Miles huyen a Túnez de la guerra en Libia
Túnez, AP
Unas 6.000 personas han huido a diario esta semana de Libia al vecino Túnez, dijo el miércoles el canciller tunecino, la mayor cifra desde la guerra civil libia del 2011 y una señal del agravamiento de la situación generado por la lucha entre milicias rivales que batallan por el control del aeropuerto de la capital, Trípoli.
Los combates, que ya duran varias semanas, son el peor nivel de violencia visto en la capital libia desde esa guerra. Casi 100 personas han perdido la vida y 400 más han quedado heridas, mientras que buena parte del aeropuerto está destruido. Un enorme incendio ha devastado la instalación desde hace tres días después que fuego de artillería alcanzó depósitos de combustible en el aeropuerto y obligó a los vecinos de la zona a huir. Los bomberos no han podido contener el incendio debido a los combates.
Muchos diplomáticos, entre ellos el embajador estadounidense, se han marchado del país. Y con el gobierno interino paralizado, los combates amenazan la juramentación del Parlamento recién elegido, programada para el 4 de agosto.
La nueva ola de violencia es la más reciente en un país donde el gobierno central, las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad no han logrado asegurar el control desde el derrocamiento de Moamar Gadafi en la guerra civil del 2011. En su lugar, milicias rivales han llenado el vacío de poder, con diferentes lealtades a jefes locales, algunos de ideología islamista, mientras en el frente político los islamistas y sus opositores batallan por el control del gobierno.
El canciller tunecino Monji Hamdi no ofreció una cifra exacta de la cantidad de libios que han entrado al país en días recientes, pero dijo que llegaban a un ritmo de entre 5.000 y 6.000 diarios y que va en aumento.
Agregó que Túnez no puede absorber una gran cantidad de refugiados y advirtió que el gobierno pudiera cerrar la frontera.
"Nuestra prioridad absoluta es la seguridad y estabilidad de Túnez y cerraremos la frontera si es necesario", dijo a los reporteros en la capital, Túnez.
En Trípoli, las milicias islamistas, casi todas de la ciudad de Misrata, tratan de arrebatar el control del aeropuerto a una milicia rival de la localidad montañosa de Zintan.
A medida que continúan los combates en el aeropuerto, siguen los enfrentamientos en la ciudad oriental de Bengasi, donde milicias islámicas le propinaron una derrota al general rebelde del ejército Khalifa Hifter, que durante meses ha estado librando una campaña para erradicar a los milicianos. Estos, incluidos extremistas de Ansar al-Sharia, tomaron una serie de bases del ejército que estaban en poder de fuerzas leales al general.
La Media Luna Roja indicó el miércoles que recuperó 35 cadáveres de una de las bases, lo que elevó la cifra de la semana a casi 70 muertos.
Unas 6.000 personas han huido a diario esta semana de Libia al vecino Túnez, dijo el miércoles el canciller tunecino, la mayor cifra desde la guerra civil libia del 2011 y una señal del agravamiento de la situación generado por la lucha entre milicias rivales que batallan por el control del aeropuerto de la capital, Trípoli.
Los combates, que ya duran varias semanas, son el peor nivel de violencia visto en la capital libia desde esa guerra. Casi 100 personas han perdido la vida y 400 más han quedado heridas, mientras que buena parte del aeropuerto está destruido. Un enorme incendio ha devastado la instalación desde hace tres días después que fuego de artillería alcanzó depósitos de combustible en el aeropuerto y obligó a los vecinos de la zona a huir. Los bomberos no han podido contener el incendio debido a los combates.
Muchos diplomáticos, entre ellos el embajador estadounidense, se han marchado del país. Y con el gobierno interino paralizado, los combates amenazan la juramentación del Parlamento recién elegido, programada para el 4 de agosto.
La nueva ola de violencia es la más reciente en un país donde el gobierno central, las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad no han logrado asegurar el control desde el derrocamiento de Moamar Gadafi en la guerra civil del 2011. En su lugar, milicias rivales han llenado el vacío de poder, con diferentes lealtades a jefes locales, algunos de ideología islamista, mientras en el frente político los islamistas y sus opositores batallan por el control del gobierno.
El canciller tunecino Monji Hamdi no ofreció una cifra exacta de la cantidad de libios que han entrado al país en días recientes, pero dijo que llegaban a un ritmo de entre 5.000 y 6.000 diarios y que va en aumento.
Agregó que Túnez no puede absorber una gran cantidad de refugiados y advirtió que el gobierno pudiera cerrar la frontera.
"Nuestra prioridad absoluta es la seguridad y estabilidad de Túnez y cerraremos la frontera si es necesario", dijo a los reporteros en la capital, Túnez.
En Trípoli, las milicias islamistas, casi todas de la ciudad de Misrata, tratan de arrebatar el control del aeropuerto a una milicia rival de la localidad montañosa de Zintan.
A medida que continúan los combates en el aeropuerto, siguen los enfrentamientos en la ciudad oriental de Bengasi, donde milicias islámicas le propinaron una derrota al general rebelde del ejército Khalifa Hifter, que durante meses ha estado librando una campaña para erradicar a los milicianos. Estos, incluidos extremistas de Ansar al-Sharia, tomaron una serie de bases del ejército que estaban en poder de fuerzas leales al general.
La Media Luna Roja indicó el miércoles que recuperó 35 cadáveres de una de las bases, lo que elevó la cifra de la semana a casi 70 muertos.