Nuevo parlamento libio se reúne en medio del caos

Bengasi, AP
Más de tres cuartas partes del recién electo parlamento de Libia se reunieron por primera vez el sábado en una ciudad escogida por un prominente político anti islamista, en un indicio claro de una tendencia contra los islamistas y las milicias extremistas en medio de una violencia no vista en el país desde la guerra civil de 2011 que derrocó al dictador Moamar Gadafi.


Los legisladores se reunieron en Tobrouk mientras milicias rivales combatían por el control del aeropuerto internacional de Trípoli, la capital en la que los bombardeos causaron incendios en más depósitos de petróleo. En tanto, en Bengasi, fuerzas leales a un general renegado sufrieron un duro golpe cuando milicias islamistas capturaron varias bases militares y tomaron el control de la ciudad, la segunda mayor del país.

La violencia, que ha matado a más de 200 personas y herido a casi 900 en semanas de combates, ha forzado a la salida del país de diplomáticos, miles de trabajadores extranjeros y libios y presenta el mayor reto actual para un país profundamente dividido.

En la reunión del sábado, 152 legisladores sesionaron en Tobrouk, una ciudad en el este de Libia cerca de la frontera con Egipto, de acuerdo con la página del parlamento en Facebook. Abu Bakr Baiera, el legislador anti islamista que presidió la sesión, decidió aplazar la inauguración oficial hasta el arribo de más legisladores.

La presencia de esos tantos miembros del Parlamento —todos elegidos como independientes— sugiere que la mayoría de los legisladores no están afiliados a las facciones islamistas que dominaron el saliente Parlamento interino ni apoyaron las campañas militares encabezadas por islámicos extremistas en Trípoli o Bengasi. La última sesión sufrió de lucha política interna, así como de ataques violentos con legisladores secuestrados y el mismo Parlamento asediado.

Tampoco pudo refrenar las milicias beligerantes en Libia, conformadas por fuerzas rebeldes que derrocaron a Gadafi, armadas con arsenal pesado que supera la fuerza de su debilitada policía y ejército. El Parlamento además aprobó leyes disgregadoras que ocasionaron fracturas más profundas entre los libios y fracasó en el intento de redactar una nueva Constitución.

Baiera escogió realizar la reunión en Tobrouk después de que Bengasi supuestamente cayó en manos de milicias islámicas extremistas. Esas milicias expulsaron recientemente a tropas del ejército dispersamente aliadas al general renegado Jalifa Hifter, que encabeza una campaña contra ellas.

Bengasi "está fuera del control del aparato de seguridad", lo que hace imposible proteger a los legisladores ahí, según una carta que envió al Parlamento el ministro interino del Interior Tarek al-Barassi.

La decisión de Baiera además desafió al saliente presidente del parlamento Nouri Abu Sahmein, un político de tendencia islamista, quien quería que la reunión se realizara en Trípoli.

El sábado surgían llamas de depósitos gigantes de petróleo cerca del aeropuerto de Trípoli después de que proyectiles disparados por milicias rivales hicieron blanco en los tanques de almacenamiento. Esto ocurre después de que enfrentamientos similares incendiaron la semana pasada tres depósitos de petróleo que ardieron fuera de control durante días.

Bomberos abandonaron el incendio del sábado al ser atacados. Un funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad libia calificó la situación como "muy peligrosa". Pidió no ser identificado porque no está autorizado a hablar con periodistas.

La violencia en toda Libia ha obligado a diplomáticos a huir y cerrar sus embajadas, mientras ciudadanos libios y extranjeros buscan refugio en Túnez. El sábado, tanto Gran Bretaña como Polonia estuvieron entre las más recientes embajadas que suspendieron su trabajo en Trípoli. Una fragata de la Marina de Guerra griega rescató al personal de su embajada y a cerca de 200 ciudadanos de Grecia, China y otras naciones.

Además Túnez abrió su principal cruce fronterizo con Libia después de haberlo cerrado temporalmente el día anterior, permitiendo que miles de personas huyan de Libia a su territorio. El ministro de Relaciones Exteriores de Túnez anunció que establecería vuelos con Egipto para sacar a aproximadamente 6.000 egipcios que huyen de los combates.

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