Grupo busca formar estado islámico en Irak y Siria
Beirut, AP
Un grupo disidente de al-Qaida que ha tomado el control en gran parte del norte de Irak comanda hasta 10.000 combatientes y ha consolidado cada vez más su posición en una extensión amplia del noreste de Siria, al otro lado de la frontera.
Su búsqueda de establecer un estado islámico que abarque a los dos países ha provocado un conflicto sangriento contra ambos gobiernos, milicias curdas y grupos rebeldes de todo tipo. El grupo, conocido como Estado de Islámico de Irak y el Levante, ha empleado una estrategia calculada para conseguir sus objetivos, utilizando desde decapitaciones para aterrorizar a sus adversarios, hasta tertulias acompañadas de helado para los niños residentes de los barrios bajo su control.
Pero es la proeza militar del grupo la que ha sometido bajo su influencia una franja de territorio que se extiende de la frontera turca-siria en el norte hacia el río Éufrates hasta la ciudad iraquí de Faluya, 65 kilómetros (40 millas al oeste de Bagdad.
Esta semana, combatientes del grupo, muchos de ellos en veloces camionetas con ametralladoras montadas, capturaron la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, antes de dirigirse al sur para tomar la ciudad de Tikrit, dos centros urbanos en el corazón de la industria petrolera de Irak en el norte del país.
El Estado Islámico es la más reciente y poderosa encarnación de lo que comenzó como una agrupación afiliada de al-Qaida en Irak después de la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos. Las fuerzas estadounidenses dedicaron años y enormes recursos para hacer tambalear al grupo antes de salir de la nación en diciembre de 2011.
Desde entonces, la región ha estado convulsionada por agitación política y odios sectarios. El Estado Islámico se ha valido de esas tensiones entre suníes y chiíes para fustigar a sus seguidores extremistas suníes.
El grupo está liderado por un ambicioso combatiente iraquí conocido por su nombre de guerra de Abu Bakr al-Bagdadi, por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares. Después de tomar las riendas del grupo en 2010, al-Bagdadi transformó exitosamente lo que había sido una organización aliada de al-Qaida centrada en Irak en una fuerza militar transnacional.
La insurrección siria, que comenzó en 2011 contra el presidente Bashar Assad, abrió la puerta a sus más grandes ambiciones. Al-Bagdadi envió combatientes confiables a Siria para establecer un grupo llamado Frente Nusra, mientras que él permaneció en Irak, según una grabación de audio transmitida posteriormente por el jefe del Frente Nusra.
En la primavera de 2013, combatientes de al-Bagdadi se trasladaron de Irak al norte y este de Siria. Proclamó que su grupo encabezaría la causa de la guerra santa en ambos países. Supuestamente, Al-Bagdadi se trasladó a Siria a manejar los asuntos.
Inicialmente, grupos rebeldes sirios más moderados recibieron con gusto a los más experimentados combatientes de ese grupo. Pero el Estado Islámico aplastó a muchos rebeldes y civiles sirios con su brutalidad e intento de imponer su estricta interpretación del Islam.
Un grupo disidente de al-Qaida que ha tomado el control en gran parte del norte de Irak comanda hasta 10.000 combatientes y ha consolidado cada vez más su posición en una extensión amplia del noreste de Siria, al otro lado de la frontera.
Su búsqueda de establecer un estado islámico que abarque a los dos países ha provocado un conflicto sangriento contra ambos gobiernos, milicias curdas y grupos rebeldes de todo tipo. El grupo, conocido como Estado de Islámico de Irak y el Levante, ha empleado una estrategia calculada para conseguir sus objetivos, utilizando desde decapitaciones para aterrorizar a sus adversarios, hasta tertulias acompañadas de helado para los niños residentes de los barrios bajo su control.
Pero es la proeza militar del grupo la que ha sometido bajo su influencia una franja de territorio que se extiende de la frontera turca-siria en el norte hacia el río Éufrates hasta la ciudad iraquí de Faluya, 65 kilómetros (40 millas al oeste de Bagdad.
Esta semana, combatientes del grupo, muchos de ellos en veloces camionetas con ametralladoras montadas, capturaron la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, antes de dirigirse al sur para tomar la ciudad de Tikrit, dos centros urbanos en el corazón de la industria petrolera de Irak en el norte del país.
El Estado Islámico es la más reciente y poderosa encarnación de lo que comenzó como una agrupación afiliada de al-Qaida en Irak después de la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos. Las fuerzas estadounidenses dedicaron años y enormes recursos para hacer tambalear al grupo antes de salir de la nación en diciembre de 2011.
Desde entonces, la región ha estado convulsionada por agitación política y odios sectarios. El Estado Islámico se ha valido de esas tensiones entre suníes y chiíes para fustigar a sus seguidores extremistas suníes.
El grupo está liderado por un ambicioso combatiente iraquí conocido por su nombre de guerra de Abu Bakr al-Bagdadi, por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares. Después de tomar las riendas del grupo en 2010, al-Bagdadi transformó exitosamente lo que había sido una organización aliada de al-Qaida centrada en Irak en una fuerza militar transnacional.
La insurrección siria, que comenzó en 2011 contra el presidente Bashar Assad, abrió la puerta a sus más grandes ambiciones. Al-Bagdadi envió combatientes confiables a Siria para establecer un grupo llamado Frente Nusra, mientras que él permaneció en Irak, según una grabación de audio transmitida posteriormente por el jefe del Frente Nusra.
En la primavera de 2013, combatientes de al-Bagdadi se trasladaron de Irak al norte y este de Siria. Proclamó que su grupo encabezaría la causa de la guerra santa en ambos países. Supuestamente, Al-Bagdadi se trasladó a Siria a manejar los asuntos.
Inicialmente, grupos rebeldes sirios más moderados recibieron con gusto a los más experimentados combatientes de ese grupo. Pero el Estado Islámico aplastó a muchos rebeldes y civiles sirios con su brutalidad e intento de imponer su estricta interpretación del Islam.