Tropas iraquíes tratan de recuperar Tikrit

Bagdad, AP
Fuerzas iraquíes respaldadas por tanques y helicópteros de combate han empezado a combatir a los insurgentes en Tikrit, la ciudad natal de Sadam Husein y una de las más grandes capturadas este mes por milicianos suníes en su rápida ofensiva en el norte de Irak.


El gobierno recibió un impulso con la llegada el sábado por la tarde de 25 aviones Sukhoi rusos de segunda mano. Estas naves están diseñadas para prestar apoyo aéreo a corta distancia de las tropas en tierra y destruir objetivos móviles.

El ejército "tiene una necesidad urgente de esta clase de naves en este difícil momento", señaló el comandante de la fuerza aérea iraquí teniente general Anwar Hama Amin.

"Estos jets entrarán en servicio en unos pocos días —los próximos tres o cuatro días— para apoyar a las unidades y combatir a la organización terrorista EIIL", dijo, refiriéndose a la escisión de al-Qaida Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que ha liderado la ofensiva miliciana suní.

Los aviones podrían desplegarse en la batalla por Tikrit, una ciudad de mayoría suní con más de 200.000 habitantes situada unos 130 kilómetros (80 millas) al norte de Bagdad, donde reina una profunda aversión por el gobierno iraquí, de liderazgo chií.

Había noticias contradictorias sobre los avances del ejército hacia la ciudad norteña. Vecinos de la zona dijeron que los milicianos seguían controlando la ciudad al caer la noche del sábado, mientras que fuentes de seguridad iraquíes indicaron que las tropas habían llegado a las afueras de la localidad, y el gobernador de la provincia afirmó que habían llegado hasta la ciudad propiamente dicha.

El gobierno ha presentado la campaña como una remontada, tras semanas de desmoralizadoras derrotas a manos de insurgentes liderados por el EIIL. El progreso de los milicianos en buena parte del norte y el oeste de Irak ha sumido al país en su mayor crisis desde la retirada de las tropas estadounidenses en diciembre de 2011, y amenaza con dividir al país en tres por líneas étnicas y sectarias.

Si tiene éxito, la operación en Tikrit podría ayudar a restaurar algo de confianza en las fuerzas de seguridad, así como en el acosado primer ministro, Nuri al Maliki, que lucha por mantenerse en el cargo.

Al anochecer, según el teniente general Ahmed Abu Ragheef, comandante en el Mando Operativo Salahudin, una columna de tropas había llegado al borde de Tikrit, mientras que otra había asegurado una base aérea que utilizó en su día el ejército estadounidense con el nombre de Camp Speicher.

El gobierno de la provincial de Salahudin, Ahmed Abudlá al Jaburi, dijo a Associated Press que las tropas habían llegado a la propia Tikrit, alcanzando el edificio del consejo provincial.

Sin embargo, residentes contactados por teléfono indicaron que los milicianos seguían controlando Tikrit y patrullando las calles.

Los residentes, que hablaron bajo condición de anonimato temiendo por su seguridad, confirmaron choques en torno a una Universidad a las afueras e informaron de combates al sudeste de la ciudad. Algunos mencionaron humo negro alzándose del complejo de un palacio presidencial a orillas del Tigris, que había sido atacado por helicópteros militares.

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