está a cinco años de distancia. El momento es ahora”, proclamó en el marco de la cumbre.
De ahí el renovado esfuerzo de Obama en África con el sabroso cheque. Un dinero que EE UU asegura viene acompañado de un valor añadido con el que no pueden competir sus rivales en el continente: al contrario que la china, la inversión norteamericana llega con creación de puestos de trabajo para africanos y expansión de conocimientos que quedarán en la región cuando las empresas se hayan retirado.
"EE UU está decidido un socio en el éxito de África, un socio equitativo, un socio bueno y a largo plazo", subrayó el presidente. "No miramos hacia África solamente por sus recursos naturales, reconocemos a África por sus grandes recursos: su gente y su talento y potencial. No queremos solamente extraer minerales para nuestro crecimiento, queremos construir verdaderas alianzas para crear empleos y oportunidades para todos nuestros pueblos. Ese es el tipo de alianza que ofrece EE UU", insistió.