Líder kurdo ve una "nueva realidad" en Irak
Irbil, Irak
El presidente de la región curda de Irak dijo el martes que "nos enfrentamos a una nueva realidad y a un nuevo Irak", mientras el país considera un cambio de liderazgo para su gobierno chií como un paso inmediato para frenar la ofensiva insurgente suní.
El presidente curdo, Masud Barzani, hizo estas declaraciones durante una reunión con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que está presionando al gobierno de Bagdad para que apruebe al menos nuevas políticas que otorguen autoridad a las minorías suní y curda.
Kerry ha insistido en que elegir a sus líderes es tarea de los iraquíes, y no de Estados Unidos o ninguna otra nación. Pero también ha señalado el encono y la creciente impaciencia entre todos los grandes grupos étnicos y religiosos del país con el gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki.
Barzani dijo a Kerry que los curdos buscan "una solución a la crisis que hemos presenciado".
Al comienzo de su reunión a puertas cerradas, el diplomático estadounidense indicó que las fuerzas de seguridad curdas, conocidas como peshmerga, han sido "clave" para ayudar a frenar el avance del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), un grupo insurgente suní que ha tomado varias zonas clave del oeste y el norte de Irak, y está empujando al país hacia la guerra civil.
"Este es un momento crítico para Irak, y el reto de crear un gobierno es el desafío mayor que enfrentamos", dijo Kerry. Añadió que los líderes iraquíes deben "crear el gobierno amplio, incluyente, que reclaman todos los iraquíes con los que he hablado".
Washington cree que un nuevo acuerdo para compartir el poder en Bagdad calmaría el descontento dirigido hacia el gobierno de mayoría chií que ha alimentado EIIL. En torno al 60 por ciento de la población iraquí es chií, con líderes que alcanzaron el poder con Estados Unidos tras la caída en 2003 del ex presidente Saddam Hussein, que era suní.
La minoría suní, que bajo el régimen de Sadam disfrutaba de mucha más autoridad y privilegios que ningún otro grupo, llevan tiempo descontentos con el gobierno de liderazgo chií. Y al-Maliki ha sido acusado personalmente de perseguir a los líderes suníes a los que considera rivales políticos.
Los curdos iraquíes no recuerdan con afecto a Sadam, y han podido labrar una región semiautónoma en el norte de Irak para protegerse de sus políticas. Pero Barzani lleva años enfrentado con al Maliki, por ejemplo con una reciente disputa cuando el gobierno regional curdo empezó a exportar petróleo a través de Turquía sin dar a Bagdad la parte de los beneficios correspondiente.
En la región curda hay varios campos petrolíferos de importancia, lo que ha permitido una estabilidad económica y de seguridad sin par en el resto de Irak.
El apoyo de Barzani es importante porque los curdos suponen en torno al 20 por ciento de la población iraquí y suelen votar con un solo bloque. Eso ha convertido a los curdos en el grupo llave del proceso político iraquí.
Las autoridades confían en que con un gobierno estable, las fuerzas de seguridad iraquíes se vean motivadas para combatir la insurgencia en lugar de huir, como hicieron este año en varias ciudades de zonas en poder suní.
La reunión del martes en Irbil, la capital curda, tuvo lugar un día después del viaje de Kerry a Bagdad, donde discutió posibles soluciones con al-Maliki y dirigentes chiís y sunís.
Después de la reunión con Barzani, Kerry partió hacia Bruselas, donde discutirá con ministros del exterior de la OTAN la situación en Afganistán y en Ucrania.
El presidente de la región curda de Irak dijo el martes que "nos enfrentamos a una nueva realidad y a un nuevo Irak", mientras el país considera un cambio de liderazgo para su gobierno chií como un paso inmediato para frenar la ofensiva insurgente suní.
El presidente curdo, Masud Barzani, hizo estas declaraciones durante una reunión con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que está presionando al gobierno de Bagdad para que apruebe al menos nuevas políticas que otorguen autoridad a las minorías suní y curda.
Kerry ha insistido en que elegir a sus líderes es tarea de los iraquíes, y no de Estados Unidos o ninguna otra nación. Pero también ha señalado el encono y la creciente impaciencia entre todos los grandes grupos étnicos y religiosos del país con el gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki.
Barzani dijo a Kerry que los curdos buscan "una solución a la crisis que hemos presenciado".
Al comienzo de su reunión a puertas cerradas, el diplomático estadounidense indicó que las fuerzas de seguridad curdas, conocidas como peshmerga, han sido "clave" para ayudar a frenar el avance del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), un grupo insurgente suní que ha tomado varias zonas clave del oeste y el norte de Irak, y está empujando al país hacia la guerra civil.
"Este es un momento crítico para Irak, y el reto de crear un gobierno es el desafío mayor que enfrentamos", dijo Kerry. Añadió que los líderes iraquíes deben "crear el gobierno amplio, incluyente, que reclaman todos los iraquíes con los que he hablado".
Washington cree que un nuevo acuerdo para compartir el poder en Bagdad calmaría el descontento dirigido hacia el gobierno de mayoría chií que ha alimentado EIIL. En torno al 60 por ciento de la población iraquí es chií, con líderes que alcanzaron el poder con Estados Unidos tras la caída en 2003 del ex presidente Saddam Hussein, que era suní.
La minoría suní, que bajo el régimen de Sadam disfrutaba de mucha más autoridad y privilegios que ningún otro grupo, llevan tiempo descontentos con el gobierno de liderazgo chií. Y al-Maliki ha sido acusado personalmente de perseguir a los líderes suníes a los que considera rivales políticos.
Los curdos iraquíes no recuerdan con afecto a Sadam, y han podido labrar una región semiautónoma en el norte de Irak para protegerse de sus políticas. Pero Barzani lleva años enfrentado con al Maliki, por ejemplo con una reciente disputa cuando el gobierno regional curdo empezó a exportar petróleo a través de Turquía sin dar a Bagdad la parte de los beneficios correspondiente.
En la región curda hay varios campos petrolíferos de importancia, lo que ha permitido una estabilidad económica y de seguridad sin par en el resto de Irak.
El apoyo de Barzani es importante porque los curdos suponen en torno al 20 por ciento de la población iraquí y suelen votar con un solo bloque. Eso ha convertido a los curdos en el grupo llave del proceso político iraquí.
Las autoridades confían en que con un gobierno estable, las fuerzas de seguridad iraquíes se vean motivadas para combatir la insurgencia en lugar de huir, como hicieron este año en varias ciudades de zonas en poder suní.
La reunión del martes en Irbil, la capital curda, tuvo lugar un día después del viaje de Kerry a Bagdad, donde discutió posibles soluciones con al-Maliki y dirigentes chiís y sunís.
Después de la reunión con Barzani, Kerry partió hacia Bruselas, donde discutirá con ministros del exterior de la OTAN la situación en Afganistán y en Ucrania.