Ucrania: Ejército sufre graves bajas

Slaviansk, AP
En otro golpe devastador a las fuerzas armadas ucranianas, los rebeldes pro rusos derribaron el jueves un helicóptero que transportaba tropas, con un saldo de por lo menos 12 muertos, entre ellos un general que prestó servicios en Ejército soviético.


Las bajas sufridas por el ejército ucraniano el jueves pusieron de manifiesto la magnitud del desafío que enfrenta el país ante una insurgencia con tácticas guerrilleras que ha demostrado ser ágil e implacable.

Mientras tanto, Ucrania anunció que el presidente electo Petro Poroshenko jurará el cargo el 7 de junio, menos de dos semanas después de su aplastante victoria en las elecciones especiales, que se esperaba iba a reducir las tensiones en el profundamente dividido país Poroshenko ha prometido negociar con representantes de la rebelión en el este de Ucrania, pero también prometió desplazar a la fuerza a los rebeldes pro rusos que quieren que la región se una a Rusia.

El helicóptero Mi-8 fue derribado en las afueras de Slaviansk por rebeldes que utilizaron un misil antiaéreo portátil, dijo Alexander Turchinov, presidente interino de Ucrania, ante el Parlamento en Kiev. Slaviansk, una ciudad de 120.000 habitantes, se ha convertido en un foco de la insurgencia pro rusa y está rodeada desde hace semanas por el ejército ucraniano.

Turchinov dijo que el helicóptero estaba rotando tropas en un punto de revisión cuando fue atacado. Entre los muertos estuvo el general Serguei Kulchitski, quien según la agencia de noticias Interfax prestó servicios el Ejército Rojo y capacitaba a la Guardia Nacional de Ucrania.

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, dijo que Estados Unidos no ha verificado lo ocurrido en el incidente pero agregó que el gobierno está preocupado porque los hechos indican que los separatistas aún tienen acceso a armas avanzadas y son ayudados desde fuera de Ucrania, haciendo alusión a Rusia.

Aunque las fuerzas ucranianas parecen estar mejor armadas que sus oponentes, las autoridades se han abstenido de lanzar un ataque en regla por temor a provocar una guerra de guerrillas urbana.

"Es extremadamente difícil combatir a las guerrillas. Uno no puede destruirlas así no más. No son fuerzas regulares", dijo Igor Sutiaguin, investigador del Royal United Services Institute, con sede en Londres. "Es el problema clásico que tuvo Rusia en Chechenia y Estados Unidos en Vietnam".

El gobierno ucraniano ha estado ocupado en una campaña militar en las regiones del Donetsk y Lugansk para tratar de aplastar a los insurgentes, que han tomado edificios públicos y establecido puntos de revisión. Han muerto decenas de personas en ambos bandos, incluyendo el lunes, cuando fuerzas ucranianas utilizaron aviones de combate y helicópteros artillados para desalojar a rebeldes del aeropuerto en las afueras de la ciudad de Donetsk, capital regional.

Últimamente, los ucranianos han disparado obuses para tratar de retomar Slaviansk, lo que ha causado bajas civiles y llevado a que muchos civiles se vayan a otras partes. La táctica les ha dado escasos resultados, aparte de profundizar la desconfianza en el gobierno y provocar miedo.

"Nos disparan con lanzagranadas, escuchamos explosiones. Las ventanas de nuestra se estremecen", dijo la vecina Olga Mijailova, quien añadió que se iba de la ciudad con sus cuatro hijos. "Es aterrador estar aquí, temo por sus vidas".

La cancillería rusa denunció el uso de aviones y artillería contra los rebeldes y exigió a Kiev que ponga fin "a una guerra fratricida e inicie un verdadero diálogo político con todas las fuerzas políticas y los representantes de las regiones".

La cancillería dijo que sería imposible restaurar la paz en Ucrania sin poner fin al avance militar contra los rebeldes y retirar las fuerzas del este del país. Pidió a las potencias occidentales que utilicen su influencia en Kiev para "impedir que Ucrania caiga en una catástrofe nacional".

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