Mercedes-Red Bull, un monopolio del pasado
Madrid, As
El diccionario 2014 de la F-1 se abría con la palabra “fiabilidad”. Ese el era el reto tras la nueva reglamentación que tenía a los motores V6 turbo como novedad. Añadamos ahora la palabra “monopolio”. Porque la victoria en los once GGPP disputados se las reparten dos escuderías (Mercedes, con nueve, y Red Bull, con dos) y tres pilotos (Hamilton, 5; Rosberg, 4; y Ricciardo, 2). Y no se augura volantazo alguno en el futuro.
Así nació todo. Porque en 1950, año en el que el campeonato echó a andar, sólo Alfa Romeo y Kurtis Kraft se hicieron con las victorias. Los italianos se agarraron a las manos mágicas de Juan Manuel Fangio y ‘Nino’ Farina, mientras que el constructor estadounidense triunfó gracias a John Parsons (GP de Indianápolis) y el motor Offenhauser. Todo made in USA. Desde entonces, en otras cinco temporadas el botín se lo repartieron sólo dos equipos. En 1952, por ejemplo, el equipo Kuzma evitó el pleno de Ferrari, ganador de siete GGPP, seis de ellos gracias a Alberto Ascari, a la postre campeón. Y 36 años después fue Ferrari el que frustró la goleada de McLaren que ya se cantaba en la grada. Era 1988, con el duelo entre Ayrton Senna y Alain Prost, rivales con el mismo arma, el MP4/4, y título para el brasileño. El honor de la Scuderia lo salvó Gerhard Berger y de qué manera, pues ganó la carrera de casa: Monza. Nunca en la historia todas las victorias de un mismo año han correspondido a un solo equipo.
En cuanto a pilotos, tres es el número mínimo en el que se ha repartido la tarta de victorias. Las citadas de 1950 y 1988, y la de 1963, que habló inglés de mayo a diciembre: fue campeón Jim Clark y le siguieron Graham Hill, Richie Ginther, John Surtees, Dan Gurney, Bruce McLaren, Jack Brabham...
El diccionario 2014 de la F-1 se abría con la palabra “fiabilidad”. Ese el era el reto tras la nueva reglamentación que tenía a los motores V6 turbo como novedad. Añadamos ahora la palabra “monopolio”. Porque la victoria en los once GGPP disputados se las reparten dos escuderías (Mercedes, con nueve, y Red Bull, con dos) y tres pilotos (Hamilton, 5; Rosberg, 4; y Ricciardo, 2). Y no se augura volantazo alguno en el futuro.
Así nació todo. Porque en 1950, año en el que el campeonato echó a andar, sólo Alfa Romeo y Kurtis Kraft se hicieron con las victorias. Los italianos se agarraron a las manos mágicas de Juan Manuel Fangio y ‘Nino’ Farina, mientras que el constructor estadounidense triunfó gracias a John Parsons (GP de Indianápolis) y el motor Offenhauser. Todo made in USA. Desde entonces, en otras cinco temporadas el botín se lo repartieron sólo dos equipos. En 1952, por ejemplo, el equipo Kuzma evitó el pleno de Ferrari, ganador de siete GGPP, seis de ellos gracias a Alberto Ascari, a la postre campeón. Y 36 años después fue Ferrari el que frustró la goleada de McLaren que ya se cantaba en la grada. Era 1988, con el duelo entre Ayrton Senna y Alain Prost, rivales con el mismo arma, el MP4/4, y título para el brasileño. El honor de la Scuderia lo salvó Gerhard Berger y de qué manera, pues ganó la carrera de casa: Monza. Nunca en la historia todas las victorias de un mismo año han correspondido a un solo equipo.
En cuanto a pilotos, tres es el número mínimo en el que se ha repartido la tarta de victorias. Las citadas de 1950 y 1988, y la de 1963, que habló inglés de mayo a diciembre: fue campeón Jim Clark y le siguieron Graham Hill, Richie Ginther, John Surtees, Dan Gurney, Bruce McLaren, Jack Brabham...