Delinear compromiso militar en Irak, reto de Obama
Washington, AP
Al delinear la nueva fase del compromiso militar de Estados Unidos en Irak, el presidente Barack Obama afirmó que su país no será "arrastrado de nuevo" a un conflicto largo ni quedará atrapado en una "misión que se extienda más allá de sus objetivos originales".
Sin embargo, la historia militar reciente de Estados Unido está llena de señales de advertencia sobre las dificultades de impedir la ampliación y extensión de una misión limitada. La perspectiva de que esta misión más reciente en Irak pudiera seguir ese patrón es particularmente peligrosa para Obama, debido a que le compromete demasiado su legado de poner fin a una guerra larga de Estados Unidos en aquella nación.
De hecho algunos de los más estrechos aliados de la Casa Blanca han manifestado preocupación de que el plan de Obama de enviar 300 efectivos de las fuerzas de operaciones militares para que adiestren al ejército iraquí pudiera ser el primer paso para regresar a Estados Unidos a la violenta lucha sectaria en Irak.
"Creo que hay que ser cuidadosos al enviar fuerzas especiales porque ese es un número que tiende a aumentar", dijo la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una de las más firmes partidarias del presidente.
Anna Galland, directora ejecutiva del grupo liberal MoveOn.org, dijo que incluso una misión limitada "es peligrosa y un acontecimiento preocupante que amenaza con propiciar una mayor participación militar".
En efecto, Estados Unidos ya ha visto antes la ampliación de pequeñas operaciones.
El conflicto en Vietnam comenzó con los presidentes Dwight Eisenhower y John F. Kennedy con el envío de números limitados de asesores militares para que adiestraran y asistieran a las fuerzas locales.
Sin embargo, esos números se incrementaron al paso del tiempo y prepararon el escenario para lo que finalmente se convirtió en una operación de combate que duró varios años.
Las guerras que comenzaron en Irak y Afganistán en la última década tenían el objetivo inicial de ser misiones de combate.
Pocos previeron aquel entonces que la guerra en Irak se prolongaría más de ocho años y la de Afganistán más de 12 años, o que la presencia militar estadounidenses rebasaría los 100.000 efectivos en cada país.
Al delinear la nueva fase del compromiso militar de Estados Unidos en Irak, el presidente Barack Obama afirmó que su país no será "arrastrado de nuevo" a un conflicto largo ni quedará atrapado en una "misión que se extienda más allá de sus objetivos originales".
Sin embargo, la historia militar reciente de Estados Unido está llena de señales de advertencia sobre las dificultades de impedir la ampliación y extensión de una misión limitada. La perspectiva de que esta misión más reciente en Irak pudiera seguir ese patrón es particularmente peligrosa para Obama, debido a que le compromete demasiado su legado de poner fin a una guerra larga de Estados Unidos en aquella nación.
De hecho algunos de los más estrechos aliados de la Casa Blanca han manifestado preocupación de que el plan de Obama de enviar 300 efectivos de las fuerzas de operaciones militares para que adiestren al ejército iraquí pudiera ser el primer paso para regresar a Estados Unidos a la violenta lucha sectaria en Irak.
"Creo que hay que ser cuidadosos al enviar fuerzas especiales porque ese es un número que tiende a aumentar", dijo la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una de las más firmes partidarias del presidente.
Anna Galland, directora ejecutiva del grupo liberal MoveOn.org, dijo que incluso una misión limitada "es peligrosa y un acontecimiento preocupante que amenaza con propiciar una mayor participación militar".
En efecto, Estados Unidos ya ha visto antes la ampliación de pequeñas operaciones.
El conflicto en Vietnam comenzó con los presidentes Dwight Eisenhower y John F. Kennedy con el envío de números limitados de asesores militares para que adiestraran y asistieran a las fuerzas locales.
Sin embargo, esos números se incrementaron al paso del tiempo y prepararon el escenario para lo que finalmente se convirtió en una operación de combate que duró varios años.
Las guerras que comenzaron en Irak y Afganistán en la última década tenían el objetivo inicial de ser misiones de combate.
Pocos previeron aquel entonces que la guerra en Irak se prolongaría más de ocho años y la de Afganistán más de 12 años, o que la presencia militar estadounidenses rebasaría los 100.000 efectivos en cada país.