Hamas es ominipresente en Gaza, pero no se le ve por ninguna parte
Gaza, AFP
¿Dónde están los hombres de Hamas? En la Franja de Gaza, los militantes islamistas son omnipresentes e invisibles a la vez, pero muy activos en la radio y en las redes sociales, que se han convertido en su arma de seducción masiva.
En el enclave palestino, nunca se ha visto a los combatientes de Hamas durante los combates pese a que han lanzado más de 3.000 cohetes en dirección de Israel desde el 8 de julio, según el ejército israelí, algunos incluso desde el barrio donde se alojan los periodistas extranjeros.
Incluso después de los bombardeos israelíes en sectores del territorio sensibles, los combatientes han brillado por su ausencia, escondidos en los túneles que surcan las entrañas de la Franja o vestidos de civil.
Israel, cuya operación “Barrera protectora” pretendía destruir este mundo subterráneo, acusa al “movimiento de resistencia islámica”, nombre oficial de Hamas, de utilizar a los gazatíes como “escudos humanos”.
De los más 1.800 muertos por los bombardeos aéreos y terrestres israelíes, el 85% son civiles, según un recuento de la ONU.
Al día siguiente de que un bombardeo nocturno decimara a una familia, aunque también a un supuesto militante de Hamas, en Jabaliya, hombres en civil esperaban ante la morgue del hospital.
En cuanto se abrieron las puertas, entraron para envolver a uno de los numerosos cuerpos ensangrentados con la enseña verde de Hamas e iniciar inmediatamente después una procesión por los meandros urbanos de cemento y polvo.
Teléfonos apagados
Aunque a veces se les puede ver, sus dirigentes, en cambio, han desaparecido totalmente de los radares. Algunos han escapado a la muerte en conflictos anteriores, otros han visto cómo Israel bombardeaba sus casas durante la guerra y después desaparecían con los teléfonos apagados.
Solo los portavoces del movimiento han ofrecido conferencias de prensa improvisadas. Los dirigentes se replegaron a las redes sociales para publicar con regularidad ejemplar declaraciones glorificando la “resistencia” a Israel, los logros militares de las brigadas de Ezedine Al Qasam, la rama armada de Hamas.
Cada vez que Facebook cerraba sus páginas, al menos en dos ocasiones durante la guerra, Hamas abría otras, entregando en tiempo real el detalle de sus operaciones, sus reivindicaciones o los últimos acontecimientos sobre los bombardeos de las casas de sus dirigentes.
En esta guerra de información, Hamas puede contar con la cadena Al Aqsa que ha inundado a la población con imágenes crudas y vídeos de propaganda de Al Qasam: combatientes encapuchados saliendo y entrando de los túneles, entrenándose en artes marciales o en operaciones en el mar.
Batalla psicológica
“Forma parte de nuestra batalla mediática y psicológica”, dice un dirigente de Hamas que pide el anonimato.
En cambio, no se ha filtrado ni una sola imagen en tiempo real de los combatientes. Las brigadas Al Qasam difundieron un comunicado amenazando a todo aquel que difundiera fotos de los lanzacohetes múltiples. Algunos, abandonados, incluso se pueden encontrar en los caminos.
Pero tras la destrucción de la única central eléctrica de la Franja de Gaza, bombardeada a finales de julio por el ejército israelí, ver la tele se ha convertido en un auténtico lujo. Todo el mundo escucha la radio.
“Nuestra televisión es ahora para uso externo, para los palestinos en Cisjordania, en Egipto, en Argelia. En Gaza, la gente escucha la radio y diría que la mitad de la población escucha nuestra frecuencia”, explica a la AFP Mohamed Thuraya, director de la red Al Aqsa.
“La resistencia deber estar en el corazón y el espíritu de la gente, de ahí la importancia de la prensa. La gente tiene que saber que los sionistas matan a los niños, a los profesores, a los padres”, asegura.
“La radio de Al Aqsa es de lejos la más rápida”, dice Ahmed Nasir, Gazaui de unos veinte años. “Pero no dice toda la verdad”, dice otro joven habitante, “Al Aqsa hace mucha propaganda”, zanja.
