Nadal y Djokovic definen Roland Garros, con un aliciente extra: el N°1
París, DyN
Final con mayúsculas en Roland Garros. Rafael Nadal, Novak Djokovic y el capítulo 42 de una de las rivalidades más espectaculares de la Era Abierta. El español busca su novena corona en París y 14ª en un Major (igualaría a Pete Sampras), mientras que el serbio va por el Grand Slam de carrera. Pero hay un agregado más inmediato: quien se imponga, se quedará con el N°1 del mundo.
Si bien Nadal domina el historial personal por 22-19, también los duelos sobre clay (13-4) y lógicamente los que se dieron en Roland Garros (5-0), Djokovic arrastra cuatro victorias consecutivas, incluida la reciente final del Masters 1000 de Roma, sobre polvo de ladrillo.
"Seguramente ese envión va a jugar a su favor, pero al mismo tiempo es cierto que nunca me pudo ganar aquí", contrastó el español, anticipando el duelo mental. Y remarcó su progresivo crecimiento en la gira, desde la caída con Nicolás Almagro en Barcelona hasta la tremenda victoria en sets corridos sobre Andy Murray, en semifinales: "Me fui sintiendo mejor semana a semana".
Djokovic concedió durante todo el torneo el favoritismo de Nadal en París, aunque no retrocedió en su ambición: "Sé que es la superficie en la que más domina, pero trataré de ser agresivo, porque es la única manera en que le puedo ganar. Y saber que estuve tan cerca el año pasado me permite creer que puedo lograrlo esta vez".
En aquella semifinal de 2013, el triunfo fue para Nadal por 9-7 en el quinto set, tras desgastantes cuatro horas y media de acción. Por eso, para Djokovic la batalla pasará tanto (o más) por lo físico que por lo mental: "Obviamente que hay presión. Pero con el paso de los años uno aprende a lidiar con estas situaciones. Voy a tratar de canalizar esa energía en la dirección correcta y que no me desvíe el estrés, porque el desafío físico va a ser un factor importantísimo. Sé que me enfrento a un jugador que pelea cada punto como si fuera el último. Es un gran luchador, pero no es invencible".
El serbio llega a la definición con seis coronas de Grand Slam: cuatro en Australia (2008, 2011, 2012 y 2013), una en Wimbledon (2011) y otra en el US Open (también en 2011). Si vence este domingo, será el octavo jugador en conquistar los cuatro Majors, uniéndose a Donald Budge, Fred Perry, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y el propio Nadal.
El español, en tanto, persigue el segundo lugar de la tabla histórica, que lidera Federer con 17 trofeos y donde más atrás ha quedado Sampras, con 14. A ese escalón llegaría Nadal. Pero lejos de cualquier récord y estadística, el mallorquín solo piensa en presente: "Mi única motivación es ganar Roland Garros. Lo demás hoy es menos importante".
Final con mayúsculas en Roland Garros. Rafael Nadal, Novak Djokovic y el capítulo 42 de una de las rivalidades más espectaculares de la Era Abierta. El español busca su novena corona en París y 14ª en un Major (igualaría a Pete Sampras), mientras que el serbio va por el Grand Slam de carrera. Pero hay un agregado más inmediato: quien se imponga, se quedará con el N°1 del mundo.
Si bien Nadal domina el historial personal por 22-19, también los duelos sobre clay (13-4) y lógicamente los que se dieron en Roland Garros (5-0), Djokovic arrastra cuatro victorias consecutivas, incluida la reciente final del Masters 1000 de Roma, sobre polvo de ladrillo.
"Seguramente ese envión va a jugar a su favor, pero al mismo tiempo es cierto que nunca me pudo ganar aquí", contrastó el español, anticipando el duelo mental. Y remarcó su progresivo crecimiento en la gira, desde la caída con Nicolás Almagro en Barcelona hasta la tremenda victoria en sets corridos sobre Andy Murray, en semifinales: "Me fui sintiendo mejor semana a semana".
Djokovic concedió durante todo el torneo el favoritismo de Nadal en París, aunque no retrocedió en su ambición: "Sé que es la superficie en la que más domina, pero trataré de ser agresivo, porque es la única manera en que le puedo ganar. Y saber que estuve tan cerca el año pasado me permite creer que puedo lograrlo esta vez".
En aquella semifinal de 2013, el triunfo fue para Nadal por 9-7 en el quinto set, tras desgastantes cuatro horas y media de acción. Por eso, para Djokovic la batalla pasará tanto (o más) por lo físico que por lo mental: "Obviamente que hay presión. Pero con el paso de los años uno aprende a lidiar con estas situaciones. Voy a tratar de canalizar esa energía en la dirección correcta y que no me desvíe el estrés, porque el desafío físico va a ser un factor importantísimo. Sé que me enfrento a un jugador que pelea cada punto como si fuera el último. Es un gran luchador, pero no es invencible".
El serbio llega a la definición con seis coronas de Grand Slam: cuatro en Australia (2008, 2011, 2012 y 2013), una en Wimbledon (2011) y otra en el US Open (también en 2011). Si vence este domingo, será el octavo jugador en conquistar los cuatro Majors, uniéndose a Donald Budge, Fred Perry, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y el propio Nadal.
El español, en tanto, persigue el segundo lugar de la tabla histórica, que lidera Federer con 17 trofeos y donde más atrás ha quedado Sampras, con 14. A ese escalón llegaría Nadal. Pero lejos de cualquier récord y estadística, el mallorquín solo piensa en presente: "Mi única motivación es ganar Roland Garros. Lo demás hoy es menos importante".