Clérigo: Estado Islámico es enemigo del islam
Riad, AP
El extremismo y las ideologías de grupos como el Estado Islámico y al-Qaida son el enemigo número uno del islam, y los musulmanes han sido sus primeras víctimas, dijo el martes el clérigo saudí de mayor rango.
El gran muftí, jeque Abdul-Aziz Al-Sheik, dijo además en su declaración pública que el terrorismo no tiene cabida en el islam, y que el peligro de los extremistas radica en su utilización de lemas islámicos para justificar sus acciones que dividen a la gente.
"Estos grupos extranjeros no pertenecen al islam y a los musulmanes que lo acatan", señaló, al tiempo que añadió que es necesaria la unidad en torno a las palabras y la jerarquía del rey de Arabia Saudí y del príncipe heredero para evitar el tipo de caos visto en otros lugares en la región.
El rey Abdalá ha estado presionando a clérigos para que condenen públicamente a los grupos extremistas islámicos desde que el gobierno prohibió que los ciudadanos combatan en conflictos en el extranjero. Los clérigos que no condenen el terrorismo en los sermones tradicionales del viernes podrían enfrentar sanciones, tales como la revocación de sus licencias para predicar.
La prensa local ha reportado que el Ministerio saudí del Interior puede exigir a clérigos aprobar una revisión de seguridad antes de que puedan predicar, y que aproximadamente 3.500 de ellos en Arabia Saudí han sido despedidos desde 2003 debido a sus sermones.
Los avances del grupo Estado Islámico en Irak y Siria han intensificado las preocupaciones de seguridad en naciones vecinas como Arabia Saudí. Han motivado además varios artículos y discusiones en la prensa local sobre cómo hacer frente a la propagación de la ideología "takfiri", la cual rechaza a cualquiera que no se adhiera a una interpretación radical del islam. Arabia Saudí sigue una interpretación puritana del islam conocida como wahabismo.
Hace una década, milicianos de al-Qaida lanzaron una serie de ataques en el reino con la intención de derrocar a la monarquía. Intensas medidas de fuerza de los servicios de seguridad saudís obligaron a muchos milicianos a huir al vecino Yemen, que ahora tiene una de las ramas más activas de al-Qaida a nivel mundial.
El extremismo y las ideologías de grupos como el Estado Islámico y al-Qaida son el enemigo número uno del islam, y los musulmanes han sido sus primeras víctimas, dijo el martes el clérigo saudí de mayor rango.
El gran muftí, jeque Abdul-Aziz Al-Sheik, dijo además en su declaración pública que el terrorismo no tiene cabida en el islam, y que el peligro de los extremistas radica en su utilización de lemas islámicos para justificar sus acciones que dividen a la gente.
"Estos grupos extranjeros no pertenecen al islam y a los musulmanes que lo acatan", señaló, al tiempo que añadió que es necesaria la unidad en torno a las palabras y la jerarquía del rey de Arabia Saudí y del príncipe heredero para evitar el tipo de caos visto en otros lugares en la región.
El rey Abdalá ha estado presionando a clérigos para que condenen públicamente a los grupos extremistas islámicos desde que el gobierno prohibió que los ciudadanos combatan en conflictos en el extranjero. Los clérigos que no condenen el terrorismo en los sermones tradicionales del viernes podrían enfrentar sanciones, tales como la revocación de sus licencias para predicar.
La prensa local ha reportado que el Ministerio saudí del Interior puede exigir a clérigos aprobar una revisión de seguridad antes de que puedan predicar, y que aproximadamente 3.500 de ellos en Arabia Saudí han sido despedidos desde 2003 debido a sus sermones.
Los avances del grupo Estado Islámico en Irak y Siria han intensificado las preocupaciones de seguridad en naciones vecinas como Arabia Saudí. Han motivado además varios artículos y discusiones en la prensa local sobre cómo hacer frente a la propagación de la ideología "takfiri", la cual rechaza a cualquiera que no se adhiera a una interpretación radical del islam. Arabia Saudí sigue una interpretación puritana del islam conocida como wahabismo.
Hace una década, milicianos de al-Qaida lanzaron una serie de ataques en el reino con la intención de derrocar a la monarquía. Intensas medidas de fuerza de los servicios de seguridad saudís obligaron a muchos milicianos a huir al vecino Yemen, que ahora tiene una de las ramas más activas de al-Qaida a nivel mundial.