Nuevo presidente de Egipto pide estabilidad

El Cairo, AP
El ex jefe del ejército egipcio Abdul Fatá El Sisi prestó juramento el domingo como presidente para un mandato de cuatro años, asumiendo el cargo más alto de una nación profundamente polarizada, afectada por disturbios mortíferos y una crisis económica desde el alzamiento de la primavera árabe en 2011.


La llegada al poder de El Sisi se produjo menos de un año después de haber derrocado al primer presidente libremente electo del país, Mohamed Morsi, tras varios días de protestas masivas que exigieron su renuncia.

Aunque elogiado por muchos en una ola de fervor nacionalista tras el derrocamiento del 3 de julio, el ascenso al poder de El Sisi coincidió con la detención de miles de personas y la muerte de cientos de simpatizantes de Morsi.

En su primer discurso como presidente de Egipto, El Sisi llamó al país a construir un futuro más estable después de años de caos y revueltas y pidió trabajar para que los derechos y libertades puedan crecer.

"Es tiempo de que construyamos un futuro que sea más estable y escriba una nueva realidad para el futuro de esta nación", dijo en su primer mensaje al país. Agregó que el trabajo duro, algo que ha mencionado en semanas recientes, permitirá a los egipcios "poner atención a los derechos y libertades para profundizarlos y desarrollarlos".

El ex jefe del ejército dio su mensaje desde el palacio presidencial en El Cairo después de asumir oficialmente como presidente en la sede de la Corte Suprema Constitucional.

El Sisi es el octavo presidente del país desde que cayó la monarquía en 1953 tras un golpe militar. Exceptuando a Morsi y dos mandatarios civiles interinos, todos los presidentes egipcios han salido de las filas militares.

Veintiún disparos saludaron a El Sisi cuando llegó al palacio presidencial de la capital en el elegante distrito de Heliopolis. También revisó una guardia militar de honor.

El nuevo presidente recibió a una decena de dignatarios locales y extranjeros, como los reyes de Jordania y Bahréin, el emir de Kuwait, así como a los príncipes de Arabia Saudí y Abu Dabi.

Las cinco naciones árabes respaldaron el derrocamiento de Morsi encabezado por El Sisi. Desde entonces Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos han suministrado millones de dólares a Egipto para subsanar sus finanzas.

El Sisi tuvo una victoria aplastante en las elecciones presidenciales del mes pasado al recibir 97% de los votos, pese a que sólo hubo 45,47% de participación.

El domingo juró como presidente en la sede de la Corte Suprema Constitucional, en un suburbio del sur de El Cairo, a un lado del Nilo, en el mismo escenario donde hace dos años hizo lo propio Morsi, al que ahora se le enjuicia por cargos que conllevan la pena de muerte.

El domingo fue declarado festivo nacional en tanto que la policía y el ejército mantenían una vigilancia estricta en El Cairo.

La ceremonia se efectuó en un ambiente de seriedad en un salón en el que había una alfombra roja y al que adornaban las banderas de Egipto. Asistieron al acto todo el gabinete del primer ministro Ibrahim Mahlab así como la esposa e hijos de El Sisi.

El militar ingresó en la sala acompañado del gobernante interino saliente, Adly Mansur, que regresará a su cargo de jefe de justicia de la Corte Suprema Constitucional después de que ocupara el cargo durante casi un año.

Afuera del recinto, modificado para que pareciera un antiguo templo egipcio, una concentración de centenares de partidarios de El Sisi ondeaba banderas egipcias y retratos del nuevo presidente del país.

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