Estudian hambruna en Sudán del Sur

Nairobi, AP
Las estanterías de los mercados están vacías. Los niños adelgazan. Hay advertencias de hambre masiva. La pregunta crucial ahora es: ¿existe la hambruna?


Los especialistas encerrados en la sala de conferencias de un hotel en Juba, la capital de Sudán del Sur, debaten la gravedad de la situación en el país más joven del mundo y si el hambre provocada por la violencia que estalló en diciembre merece el calificativo de hambruna.

Si la respuesta es afirmativa, se intensificará la cobertura periodística y podría haber nuevas donaciones. Caso contrario, decenas de miles padecerán hambre y los fondos no llegarán.

"Si es lo suficientemente grave como para calificarlo de hambruna, una declaración puede afectar significativamente el nivel de apoyo para afrontar la crisis", dijo Chris Hillbruner, principal analista en alimentos para FEWSNET, un sistema de advertencia temprana para casos de hambruna creado por la agencia gubernamental USAID.

Hillbruner se encuentra en Juba para participar del análisis. Aunque la información recogida en el terreno no permita elevar la situación de emergencia a hambruna en la escala reconocida internacionalmente, dijo, el nivel actual de hambre en Sudán del Sur "sigue siendo la emergencia alimentaria más grave del mundo... La necesidad es enorme".

El acceso a las zonas más remotas es difícil en Sudán del Sur, donde casi no hay rutas pavimentadas fuera de Juba. Las lluvias estacionales han convertido las pistas aéreas en lodazales, y los grupos deben revelar sus planes de viajes a los jefes militares y políticos tanto del gobierno como de los rebeldes para garantizar su propia seguridad.

Los jefes globales del Programa Alimenticio Mundial y Unicef viajaron a Sudán del Sur la semana pasada. Se necesitan alimentos para enfrentar la desnutrición aguda de casi un millón de niños menores de cinco años, aseguraron. Unos 50.000 niños están en riesgo de muerte.

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