La guerra entre milicias provoca 60 muertos en Libia este fin de semana
Varios países occidentales cierran sus embajadas y evacuan a su personal
Javier Casqueiro
Rabat, El País
Libia está siendo ya abandonada a su mala suerte, por Occidente y por la falta total de autoridad de su propio gobierno interino y la carencia de instituciones propias, en lo que ya se está catalogando como su peor momento tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en otoño de 2011. Este fin de semana se han registrado más de 60 muertos, milicianos armados y también civiles, en las dos grandes batallas que se libran en el país hace semanas sino meses: en torno a la disputa del aeropuerto de la capital y en Bengasi, la segunda ciudad libia. A la fuga y suspensión de actividad de la embajada de Estados Unidos le siguieron diplomáticos de otras legaciones como Alemania e Italia. Malta se prepara para recoger a muchos más evacuados.
Guerra, caos y situación crítica. Todas esas expresiones se utilizan estos días para definir el momento que atraviesa Libia, sin gobierno hace meses, sin ejército propio del Estado, y con un potencial enorme de producción y exportación de petróleo, varado hace más de un año por las disputas internas.
Los comisionados de la Unión Europea, de Estados Unidos, de Francia, Gran Bretaña y de la Liga Árabe para favorecer alguna solución y diálogo en Libia se reunieron el pasado día 24 de julio en Bruselas para constatar que el país está echado a perder. En su informe, conocido ayer, se corrobora que la situación es crítica y que la inestabilidad está llegando a extremos inquietantes. Se pide a las autoridades y fuerzas locales otro esfuerzo. Las elecciones generales se convocaron el 25 de junio y no han servido para nada.
Estados Unidos suspendió el viernes su actividad y cerró su embajada y en una operación de película sus 150 empleados fueron conducidos y escoltados durante cinco horas por un centenar de marines y fuerzas especiales, áreas y de tierra, hasta la frontera con Túnez, donde algunos serán reubicados. La embajadora norteamericana, Safira Deborah, contó la operación en Twitter y los marines hasta facilitaron fotos. Dicen que volverán cuando haya algo más de seguridad. A esa salida se anunciaron ayer medidas similares desde Alemania, Italia (a través del aeropuerto de Matiga), Holanda, Bélgica, el Reino Unido recomendó la retirada tras sufrir ayer uno de sus diplomáticos un intento de atentado, y en los días previos ya se habían marchado Filipinas, Turquía, Túnez, algunas naciones árabes y hasta Naciones Unidas.
Este lunes otro grupo terrorista lanzó un ataque contra el cuartel general de las fuerzas armadas oficiales en el centro de Bengasi y causó entre 36 y 38 muertos, según distintas fuentes. En Trípoli, el sábado, un misil impactó contra una casa en obras y provocó el fallecimiento de los 23 trabajadores egipcios que estaban en el inmueble.
En las dos últimas semanas se han producido, según datos dados por el Gobierno, 150 muertes y más de 500 heridos. Son las dos semanas que lleva desencadena ahora la batalla por el dominio del aeropuerto de Trípoli, cuyas instalaciones están destrozadas al 90% según su director. Las milicias islamistas de Misrata, comandadas por el general Salah Badi, y acusadas de estar siendo apoyadas por Qatar, guerrean contra las milicias “liberales” de Zintán, dirigidas por Mahmoud Jibril, y respaldadas por países vecinos y los Emiratos Árabes.
Javier Casqueiro
Rabat, El País
Libia está siendo ya abandonada a su mala suerte, por Occidente y por la falta total de autoridad de su propio gobierno interino y la carencia de instituciones propias, en lo que ya se está catalogando como su peor momento tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en otoño de 2011. Este fin de semana se han registrado más de 60 muertos, milicianos armados y también civiles, en las dos grandes batallas que se libran en el país hace semanas sino meses: en torno a la disputa del aeropuerto de la capital y en Bengasi, la segunda ciudad libia. A la fuga y suspensión de actividad de la embajada de Estados Unidos le siguieron diplomáticos de otras legaciones como Alemania e Italia. Malta se prepara para recoger a muchos más evacuados.
Guerra, caos y situación crítica. Todas esas expresiones se utilizan estos días para definir el momento que atraviesa Libia, sin gobierno hace meses, sin ejército propio del Estado, y con un potencial enorme de producción y exportación de petróleo, varado hace más de un año por las disputas internas.
Los comisionados de la Unión Europea, de Estados Unidos, de Francia, Gran Bretaña y de la Liga Árabe para favorecer alguna solución y diálogo en Libia se reunieron el pasado día 24 de julio en Bruselas para constatar que el país está echado a perder. En su informe, conocido ayer, se corrobora que la situación es crítica y que la inestabilidad está llegando a extremos inquietantes. Se pide a las autoridades y fuerzas locales otro esfuerzo. Las elecciones generales se convocaron el 25 de junio y no han servido para nada.
Estados Unidos suspendió el viernes su actividad y cerró su embajada y en una operación de película sus 150 empleados fueron conducidos y escoltados durante cinco horas por un centenar de marines y fuerzas especiales, áreas y de tierra, hasta la frontera con Túnez, donde algunos serán reubicados. La embajadora norteamericana, Safira Deborah, contó la operación en Twitter y los marines hasta facilitaron fotos. Dicen que volverán cuando haya algo más de seguridad. A esa salida se anunciaron ayer medidas similares desde Alemania, Italia (a través del aeropuerto de Matiga), Holanda, Bélgica, el Reino Unido recomendó la retirada tras sufrir ayer uno de sus diplomáticos un intento de atentado, y en los días previos ya se habían marchado Filipinas, Turquía, Túnez, algunas naciones árabes y hasta Naciones Unidas.
Este lunes otro grupo terrorista lanzó un ataque contra el cuartel general de las fuerzas armadas oficiales en el centro de Bengasi y causó entre 36 y 38 muertos, según distintas fuentes. En Trípoli, el sábado, un misil impactó contra una casa en obras y provocó el fallecimiento de los 23 trabajadores egipcios que estaban en el inmueble.
En las dos últimas semanas se han producido, según datos dados por el Gobierno, 150 muertes y más de 500 heridos. Son las dos semanas que lleva desencadena ahora la batalla por el dominio del aeropuerto de Trípoli, cuyas instalaciones están destrozadas al 90% según su director. Las milicias islamistas de Misrata, comandadas por el general Salah Badi, y acusadas de estar siendo apoyadas por Qatar, guerrean contra las milicias “liberales” de Zintán, dirigidas por Mahmoud Jibril, y respaldadas por países vecinos y los Emiratos Árabes.