Rebeldes sirios flaquean ante extremistas
Beirut, AP
Los rebeldes sirios a quienes quiere ayudar ahora Estados Unidos están en mal estado, y replegándose ante la acometida del grupo radical disidente de al-Qaida que ha tomado gran parte de Irak y Siria. Algunos de ellos incluso están abandonando la lucha, y no está claro si la nueva promesa de Estados Unidos de armar y entrenarlos marcará una diferencia.
Algunos rebeldes sirios de línea más dura están cediendo ante la situación y uniéndose a los extremistas.
El gobierno del presidente Barack Obama está solicitando al Congreso 500 millones de dólares para entrenar y proporcionar armas a lo que llama facciones "moderadas" entre los rebeldes, un proyecto de mucho más alcance que un callado esfuerzo encabezado por la CIA en Jordania que ha estado entrenando a algunos cientos de combatientes por mes. Pero Estados Unidos dice que tomará un año implementar completamente el programa nuevo. Estados Unidos enfrenta además la difícil tarea de determinar qué constituye un rebelde "moderado" en un movimiento dominado por ideologías islamistas.
Activistas de oposición se quejan de que después de una larga vacilación para armar la rebelión para derrocar al presidente sirio Bashar Assad —su meta principal_, Estados Unidos está ahora enlistándolos contra el Estado Islámico para Irak y el Levante (EIIL) para sus propios fines. Han argumentado desde hace mucho tiempo que ese grupo, que busca crear un enclave islámico radical que abarque Siria e Irak, sólo puso ser capaz de conseguir semejante poder en Siria porque las fuerzas más moderadas no recibieron ayuda internacional.
"Esta decisión llega un año y medio demasiado tarde", dijo Ahmad Ramadan, un miembro de alto rango del grupo de oposición Coalición Nacional Siria, el cual tiene reconocimiento de Occidente. "Si no fuera por la vacilación de Obama todo este tiempo, esto no estuviera ocurriendo hoy en Irak ni habría esta proliferación de facciones extremistas en Siria", agregó.
Reunido el viernes con el líder sirio de oposición Ahmed al-Jarba en la ciudad saudí de Yeda, el secretario de Estado norteamericano John Kerry dejó en claro que la prioridad de ayudar a los rebeldes era para combatir al Estado Islámico, no sólo en Siria sino posiblemente también en Irak.
La oposición moderada en Siria "tiene la capacidad de ser un actor muy importante para repeler la presencia del EIIL, y no sólo en Siria, sino también en Irak", dijo Kerry.
Al-Jarba, quien encabeza una coalición en el exilio que sólo tiene autoridad nominal sobre algunos rebeldes en el campo de batalla, acogió la ayuda, y solicitó más. Pero en Siria, los activistas de oposición fueron escépticos.
La ayuda "sólo empeorará la crisis", dijo un activista en la ciudad de Alepo, en el norte del país, quien utiliza su apodo de Abu Bishr por protección. "Ellos quieren que Siria entre a una nueva guerra" entre rebeldes y extremistas. "Esto no ayudará en absoluto".
Los rebeldes sirios a quienes quiere ayudar ahora Estados Unidos están en mal estado, y replegándose ante la acometida del grupo radical disidente de al-Qaida que ha tomado gran parte de Irak y Siria. Algunos de ellos incluso están abandonando la lucha, y no está claro si la nueva promesa de Estados Unidos de armar y entrenarlos marcará una diferencia.
Algunos rebeldes sirios de línea más dura están cediendo ante la situación y uniéndose a los extremistas.
El gobierno del presidente Barack Obama está solicitando al Congreso 500 millones de dólares para entrenar y proporcionar armas a lo que llama facciones "moderadas" entre los rebeldes, un proyecto de mucho más alcance que un callado esfuerzo encabezado por la CIA en Jordania que ha estado entrenando a algunos cientos de combatientes por mes. Pero Estados Unidos dice que tomará un año implementar completamente el programa nuevo. Estados Unidos enfrenta además la difícil tarea de determinar qué constituye un rebelde "moderado" en un movimiento dominado por ideologías islamistas.
Activistas de oposición se quejan de que después de una larga vacilación para armar la rebelión para derrocar al presidente sirio Bashar Assad —su meta principal_, Estados Unidos está ahora enlistándolos contra el Estado Islámico para Irak y el Levante (EIIL) para sus propios fines. Han argumentado desde hace mucho tiempo que ese grupo, que busca crear un enclave islámico radical que abarque Siria e Irak, sólo puso ser capaz de conseguir semejante poder en Siria porque las fuerzas más moderadas no recibieron ayuda internacional.
"Esta decisión llega un año y medio demasiado tarde", dijo Ahmad Ramadan, un miembro de alto rango del grupo de oposición Coalición Nacional Siria, el cual tiene reconocimiento de Occidente. "Si no fuera por la vacilación de Obama todo este tiempo, esto no estuviera ocurriendo hoy en Irak ni habría esta proliferación de facciones extremistas en Siria", agregó.
Reunido el viernes con el líder sirio de oposición Ahmed al-Jarba en la ciudad saudí de Yeda, el secretario de Estado norteamericano John Kerry dejó en claro que la prioridad de ayudar a los rebeldes era para combatir al Estado Islámico, no sólo en Siria sino posiblemente también en Irak.
La oposición moderada en Siria "tiene la capacidad de ser un actor muy importante para repeler la presencia del EIIL, y no sólo en Siria, sino también en Irak", dijo Kerry.
Al-Jarba, quien encabeza una coalición en el exilio que sólo tiene autoridad nominal sobre algunos rebeldes en el campo de batalla, acogió la ayuda, y solicitó más. Pero en Siria, los activistas de oposición fueron escépticos.
La ayuda "sólo empeorará la crisis", dijo un activista en la ciudad de Alepo, en el norte del país, quien utiliza su apodo de Abu Bishr por protección. "Ellos quieren que Siria entre a una nueva guerra" entre rebeldes y extremistas. "Esto no ayudará en absoluto".