Iker Casillas recupera el trono del Bernabéu

Madrid, Goal.com
Sucedió el 12 de enero de 2013. Ha pasado un año, seis meses y 13 días. Toda una condena. Aquella jornada fría en el Santiago Bernabéu Iker Casillas saltó al terreno de juego como si de una tarde más se tratase. Pero no lo era. Sin saberlo, estaba jugando su último partido de Liga con el Real Madrid en su propio estadio. Semana y media después, una fatal patada de Arbeloa le rompía el dedo y, con la intervención de Mourinho mediante, perdía la titularidad del equipo blanco. El resto es de la historia es de sobra conocido. Historia que hoy vuelve a aquel punto de partida. Hoy el capitán merengue volverá a ser titular en un choque de Liga y en su propio estadio. Casillas recupera su trono, aquel por el que estuvo a punto de dejar el Real Madrid este mismo verano.

Porque ha sido su ausencia en el domingo a domingo, en el jornada a jornada, lo que casi le ha arrastrado a abandonar el club de toda su vida para jugar en el Arsenal inglés. Cierto es que ha habido otras razones (malos rollos de vestuario, roces con la afición, fallos mundialistas...), pero por encima de todas ellas siempre ha emergido con más fuerza que ninguna el hecho de haber perdido la confianza de sus entrenadores para jugar en el trofeo de la regularidad.



Casillas disputó la temporada pasada 24 partidos de los que sólo dos fueron en el campeonato liguero y ambos se disputaron lejos de casa. Pese a levantar la Champions y la Copa, pese a jugar las dos finales del curso, la verdadera obsesión de Casillas en estos meses de incertidumbre ha sido jugar en la Liga.

Y hoy por fin lo consigue, aunque para hacerlo ha tenido que ver como su más directo rival por el puesto sale del Bernabéu por la puerta de atrás. Diego López y su venta al Milan dejan ahora a Casillas como único dueño de la portería, pero también como máximo objetivos de 80.000 miradas que, cada dos semanas, lo escudriñarán con más intensidad que nunca.

Casillas lo sabe. Sabe que el juicio del Bernabéu será más implacable que nunca si en el presente curso tiene algún fallo. Se acabó aquello de ser condescendiente con el capitán. La guerra de la portería merengue ha dejado como consecuencia un ambiente tenso que no admite fallos. Por mínimos que sea.

Un nuevo reto ante el que el de Móstoles, por ahora, no se arruga. Lleva mucho tiempo buscando este retorno y no piensa dejarlo escapar por nada del mundo. Mientras, Ancelotti y Vecchi (el preparador de porteros merengue) le observarán atentamente sabedores de que Keylor Navas aguarda una oportunidad.

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