¿Dónde están los hombres de Hamas? En la Franja de Gaza, los militantes islamistas son omnipresentes e invisibles a la vez, pero muy activos en la radio y en las redes sociales, que se han convertido en su arma de seducción masiva.
En el enclave palestino, nunca se ha visto a los combatientes de Hamas durante los combates pese a que han lanzado más de 3.000 cohetes en dirección de Israel desde el 8 de julio, según el ejército israelí, algunos incluso desde el barrio donde se alojan los periodistas extranjeros.
Incluso después de los bombardeos israelíes en sectores del territorio sensibles, los combatientes han brillado por su ausencia, escondidos en los túneles que surcan las entrañas de la Franja o vestidos de civil.
Israel, cuya operación “Barrera protectora” pretendía destruir este mundo subterráneo, acusa al “movimiento de resistencia islámica”, nombre oficial de Hamas, de utilizar a los gazatíes como “escudos humanos”.
De los más 1.800 muertos por los bombardeos aéreos y terrestres israelíes, el 85% son civiles, según un recuento de la ONU.
Al día siguiente de que un bombardeo nocturno decimara a una familia, aunque también a un supuesto militante de Hamas, en Jabaliya, hombres en civil esperaban ante la morgue del hospital.
En cuanto se abrieron las puertas, entraron para envolver a uno de los numerosos cuerpos ensangrentados con la enseña verde de Hamas e iniciar inmediatamente después una procesión por los meandros urbanos de cemento y polvo.
Teléfonos apagados
Aunque a veces se les puede ver, sus dirigentes, en cambio, han desaparecido totalmente de los radares. Algunos han escapado a la muerte en conflictos anteriores, otros han visto cómo Israel bombardeaba sus casas durante la guerra y después desaparecían con los teléfonos apagados.
Solo los portavoces del movimiento han ofrecido conferencias de prensa improvisadas. Los dirigentes se replegaron a las redes sociales para publicar con regularidad ejemplar declaraciones glorificando la “resistencia” a Israel, los logros militares de las brigadas de Ezedine Al Qasam, la rama armada de Hamas.
Cada vez que Facebook cerraba sus páginas, al menos en dos ocasiones durante la guerra, Hamas abría otras, entregando en tiempo real el detalle de sus operaciones, sus reivindicaciones o los últimos acontecimientos sobre los bombardeos de las casas de sus dirigentes.
En esta guerra de información, Hamas puede contar con la cadena Al Aqsa que ha inundado a la población con imágenes crudas y vídeos de propaganda de Al Qasam: combatientes encapuchados saliendo y entrando de los túneles, entrenándose en artes marciales o en operaciones en el mar.
Batalla psicológica
“Forma parte de nuestra batalla mediática y psicológica”, dice un dirigente de Hamas que pide el anonimato.
En cambio, no se ha filtrado ni una sola imagen en tiempo real de los combatientes. Las brigadas Al Qasam difundieron un comunicado amenazando a todo aquel que difundiera fotos de los lanzacohetes múltiples. Algunos, abandonados, incluso se pueden encontrar en los caminos.
Pero tras la destrucción de la única central eléctrica de la Franja de Gaza, bombardeada a finales de julio por el ejército israelí, ver la tele se ha convertido en un auténtico lujo. Todo el mundo escucha la radio.
“Nuestra televisión es ahora para uso externo, para los palestinos en Cisjordania, en Egipto, en Argelia. En Gaza, la gente escucha la radio y diría que la mitad de la población escucha nuestra frecuencia”, explica a la AFP Mohamed Thuraya, director de la red Al Aqsa.
“La resistencia deber estar en el corazón y el espíritu de la gente, de ahí la importancia de la prensa. La gente tiene que saber que los sionistas matan a los niños, a los profesores, a los padres”, asegura.
“La radio de Al Aqsa es de lejos la más rápida”, dice Ahmed Nasir, Gazaui de unos veinte años. “Pero no dice toda la verdad”, dice otro joven habitante, “Al Aqsa hace mucha propaganda”, zanja.